El presidente del tribunal de Turín compara la estrategia del empresario suizo con el amianto con la llevada a cabo por Hitler para deportar judíos a Madagascar
Enviado especial Turín. El amianto es una sustancia cancerígena para el hombre. Así la clasifica el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, hoy día se puede ver como muchos trabajadores, sobre todo de la construcción, operan con este material sin prevención alguna. Ayer lunes comenzó en Sevilla el primer juicio colectivo por afectados de este material en España, en el que 26 extrabajadores de la empresa Uralita exigieron indemnizaciones por las enfermedades generadas tras el contacto con el también conocido como asbestos. Stephan Schmidheiny, ‘filántropo’, es un empresario que se ha hecho de oro en el negocio del amianto. Ahora ha sido condenado a 18 años de cárcel “por desastre ambiental doloso permanente”. Uno de los mayores expertos en amianto de Andalucía, Paco Puche, ha viajado a Turín (Italia) donde la semana pasada se celebró la segunda parte de este proceso judicial contra el magnate suizo. Lo que sigue es la crónica de Puche para los lectores de EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com.
Stephan Schmidheiny, magnate mundial del amianto, condenado a 18 años de cárcel “por desastre ambiental doloso permanente”
EN el juicio de apelación, celebrado en Turín el pasado día 3, el magnate suizo del amianto vio cómo su pena incrementaba de los 16 años a los que fue condenado en primera instancia hasta a los 18 años de la nueva sentencia. Además, tendrá que pagar de forma inmediata a las víctimas o a sus familiares un importe por valor de 88 millones de euros, en concepto de indemnizaciones.
ESTA nueva pena se ha acercado a la máxima prevista para este tipo de delitos que es de 20 años (lo que pedía el ministerio fiscal). El pedir la máxima pena la justifica el fiscal diciendo que al leer de nuevo las sentencias del Tribunal Supremo en los casos más graves de desastres y muertes “me di cuenta de que no había nada comparable con el desastre que se revive en el curso de este juicio”. Ver más
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