El legislativo debate una nueva ley para los trabajadores de centros de atención al cliente. Las empresas afirman que ganan más que en el resto de América Latina.
Para algunas personas que trabajan en este sector es una de las tareas ‘más esclavas’ del mercado laboral.
Para las empresas es una oportunidad única de lograr el ansiado primer trabajo.
En todo caso en Argentina, el sector de teleoperadores, conocido también por el anglicismo de call centers, es objeto de una nueva legislación que pretende regular por primera vez en el país dicha área comercial.
El proyecto de ley, aprobado por unanimidad en el Senado y a la espera de su votación en la Cámara de Diputados, busca fijar una serie de lineamientos que tratan de atender a las preocupaciones de muchos trabajadores del sector.
Una nueva regla sería no permitir a los operadores hacer llamadas con menos de 15 segundos de descanso, además se fijarían recesos cada dos horas y se homologarían los salarios con el mínimo nacional. Todo para evitar que sigan surgiendo denuncias por parte de trabajadores o extrabajadores del ramo.
Los ‘re-quemados’
Nahuel Baresi, de la empresa Actionline, actualmente labora en el sector y dirige un blog que busca denunciar las presuntas irregularidades.
‘Yo trabajo en venta y esto es hacer llamado tras llamado, y si no lo haces hay un sistema que lo hace por ti y tienes que atender más llamados. No hay tiempo regulado’, señaló a BBC Mundo.
‘Si te tardas mucho además te miden la productividad y luego a través de una fórmulas de eso dependen cuánto terminas cobrando de tu sueldo’, agregó.
Baresi fue despedido por lo que considera causas ‘injustas’ hace algunos meses y sus compañeros de trabajo lo apoyaron negándose a seguir haciendo llamados hasta que se decidiese su reincorporación, lo que a la postre sucedió.
‘No importa ya que uses mi nombre, ni el de la empresa, igual ya estoy re-quemado’, señaló.
Débora López también fue despedida de otra compañía de teleoperadores, aún siendo la representante sindical de sus compañeros.
‘Teníamos dificultades de todo tipo. Había insalubridad porque el lugar no tenía ni ventanas y las alfombras estaban llenas de pulgas. Además había controles de todo tipo hasta para ir al baño; el descanso permitido era mínimo considerando que es un trabajo que te desgasta la cabeza de hacer llamado tras llamado’, aseveró.
Numerosos testimonios como estos fueron recogidos por la comisión del Senado que trabajó en el proyecto de Ley. Además hay grupos de exempleados en redes sociales como Facebook.
‘Supimos de chicos que incluso habían sido sancionados con dos días sin goce de sueldo por haberse tardado más de dos minutos y medio en el baño’, dijo a BBC Mundo la senadora María Higonet (Partido Justicialista), una de las que impulsó la iniciativa.
‘Después de escucharlos (a los denunciantes), uno se interioriza en el tema y ve que las situaciones son muy injustas. Por falta de reglamentación encontramos un vacío legal y nos hizo tomar conciencia de trabajar en esto’, agregó.
Dos caras
El perfil de la mayoría de los trabajadores es similar. Jóvenes, sin experiencia que logran su primer empleo, mientras estudian o se decidan a actividades deportivas o artísticas.
En Argentina hay unos 60.000 empleados en el sector repartidos en unas 20 empresas, varias transnacionales, que atienden las líneas de atención al cliente o ventas de compañías en Estados Unidos, Brasil o Europa.
‘La actividad de los centros de contacto (call centers) tiene mala prensa en todo el mundo, y es posible que se generen situaciones irregulares, pero no con las empresas registradas’, señaló a BBC Mundo Mario Miccelli, presidente de la Agrupación de Centros de Atención al Cliente (CAC).
Miccelli rechaza tajantemente que existan numerosas denuncias hacia las compañías agrupadas en su sector.
‘La normativa laboral es muy moderna, estricta y favorable al trabajador. Es muy difícil que nos contrate una empresa internacional y que no se cuide de contratar los servicios de una empresa irregular’.
Además, según Miccelli, ‘todo trabajo tiene sus exigencias. Este trabajo tiene exigencias porque es continuo y permanente, pero no es un generador de estrés insalubre. Hay más estrés para un maestro, médico o periodista que en un trabajador de centro de contacto’.
Los empleados o ex empleados de centros de teleoperadores consultados para esta nota afirman que las autoridades dan poca atención a los reclamos presentados ante el despacho del Ministerio del Trabajo por presuntos maltratos.
Y aunque en general se recibe como un avance la posible llegada de un nuevo marco legal, persiste la preocupación de si efectivamente se aplicará con rigor.
‘No llega al fondo del tema, pero por lo menos pone el foco en la regulación del sector’, indicó López.
Puntos contenciosos
Recibir o atender llamada tras llamada en una jornada laboral, para algunos empleados del sector es considerado que podría ser perjudicial con el tiempo para la salud del trabajador.
Algo que refuta el presidente de la CAC.
‘Es un empleo completamente saludable y eso lo tenemos registrado y documentado por organismos nacionales e internacionales. No es un empleo que enferma’, señaló.
La legislación, sin embargo, a establecer un control sobre el tiempo considerado adecuado de una jornada.
‘La idea es que se fijen seis horas diarias de trabajo durante cinco días, es decir 30 horas semanales, y que dos fines de semana al mes sean de descanso. Esto para que realmente (los jóvenes) disfruten de un descanso y no se cambie por dinero’, explicó Higonet.
Este es el punto más contencioso para las empresas del área, quienes creen que la medida les aumentará sus costos, afectando su competitividad.
‘Al reducir la de 36 a 30 horas semanales es un sobrecosto que no tiene justificación, porque en todo el mundo se trabaja ocho horas. En Argentina, las 36 horas semanales de trabajo establecidas son las más bajas de todo el mundo, en este sector’, afirma Miccelli.
Otro tema que divide opiniones en torno al proyecto de Ley es la fijación de un salario.
‘Está bueno el artículo que dice que tenemos que cobrar un básico de ocho horas, pero que debemos trabajar seis horas porque el tipo de trabajo es como si fueran ocho horas’, comentó Baresi.
El presidente de la CAC, difiere y asegura que las remuneraciones no están por debajo de los mínimos que establece la legislación labora.
‘El salario del trabajador en una empresa de centro de contacto está plenamente regulado a través de convenios colectivos de trabajo, con el Ministerio del Trabajo. Una persona en Buenos Aires gana lo mismo en Salta o Buenos Aires. Y casi lo mismo, o 10% por debajo, que lo que percibe un empleado del área en Estados Unidos’, aseguró.
El proyecto legal está actualmente en la Cámara de Diputados, y según Higonet ‘será tratado con la seriedad y celeridad debida’.