Un ingeniero de la Subsecretaría de Trabajo porteña sostiene que en 2008 cerró el depósito de Iron Mountain en Barracas porque no estaban los aspersores para evitar el fuego. Es el mismo mecanismo que no funcionó en el incendio que derivó en las nueve muertes.
El ingeniero Edgardo Castro trabaja en la Subsecretaría de Trabajo porteña desde 2005.
El depósito incendiado en el barrio de Barracas había sido clausurado por un inspector de la Subsecretaría de Trabajo porteña hace seis años. El ingeniero Edgardo Castro ubica el hecho en 2008, porque “para septiembre de ese año también les solicité a mis superiores que le aplicaran la misma medida a una papelera comercial muy cercana. Recuerdo que fui un par de veces al lugar donde murieron los bomberos y que lo clausuré por la falta de seguridad contra incendios”. El antecedente, a pesar del tiempo transcurrido, es un indicio más de las precarias condiciones que ofrece la empresa estadounidense Iron Mountain para almacenar archivos y documentación. No sólo había sufrido siniestros en el exterior (Estados Unidos, Inglaterra, Italia y Canadá). También generó las condiciones para que se repitieran en Argentina, aunque a diferencia de los casos anteriores, con nueve víctimas fatales. Ver más