Córdoba: 20% de maestros, con "la cabeza quemada"

Según un estudio universitario, presentan el síndrome de burn out, un cansancio emocional que junto a otros síntomas impide que puedan dar clases normalmente. Las más afectadas son las mujeres con más de 100 alumnos a cargo.

La Escuela de Trabajo Social de Universidad Nacional de Córdoba realizó una investigación impulsada por la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba para conocer el estado de salud de los docentes.

Surge que «uno de cada cinco de los más de 55 mil educadores en actividad», presentan síntomas de burn out o «cabeza quemada».

Se trata de un síndrome de cansancio emocional, despersonalización y falta de realización profesional que afectan la tarea educacional.

La patología, común entre los cirujanos y profesionales expuestos a altos grados de tensión, implica la pérdida de recursos emocionales para enfrentar el trabajo.

El 21,7 por ciento de los docentes presentó síntomas de cansancio, fatiga, manifestaciones psíquicas y físicas y sensación de no poder dar más de sí.

El 27,5 por ciento manifestó actitudes negativas, distantes y cínicas hacia sus alumnos.

El 20,8 por ciento presentó bajo rendimiento y autoestima y sensación marcada de frustración

«Se observó especialmente después del décimo año de antigüedad docente y en los maestros que recién comienzan», explicó al diario la Voz del Interior el Dr. Carlos De Mori, director del centro de salud.

«El afectado no siempre se da cuenta de que padece el síndrome. Gradualmente lo va detectando su entorno. Un docente con esta patología no debería estar frente al aula», subrayó.

Los docentes que presentan síntomas de burn out son mayoritariamente mujeres, de entre 31 y 50 años con más de 161 alumnos a cargo y con una antigüedad de entre 11 y 15 años.

Fuente: www.infobae.com

Medida de fuerza de los empleados de Salud Laboral de Educación

Los empleados del área Salud Laboral del Ministerio de Educación realizan hoy una medida de fuerza en reclamo de mejoras en las condiciones de trabajo, al tiempo que denunciaron que el edificio donde funciona el complejo Pedro de Vega no cuenta con habilitación municipal.

En declaraciones radiales, el delegado de UPCN, Eduardo Temperini, señaló hoy que â??no es un lugar para atender a la gente. No hay ventilación, no hay aire acondicionado. La gente que trabaja seis horas encerrada aquí abajo no tiene ventilación y termina con ardor de ojos, no tiene entrada de luz. El ascensor hace tres meses que no funciona. La gente que viene con muletas tiene que bajar escaleras y los que viene en sillas de ruedas hay que subir a atenderlos. Como no nos escuchan desde Santa Fe no nos quedó otra que esta medida. Vinimos haciendo quite de colaboración desde el 6 de septiembre y si no tenemos respuesta la semana que viene podríamos profundizar la medida, que sería un paro por 48 horasâ??.

Más allá de estas denuncias, el delegado gremial sorprendió al denunciar que â??encima de todo esto que pasa, el edificio no está habilitado por la Municipalidad de Rosarioâ??.

Fuente: Diario La Capital

Le amputaron las manos a una técnica del Malbrán

Elsa Chávez permanece internada, afectada por una infección generalizada que actualmente se encuentra localizada en sus riñones. El interventor del Instituto reconoció en Telenueve que la profesional «estaba analizando peligrosas bacterias».

Elsa Chávez, empleada del departamento de bacteriología del Instituto Malbrán, se encuentra, desde principios de agosto, internada en grave estado en la sala de terapia intensiva del Centro Gallego de la ciudad de Buenos Aires.

Desde agosto pasado la profesional se encuentra afectada por una «meningococcemia» que se caracteriza por un cuadro de infección generalizada en la sangre y la afectación de otros múltiples órganos.

En las últimas horas debieron amputarle las manos y la infección se encuentra actualmente localizada en sus riñones.

En el Instituto no descartaron que Chávez se haya contagiado en su lugar de trabajo, pero también consideran posible que se haya infectado en otro lado.

El interventor del Malbrán, Gustavo Ríos señalo a Telenueve que el meningococo «circula en toda la comunidad, no es una bacteria rara ni exótica», afirmó.

No obstante reconoció que la mujer «estaba trabajando con cepas patógenas generadoras de enfermedades graves».

Chávez habría trabajado días antes de enfermarse con muestras de meningococo que mandaron de Capilla del Señor.

En el Departamento de Bacteriología del Instituto no se detectó, hasta el momento, ningún incidente en los protocolos de seguridad, aunque continúa la investigación para esclarecer el hecho.

Fuente: www.infobae.com

Las Petacas: usan "chicos bandera" para la aplicación de agroquímicos

Los menores se paran donde cae la nube de plaguicida y marcan el lugar por el que debe volver el fumigador.

