La Provincia presiona a los acopiadores para mejorar la seguridad laboral

El titular de la cartera laboral, Carlos Rodríguez se reunió este mediodía con las entidades vinculadas al acopio y almacenamiento de granos para alcanzar acuerdos en torno a la situación de salud y seguridad laboral en plantas de silos de la provincia.

El encuentro se llevó a cabo esta mañana en el Salón Corner de la sede de Gobierno de Rosario y fue convocado a raíz de los accidentes graves y mortales protagonizados por trabajadores en distintas plantas de silos de la provincia, y de las fallas detectadas por la Dirección provincial de Salud y Seguridad en el Trabajo en la materia.

“Injusto e inmoral”

Para Rodríguez, “cada trabajador que muere en un accidente laboral, lo hace víctima de la negligencia ajena, de la falta de formación y muchas veces de las malas condiciones de trabajo». El ministro, duro con lso empresarios, opinó: «Esto no solamente es injusto, sino inmoral”

“Las causas de mortalidad en silos son archiconocidas, sin embargo los trabajadores rurales siguen muriendo en ellas. Es hora que los empleadores asuman la responsabilidad por la indemnidad de los trabajadores y estén a la altura de las circunstancias. Quienes tienen el deber de seguridad son los empresarios y son ellos los responsables cuando no se adoptan las medidas de prevención elementales”, remarcó el ministro de Trabajo.

“Espero la posición solidaria de los empresarios para que podamos decir ‘basta de muertes en los silos’. Estamos dispuestos a acompañar las acciones necesarias para ello, partiendo del presupuesto de que son los empresarios quienes conforme a las leyes, deben asumir su responsabilidad primaria”, agregó Rodríguez.

Inspección en salud y seguridad en el trabajo

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El Trabajo Infantil Mató: Ezequiel Ferreira falleció por manipular agrotoxicos

A la 1.35 de la madrugada de hoy falleció Ezequiel Ferreira, el niño de tan sólo seis años, víctima del trabajo infantil y de la perversidad de la empresa y la connivencia de gobiernos más preocupados en sesiones de diputados, presupuestos, pagos de deuda, nuevos anuncios y más anuncios engañosos.

El niño, como lo decimos en la nota del 8 de noviembre pasado, es uno de los aproximadamente dos millones de niños que trabajan en nuestro país. Si bien suena fuerte estaba esclavizado por una empresa: la Avícola Nuestra Huella, manipulando guano, sangre de las gallinas y venenos con elementos cancerígenos.

La empresa pone a trabajar en estas zonas de riesgo porque hay que cumplir con los topes de producción que imponen a las familias trabajadoras, donde padres, adultos, mujeres, adolescentes y niños se suman a lograr esa cuota de producción perversa que les exigen, donde los controles no existen y donde los funcionarios hacen la vista gorda.

En el comunicado del día de la fecha de La Alameda sostienen que: Las maestras de la escuela de Ezequiel, ya habían advertido que el niño se dormía cuando iba a clase, hasta que a finales de septiembre se desmayó y fue llevado de urgencia a una clínica de Pilar. Durante semanas nadie tuvo noticias de él. La empresa prohibió terminantemente a los padres hablar del tema con sus compañeros de trabajo. Y logró la manera de modo muy simple: convenciendo a los padres que si algo le pasaba a Ezequiel ellos serían penalmente responsables e incluso les quitarían la tenencia de sus otros hijos y ofreciéndoles a cambio de su silencio, la atención médica del niño y eventualmente una suma de dinero en caso que hubiera un desenlace fatal. Paralizados por el miedo y la desesperación, los padres aceptaron el chantaje y se llamaron a silencio.

Por ello se conoce que luego de la Clínica de Pilar se derivó a la Clínica del Centro de La Plata donde se le detecta el tumor cancerígeno en el cerebro y desde esa clínica es trasladado a la Clínica Laferrere, provincia de Buenos Aires, donde la intervienen quirúrgicamente, de esta clínica y con la reducción parcial pero muy delicado el estado de salud del niño, se lo traslada a la Capital Federal, al Centro Gallego, allí permaneció internado en Terapia Intensiva, su tumor siguió el desarrollo inexorable, según la información y, sobrevino la muerte del pequeño trabajador, cabe aclarar que en esta clínica también fue operado.

En el comunicado de La Alameda y el MTE sostienen que se toma contacto con la realidad cercano a las 21 horas. Ya que: «su estado de salud desde hace días era un secreto guardado entre siete llaves por la empresa que quería evitar a toda costa que se indagara acerca de las causas que lo llevaron a esa situación terminal».

Haciendo historia de la explotación infantil

El pequeño Ezequiel proveniente de la provincia de Misiones fue reclutado junto a su familia a fines del 2007, la presidente de la empresa Nuestra Huella es Alejandra López Camelo, estos reclutadores cobraban 2.500 pesos por cada familia, afirman en el comunicado.

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Evaluarán la seguridad laboral en los silos de Santa Fe

La reunión se llevará a cabo este miércoles 17 de noviembre a las 11 horas, en la sede de Gobierno de Rosario. Participarán representantes de trabajadores, empleadores y empresas privadas vinculadas al sector.

