Los turnos de trabajo que cubren las 24 horas alteran los ritmos naturales del sueño. Las consecuencias.
El trabajo rotatorio, nocturno o en turnos es una modalidad de organización laboral imprescindible para cualquier sociedad moderna. Se estima que un 25% de la población laboral realiza alguno de estos tipos de trabajo en variadas áreas, que comprenden tanto al sector de servicios como al industrial. Las proyecciones indican que para la segunda década del siglo XXI casi el 50% de la población activa realizará alguna forma de trabajo en turnos.
En general, los turnos laborales son de 8 o de 12 horas; es decir, tres (noche, día, tarde) o dos (día y noche) turnos de trabajo por día. Estos pueden ser rotatorios (la situación más común), fijos o una mezcla de ambos.
Cualquiera que sea el esquema que se adopte, se produce siempre una reducción de las horas de sueño y la modificación del tiempo normal del sueño altera a los ritmos circadianos.
En cuanto a los ritmos circadianos, el turno de trabajo requiere, en general, que un individuo esté alerta en un momento inadecuado de su ciclo sueño-vigilia. En otros casos, el trabajo en turnos lleva a un estado en el cual los ritmos circadianos pierden su sincronía.
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