Las Petacas. En el marco de la cobertura en esta localidad para tratar la lucha que los Vecinos Autoconvocados mantienen para preservar el medio ambiente, y poco después de que los ambientalistas visitaran la comuna para manifestar sus reclamos, LaCapital dialogó con dos hermanos, de 14 y 16 años, que realizan tareas de «banderilleros». En un impactante testimonio los jóvenes relataron cómo es el oficio de guía que hacen en los campos cuando son rociados con agroquímicos.

La situación que relatan – más allá de estar reñida con la legislación laboral que prohíbe emplear a menores para trabajos insalubres y limita el tiempo de las tareas – violenta hasta la indignación porque vulnera los principios que todo ser humano debe enarbolar en señal de respeto por el prójimo; todo en nombre del desarrollo económico que en ciertos ámbitos parece justificar cualquier método.

– ¿Cómo es el trabajo de banderillero?

– Entrevistado 1: Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama «esquinero». Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde pasó el «mosquito», desde el punto del medio de la máquina y pararse allí.

– ¿A cuántos metros pasa el mosquito de ustedes?

– Dos o tres metros.

– ¿Qué productos usan?

– Randap, a veces 2-4 D. Tiran insecticidas y mata yuyos. Tienen un olor fuertísimo. A veces también ayudamos a cargar el tanque. Cuando hay viento en contra nos da la nube y nos moja toda la cara.

– ¿Usan guantes o protección?

– No, no nos dan nada de eso.

– ¿Cuanto les pagan?

– Entrevistado 2: Con el «mosquito» pagan de 20 a 25 centavos la hectárea y con tractor 50 centavos. La diferencia es que el tractor va más lerdo. Con el «mosquito» hacen 100 o 150 hectáreas por día. Se trabaja con dos banderilleros, uno para la ida y otro para la vuelta.

– ¿Cuánto trabajan?

– E.1: Trabajamos desde que sale el sol hasta la nochecita. A veces nos dan de comer ahí y otras nos traen a casa, depende del productor.

– ¿Los buscan siempre?

– E.2: Sí, vamos nosotros y otros dos chicos que viven acá cerca. Trabajamos más o menos tres veces a la semana en tiempos de fumigación.

– ¿Ustedes saben que esos líquidos les pueden hacer mal?

– E.2: Sí, lo aprendí en primer año de la escuela.

– ¿Qué les puede pasar?

– E.2: Que tengamos cáncer.

– E.1: Cuando volvemos tengo dolor de cabeza y de estómago y cuando estamos ahí también.

– ¿Eso lo hablaron con la gente que los contrata?

– E.2: No.

– ¿Ellos no les preguntan nada?

– E.1: No.

– ¿Cuánto hace que trabajan?

– E.2: Hace tres o cuatro años. En los tiempos de calor hay que aguantárselo al rayo del sol y encima el olor de ese líquido te revienta la cabeza. A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo.

– E.1: Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza.

– ¿Quién los contrata?

– E.2: Nos buscan dos productores. Cada uno tiene su gente, pero algunos no porque usan banderillero satelital.

– ¿Donde lavan los «mosquitos»?

– E.1: A veces los lavan en el campo o atrás de nuestra casas. Ahí nomás, donde antes sacábamos el agua para tomar.

– ¿El trabajo es pesado?

– E.2: Hacemos un descanso al mediodía y caminamos 200 hectáreas por día. No nos cansamos mucho porque estamos acostumbrados. Los productores no nos dan nada, nosotros llevamos una botella de agua.

– ¿Se te pasa enseguida el dolor de cabeza?

– E.1: No, tengo que venir a mi casa y tomarme una pastilla.

– E.2: A mí me dolía la cabeza y temblaba todo. Fui al médico y me dijo que era por el trabajo que hacía, que estaba enfermo por eso. La primera vez que me pasó fue antes de trabajar de banderillero, fue la primera vez que me acerqué a los líquidos.

El padre de los jóvenes también participaba en esas tareas pero tuvo que abandonar por razones de salud. «No voy más a las fumigaciones porque me agarra una hinchazón insoportable en todo el estómago», indicó.

– ¿Qué decidieron hacer con los chicos?

– Padre: Yo sabía que a ellos les iba a hacer mal a la salud. Así que apenas pude les dije que no vayan más. Total trabajan por una miseria? pero hay veces que no tenemos otra opción. Necesitamos hacer cualquier trabajo.

Sobre el final, uno de los chicos manifestó que «en caso de que no tengamos otra cosa y necesitemos plata, volveremos de bandera en la próxima temporada».

Al respecto solicitaron la intervención comunal «para erradicar definitivamente el uso de los menores en las operaciones con esas máquinas y, eventualmente, aviones sin equipo de GPS y también en otras funciones vinculadas a la aplicación de plaguicidas».

