JAVIER LÓPEZ| 14.02.2011
Los delitos contra la vida y salud de los trabajadores existen, por más que la misma palabra “accidente” comporte algo de fortuito, imprevisible o impredecible. Si es imprevisible, no es posible prevenirlo y nadie sería responsable de los accidentes y muertes en el trabajo.
Sin embargo, tal y como ocurre con los accidentes de tráfico, siempre hay un responsable del mismo, aún cuando sea por imprudencia, más o menos temeraria. En este caso de los accidentes laborales no hay un conductor, sino un trabajador sometido a una disciplina y una organización del trabajo que es responsabilidad directa y legal del empresario.