El titular de la cartera laboral, Carlos Rodríguez, convocó a una reunión de carácter tripartito a entidades vinculadas al acopio y almacenamiento de granos con el objeto de analizar la situación de salud y seguridad laboral en plantas de silos de la provincia.

El encuentro –que se llevará a cabo este miércoles 17 de noviembre a las 11, en el Salón Corner de la sede de Gobierno de Rosario- surge a raíz de los accidentes graves y mortales protagonizados por trabajadores en distintas plantas de silos de la provincia, y de las fallas detectadas por la Dirección provincial de Salud y Seguridad en el Trabajo en la materia.

«Injusto e inmoral»

Para Rodríguez, “cada trabajador que muere en un accidente laboral, lo hace víctima de la negligencia ajena, de la falta de formación y muchas veces de las malas condiciones de trabajo en ocasión de la búsqueda de un sustento para si y su familia. Esto no solamente es injusto, sino inmoral”

“Las causas de mortalidad en silos son archiconocidas: sin embargo los trabajadores rurales siguen muriendo en ellos. Es hora que quienes tienen que asumir la responsabilidad por la indemnidad de los trabajadores (los empleadores) estén a la altura de las circunstancias. Quienes tienen el deber de seguridad son los empresarios y son ellos los responsables cuando no se adoptan las medidas de prevención elementales”, remarcó el ministro de Trabajo.

“Espero la posición solidaria de los empresarios para que podamos decir ‘basta de muertes en los silos’. Estamos dispuestos a acompañar las acciones necesarias para ello, partiendo del presupuesto de que son los empresarios quienes conforme a las leyes, deben asumir su responsabilidad primaria”, agregó Rodríguez.

Inspección en salud y seguridad en el trabajo

El funcionario consideró que “es ingenuo o malintencionado pensar que esta problemática se resuelve con más inspectores: nunca habrá inspectores suficientes para estar en cada puesto de trabajo, de cada actividad económica”. Y agregó: “No podemos pedirle a los inspectores clarividencia para anticipar accidentes fatales. Tampoco es concebible pensar en una provincia donde la mitad de los habitantes controlen a la otra mitad”.

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Los Accidentes de Trabajo no son «Gajes del Oficio»

Cuando salió de la mina el Jefe del Turno de aquellos treinta y tres mineros en el norte de Chile, dijo una frase esencial: “¡Ojalá que esto no vuelva a ocurrir!” Esa frase tuvo especial resonancia en la OIT, donde ya estamos preparando el XIX Congreso Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo de 2011. Pero también nos lleva a leer con otros ojos las noticias de diversos países, que hablan de trabajos realizados en condiciones mínimas de protección, a menudo peligrosas.

Si bien los 33 mineros chilenos regresaron a la vida, ya son 32 los mineros que este año han muerto en Chile en accidentes similares, mientras en América latina la cifra ya sobrepasa los 200. También ellos dejaron en evidencia que no podemos hablar de una economía moderna, de un desarrollo propio del siglo XXI, cuando ocurren tragedias – felizmente, con un buen final – como la que golpeó sus vidas por más de dos meses.

Todo ello realza la importancia de los recientes anuncios según los cuales el gobierno de Chile se apronta a ratificar los convenios pertinentes de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo y en las minas. Un hecho que ocurriría en el marco de lo que el presidente Piñera ha denominado “un nuevo trato, una nueva cultura en materia de seguridad laboral”.

Específicamente, el Convenio 176 de seguridad y salud en las minas – aprobado en la Conferencia de la OIT con los votos de representantes de todos los sectores tripartitos – define la necesidad de leyes y normas para la vigilancia de la seguridad y la salud en las minas, determina las formas de inspección en las faenas, declara la necesidad de determinar procedimientos de notificación y de investigación en accidentes mortales, define la necesidad de estadísticas capaces de aportar experiencias para mayor seguridad, reconoce la importancia de la voz de los trabajadores al participar en las medidas relativas a la seguridad.

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LA PRECARIZACION LABORAL MATA

Juan Cruz Manfredini murió en Bahía Blanca a los veinticinco años. Trabajaba en Camin Cargo Control, una empresa cuya sede central se encuentra en Linden, Nueva Jersey, Estados Unidos y opera en 15 países del mundo. Realiza análisis de laboratorio, inspecciones y controles de calidad para empresas petroleras, petroquímicas y de gas.

Juan Cruz falleció el 21 de octubre pasado, luego de cuatro días de agonía, por las quemaduras recibidas luego de una explosión e incendio en un laboratorio clandestino ubicado en la calle Cuyo 1388 de Bahía Blanca. Camin Control no tenía ninguna habilitación para funcionar allí ni como sede administrativa, mucho menos como laboratorio. ¿Accidente de trabajo u homicidio laboral?

En su portal en la web la empresa menciona como una de sus misiones tener “un probado programa de recompensas positivas para elevar el rendimiento de los empleados, la eficiencia, la disciplina y la motivación”.Rendimiento, eficiencia y disciplina sí, del respeto y el cuidado por la vida del trabajador nada. Ya habrá otra joven vida para el recambio.La precarización laboral mata, la vida no es tercerizable.

