Del aburrimiento casi no se habla y a menudo pasa desapercibido. Sin embargo, muchos dicen que es el asesino número uno de la productividad en el trabajo. Más que de la falta de trabajo deriva de tareas repetidas y poco atractivas.
Muchos estudios universitarios han descubierto que el aburrimiento puede desquiciar hasta a los más destacados profesionales, produciendo como resultado sabotaje, retraimiento, maltrato a compañeros y hasta tareas deliberadamente mal hechas . Hay quienes dicen que el aburrimiento podría ser “el nuevo estrés”.
Según el neuropsicólogo Richard Chaifetz, cuando un empleado se aburre lo invade la indiferencia y el precio es falta de productividad, equivocaciones y accidentes catastróficos. No hay jerarquías para el aburrimiento, que puede atacar a un empleado raso como a un alto gerente, ya que surge de la incapacidad para encontrar sentido al trabajo o de la escasez de variedad en las tareas cotidianas. Surge de la repetición de actividades idénticas y rutinarias.
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