El compañero del fallecido está herido de gravedad
Un operario falleció y otro resultó herido de gravedad en un accidente laboral registrado hacia las 10.15 horas de ayer en una zona montañosa del municipio de Outes. Ambos trabajaban en el mantenimiento de una torre del tendido de alta tensión cuando se precipitaron al vacío desde una altura de más de 50 metros.
Un trabajador rural casi pierde cuatros dedos de su mano dominante al sufrir un accidente con una máquina industrial que procesa plásticos. Para salvarlos fue clave no perder tiempo y llegar a tiempo a un lugar con guardia traumatológica. Se le practicó una microcirugía reconstructiva que duró 9 horas.
Los accidentes están a la orden del día y pueden ocurrir en un abrir y cerrar de ojos. Los hay de todo tipo. De tránsito, domésticos, laborales… Pero en todos, en absolutamente todos, hay algo que juega un rol fundamental: el tiempo transcurrido entre el accidente y la atención médica recibida. Es verdad que un accidente, sea de las características que sea, paraliza; por eso es fundamental el rol del acompañante o de la persona que se encuentre próxima al accidentado.
Un empleado de un hospital en México manipuló una maquina de terapia de cáncer que tenía una fuente radiactiva. La cadena de sucesos que siguió generó en 1984 el mayor incidente nuclear en la historia del continente.
La activación de alarmas en un centro de investigación nuclear en el suroeste de Estados Unidos fue el primer indicio de que algo andaba mal.
En la carretera que pasa por el Laboratorio Nacional de Los Álamos, Nuevo México, transitaba un camión de carga en enero de 1984 que activó los detectores de de radiación de ese, el lugar donde se fabricó la primera bomba atómica.
Una vez más la precarización laboral da como resultado un accidente evitable en el municipio de Quilmes. Que la patronal sea el municipio de la intendenta Mayra Mendoza agrava el hecho.
El trabajador estaba colocando la decoración para el “Corredor Gastronómico” del municipio quilmeño cuando un desperfecto de la grúa casi le cuesta la vida.
Tuvo que ser hospitalizado. Si la grúa hubiera subido a su máxima altura el hecho podría haber sido aún más lamentable, cobrándose una vida.
Mariangela Cerrato, de 53 años, preparaba a diario los cafés del equipo de trabajo en una empresa de seguros de Bra (Piamonte). Al capuccino de su compañera Alice Bordon le echaba un ingrediente extra: benzodiazepina en polvo.
Una mujer ha sido condenada a cuatro años de cárcel en Italia después de probarse que durante nueve meses estuvo echando ansiolíticos en el cappuccino de una compañera de trabajo, con el objetivo de que cometiera errores y fuera despedida, tras enterarse de una posible reducción de personal en la empresa donde ambas se desempeñaban.
El hecho ocurrió en la fábrica de fiambres San Benito.
En las últimas horas trascendió un duro accidente de trabajo que ocurrió el jueves. Un trabajador de una fábrica de embutidos se cortó la mano mientras operaba la sierra carnicera. Naturalmente el hombre fue hospitalizado.