«No me esperen a comer, estoy haciendo de bombero». Este mensaje de texto quedó grabado en el celular de Julio González, el padre del joven que falleció el viernes a la madrugada al quedar sepultado por un montaña de viruta mientras apagaba un incendio en el puerto de la empresa Noble.
Oscar debía salir a las 22 del jueves. Sin embargo y debido a un foco ígneo que se produjo en un chip de astillas de madera que se utiliza para encender una caldera, tuvo que quedarse a intentar sofocar el incendio.
El muchacho trabajaba para una contratista de Puerto San Martín y su tarea específica era la de soldaduras eléctricas. No tenía ningún tipo de capacitación como brigadista. El padre le preguntó: «¿Cómo de bombero?», dijo entres sollozos Liliana, la madre de Oscar, a LaCapital.
Lo cierto es que ese mensaje fue el prólogo del drama que se desató horas más tardes en esta reconocida familia de la localidad de Aldao, cuando horas más tarde recibieron la noticia que jamás hubiesen querido escuchar.
Tanto Oscar como otros cuatro operarios se encontraban en uno de los extremos de la montaña de astillas que según fuentes inobjetables comenzó a arder alrededor de las 20 del jueves, y el accidente se produjo en las primeras horas de la madrugada.
Los trabajadores con palas y mangueras trataban de sofocar el incendio, mientras que en el otro extremo trabajaba una pala. Por causas que aún no fueron informadas la pila de maderas, que tiene más de diez metros de alto por unos treinta de diámetro, cayó sobre el grupo de trabajadores sepultándolos.
Cuando lograron sacar los cuerpos se comprobó que Oscar había fallecido. Si bien se presume que la causa fue la asfixia, no hay confirmación oficial. «No sabemos nada, todavía no nos dijeron nada y ni siquiera me lo dejaron ver», dijo Liliana.
Por su parte, Julio remarcó: «El no tenía que estar ahí, no era su función pero lo obligaron a quedarse» y con respecto al mensaje afirmó: «Lo voy a guardar de por vida».