Los autoconvocados y la Funam instaron a Battistelli para que «en un plazo de 30 días corridos elabore un programa de erradicación de todas las actividades contaminantes relevadas y defina una franja de protección de mil metros alrededor del pueblo para que no puedan usarse plaguicidas de ningún tipo».

Ese plazo venció recientemente, y por lo tanto ambas entidades están decididas a dirimir el tema ante la Justicia.

El caso a la Justicia

Los vecinos autoconvocados de esta localidad entregaron en la comuna una carpeta que contiene el resultado de las investigaciones que realizaron sobre el impacto de las actividades agropecuarias en la población, en especial del mal uso de agroquímicos y la probable contaminación a los habitantes.

Según explicaron, «la comuna ya había sido emplazada para analizar diversas situaciones de riesgo respecto al funcionamiento de cerealeras, almacenaje y manejo de granos y fitosanitarios dentro del ejido urbano», entre otras irregularidades detectadas. Por esa razón, adelantaron que en breve harán presentaciones en la Justicia federal, para que se encargue de investigar los casos de contaminación ambiental sobre la población.

Anteriormente, la Agrupación de Vecinos Autoconvocados de Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam) habían emplazado al presidente comunal Miguel Angel Battistelli para que elabore un programa de erradicación de actividades contaminantes relacionadas con las explotaciones agropecuarias y el uso de agroquímicos.

En una carta documento enviada a la comuna, los vecinos indicaron que en la localidad «existen amplias y generalizadas violaciones a la ley nacional de residuos peligrosos y a otras normas nacionales y provinciales, con el caso extremo de la utilización de menores como «banderas» para marcar el área alcanzada por los agroquímicos en los sembrados.

Entre otras infracciones -que calificaron como «riesgosas para la salud»- destacaron el descarte de envases de plaguicidas en el basurero municipal y la quema de esos recipientes «en forma continua, lo que pone en grave peligro el ambiente y la salud de las personas».

También mencionaron la acumulación con fines comerciales de envases descartados de plaguicidas en pleno poblado, en lugares a cielo abierto y otros cubiertos, el estacionamiento de máquinas «mosquitos» contaminadas o conteniendo plaguicidas dentro del ejido urbano y la localización y funcionamiento de depósitos de cereales cuyas operaciones de secado diseminan partículas de riesgo contaminadas con plaguicidas dentro del pueblo.

Además, destacaron la «continua operación de máquinas «mosquito» y los aviones fumigadores en los bordes y sobre la planta urbana, lo que provoca la contaminación de personas y bienes y podría estar afectando su salud, en especial la de los niños».

En esa oportunidad los ambientalistas ya habían denunciado la existencia de casos extremos, como la utilización de menores como «banderas», que se paran en el campo para marcar el límite alcanzado por la nube de químicos e indicar dónde debe pasar el vehículo aspersor en su próxima vuelta.

Fuente: Diario La Capital

Enfermedades de oficina: qué son y cómo prevenirlas

Los telemarketers, contadores, abogados, administrativos y hasta ejecutivos de empresas sufren de al menos diez dolencias por las características y condiciones de sus trabajos, que causan ausentismo laboral pero también dañan la salud. Qué hacer para evitarlas.

Si alguien encuestara a sus compañeros de trabajo sobre qué dolencia los afecta más y faltan a su empleo, es probable que sus colegas citen indisposición, malestar, gripe. Sin embargo, el 55% de los casos notificados en 2004 corresponden a enfermedades del oído, como hipoacusia o sordera.

Así lo mostraron los resultados de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Este registro es oficial y tiene asentados unos 8 mil casos de enfermedades profesionales y esto incluye a los trabajadores de fábricas, ingenios, compañías químicas, construcción y otros trabajos que tienen riesgos.

No obstante, hay una lista de unas 10 o más patologías que claramente afectan a los trabajadores con un aparente empleo de riesgos menores, como un administrativo de una empresa, un ejecutivo, un telemarketer, un vendedor o encargado de un comercio, una promotora, un contador.

La lista negra comienza con migrañas, dolores de cabeza, dolor de espalda, columna, contracturas, hasta llegar a trastornos en las articulaciones, como tendinitis, bursitis, o en los ojos, como el síndrome de ojos secos.

«Todas estas afecciones están relacionadas con las condiciones de trabajo. Cuando existe una carga física acentuada pueden aparecer los trastornos de columna, las posiciones viciosas, las tendinitis y tenosinovitis, que son la expresión de los movimientos que lleva trabajar con el mouse», detalla a Infobae.com Federico Marcó, ex presidente de la Sociedad de Medicina del Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, y actual director ejecutivo de la Asociación Latinomaericana de Salud Ocupacional.

