Mariangela Cerrato, de 53 años, preparaba a diario los cafés del equipo de trabajo en una empresa de seguros de Bra (Piamonte). Al capuccino de su compañera Alice Bordon le echaba un ingrediente extra: benzodiazepina en polvo.

Una mujer ha sido condenada a cuatro años de cárcel en Italia después de probarse que durante nueve meses estuvo echando ansiolíticos en el cappuccino de una compañera de trabajo, con el objetivo de que cometiera errores y fuera despedida, tras enterarse de una posible reducción de personal en la empresa donde ambas se desempeñaban.
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