Aseguran que los ataques superan en número a los que terminan saliendo a la luz. Advierten que una cuarta parte de la violencia ocupacional se da en el sector sanitario.
El director del Sáenz Peña, Federico Cornier, asegura que los controles en el hospital, que incluyen videovigilancia, vienen dando buenos resultados. (Foto: A. Amaya)
Al menos dos trabajadores del servicio público de salud resultan agredidos cada semana. El dato no es estadístico, ya que no hay registros al respecto, pero sí empírico, según alertó la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), que además estimó que estos hechos violentos superan en número a los que toman estado público. “Nuestros superiores nos desalientan a denunciarlos”, dijeron algunas voces. El tema ya tiene su carga de reclamos pero se actualizó el 29 de octubre pasado, cuando un joven exaltado le dio una trompada a una médica en la guardia del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). Desde ese momento, se implementaron urgentes medidas de seguridad similares a las que se venían aplicando en el Sáenz Peña.
Dos sábados atrás, en plena madrugada, un joven fuera de control golpeó a una médica que intentaba hacerle un electrocardiograma en la guardia. La gota colmó el vaso. Los profesionales se movilizaron porque consideraban que era un incidente a repetición. La movida tuvo resultado, un equipo de Control Urbano municipal debutó el lunes pasado en el lugar para formar lo que se considera “la primera barrera de contención en el ingreso”.