Aunque son consideradas menores y algunas, obviamente, no aparecen en el listado de las enfermedades profesionales para la ley, son pequeños trastornos que afectan la calidad del trabajo y de vida para el empleado. Para el empleador, son síntomas de ausentismo laboral.

Según el Centro del Dolor de Cabeza de Buenos Aires, esta afección puede llegar a ser incapacitante y por esta dolencia, un empleado pierde de uno a cuatro días al año de trabajo.

Otra dolencia frecuente es el dolor de espalda, las contracturas en el cuello y una sensación de dolor profundo en la cintura.

Ocho de cada diez personas padecerán dolor de espalda en algún momento de sus vidas. En general, la lumbalgia – el término médico – es difícil de solucionar.

Un estudio realizado por la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda mostró que más de un tercio de los pacientes con lumbalgia sigue con la dolencia tras dos meses de tratamiento.

Encima, de los afectados a los que se les da la baja laboral, el 79% sigue sin asistir al trabajo durante los 14 días después, según muestra el estudio, que fue publicado en la revista BioMed Central.

El personal que pasa muchas horas frente a una computadora puede lograr una disminución de la vista, síndrome de ojo seco o, sin ir más lejos- un simple cansancio ocular.

El hecho de estar concentrado en el trabajo puede hacer que el empleado comience a pestañear cada vez menos, lo que produce, a su vez, dolor de cabeza y malestar. En cambio, los trabajadores que están expuestas a un oficina con poca luz, humo, contaminación ambiental, pueden sufrir el síndrome de ojo seco, que es la ausencia de lágrimas que lubrican la vista. Como hay dos tipos de lágrimas -las lubricantes y las de reflejo-, la irritación del humo, la mala circulación de aire o el frío pueden hacer que aparezcan lágrimas que, curiosamente, no son las lubricantes, por lo que el problema y el cansancio persisten.

Por último, pero no menos importante, el personal que atiende al público sufre de dolencias en las piernas como várices, edemas, celulitis, aunque estas tres no están consideradas como enfermedades profesionales.

La llegada del «estoy quemado» o el burn out

«Hoy debemos considerar afecciones que no son profesionales porque no estan en el listado pero que ocupan un importante lugar en la casuistica de ausentismo y que responden a los riesgos psicosociales», añade Marcó, experto en medicina del trabajo.

Entre las afecciones que menciona el especialista está el mobbing, o acoso moral, que puede sumir a la víctima en una profunda depresión.

La otra es el burn out, tambien llamado «síndrome de agotamiento profesional», una evidente manifestación de estres laboral y tampoco aparece en la lista de enfermedades profesionales.

El estar quemado aparece como un cansancio general y desgaste emocional, hay una desvitalización y empeora la relación con los otros con actitudes de irritabilidad, agresividad, impaciencia, cinismo, suspicacia e intolerancia. Otros síntomas y consecuencias del burn out: pérdida del sentimiento de competencia e idoneidad profesional, desmotivación, pérdida de la autoestima laboral, deserción y abandono de tareas.

Cómo prevenir algunas enfermedades del trabajo

Todas las afecciones relacionadas con el trabajo pueden ser minimizadas con tareas y cambios preventivos.

«Para aplicar medidas de prevención es necesario tener conocimiento de que algo sucede», señala Federico Marcó.

El segundo paso es reducir los riegos: por ejemplo, poner una mejor iluminación en la oficina, abrir las ventanas para mejorar la ventilación y evitar que los escritorios sean un caldo de cultivo para la gripe o resfríos. El escritorio y las sillas deben tener una altura necesaria que evite la inclinación de la columna hacia delante, lo que genera una mala postura y lumbalgias. Para los movimientos repetitivos, como el del mouse, hay teclados y ratones ergonómicos. Para mejorar la vista, un protector de pantalla ayuda a reducir el impacto lumínico. Asimismo, el uso de un protector solar es importante, para evitar el envejecimiento celular.

«Es importante tener pausas en el trabajo diario», observa el experto en medicina laboral. Esa pausa hace que el empleado estire las piernas, evite calambres, dolores de cabeza y se despeje. Muchas de las prácticas no requieren más que de un cambio de hábitos y pequeñas inversiones en las oficinas.

Por Denise González Eguilior
Infobae.com

Fuente: www.infobae.com

Cayó un cielo raso y debieron evacuar neonatología del Provincial

La sala de neonatología del Hospital Provincial (Rosario – Pcia. de Santa Fe) debió ser evacuada hace instantes debido al desprendimiento de parte del cielo raso debido, aparentemente, a la rotura de un caño.

La gran cantidad de chicos alojados en esa sala eran trasladados por ambulancias a otros efectores mientras se procedía a la clausura preventiva de la sala.

Fuente: Diario La Capital