La tercerización laboral junto a otras formas de precarización laboral es parte de una ofensiva del capital sobre las condiciones de vida y de trabajo. El apogeo de esta ofensiva se produjo en el país durante la década menemista pero bajo los gobiernos que le sucedieron se ha mantenido la misma estructura flexibilizadora como lo demuestra la lucha de los tercerizados del ferrocarril Roca que intentó ser acallada con el asesinato de Mariano Ferreyra a manos de una patota dirigida y financiada por la burocracia de la Unión Ferroviaria. Los dirigentes de ese sindicato, en connivencia con los gerentes de la empresa utilizan los cuantiosos subsidios estatales para armar empresas que tercerizan el trabajo en ferrocarril

En Bahía Blanca las principales tercerizadoras son las empresas multinacionales petroquímicas, petroleras y del gas, y organismos estatales: en primer lugar la Municipalidad, la Universidad Nacional del Sur y el hospital Penna entre otros.

Tercerizar significa en la práctica que tareas consideradas accesorias (mantenimiento, limpieza, vigilancia, comedor) y también otras ligadas directamente a la producción son realizadas por empresas contratadas por la empresa madre.

Los objetivos de la tercerización van por dos vías: Uno, reducir costos, aumentar las ganancias y evadir responsabilidades legales. Así suele ponerse en riego la vida del trabajador/a encomendado tareas peligrosas sin tener la capacitación y la experiencia necesarias y sin respeto por las normas de seguridad adecuadas. La tercerización implica en muchos casos la deslocalización. Se trabaja en otro lugar físico, no en la fábrica o en el barco.

Dos, dividir a los/as trabajadores/as. Muchas veces conviven en el mismo ámbito laboral trabajadores/as encuadrados en distintos convenios, o personal de planta con pasantes y contratados, con distintas escalas salariales y realizando tareas similares. Se busca así que las relaciones de competencia prevalezcan por sobre las relaciones de solidaridad y cooperación entre trabajadores/as.

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SALUD Y ACCIDENTES LABORALES. La realidad dramatica de los trabajadores chilenos

A propósito del fabuloso y feliz rescate de los 33 mineros en Copiapó, Sebastián Piñera anunció un llamado Nuevo Trato con los trabajadores del país en materia, sobre todo, de salud laboral y accidentabilidad. Sin embargo, hasta la fecha no existen medidas concretas al respecto, salvo el rimbombante titular presidencial. Lo que sí abunda son los atropellos y abusos del empresariado con feroces consecuencias para la salud y vida de los asalariados.

“La mayoría de los conductores del Transantiago sufre de estrés laboral y depresión. Hay choferes que manejan bajo el consumo de psicotrópicos. Muchos trabajadores son agredidos y no pasan a la mutual. Como la frecuencia del transporte es irregular, se junta mucha gente en las paradas y los usuarios descargan su ira contra los conductores que son la cara visible del sistema, cuando la programación de las rutas y su recurrencia es una decisión del empresario”, relata Fernando González, presidente de la Federación Nacional Unión de Trabajadores del Transporte que agrupa en su mayoría a trabajadores del Transantiago; exactamente a 5 empresas de las 10 de la industria. Se trata de la zona H, la Milenium (máquinas verdes), Transaraucaria (color naranja), Alsacia (línea 100), y Express (línea 400).

Fernando González añade que “aquí funciona el terrorismo laboral contra nosotros. Legalmente nos correspondería trabajar 7,5 horas diarias, y tener un descanso a las 4 horas, de acuerdo al artículo 26 del Código del Trabajo. Sin embargo, cuando hay recorridos que son circunvalaciones y el chofer llega al terminal, y no hay relevo, es obligado a seguir conduciendo sin pausa. Es decir, pasan hasta 6 horas continuas sin bajarse del bus, sin siquiera ir al baño. Por eso muchos conductores trabajan con pañales. A la empresa Express de Santiago, por ejemplo, le hemos interpuesto demandas sólo para que cumpla lo estipulado en la ley. Además, como no nos pagan las horas extras, se ahorran o ganan 6 millones de dólares más sólo por este concepto.”

Un chofer del Transantiago es pasado a buscar por una band a su casa alrededor de las 02:30 horas de la madrugada, para recién empezar a conducir a las 06:00 horas. El trabajador llega a la “bodega” a las 04:00 horas, lo que es contabilizado por el empleador como “tiempo pasivo” a cargo del trabajador. Normalmente hace hasta tres recorridos, para recién a la 10:00 horas, pasar por primera vez al baño. Después el funcionario da una vuelta más y termina a las 16:00 horas. Es decir han transcurrido 12 horas desde que fue recogido a su hogar por la empresa. Esto ocurre 6 días a la semana.

“La salud mental de los trabajadores es pésima”, sentencia González y agrega que “cuando trabajábamos en las micros amarillas uno llegaba al paradero y todos los choferes compartían, teníamos muy buenas relaciones y había un buen ambiente. Se comía bien y se nos pagaba bien. Hoy uno llega a un depósito y la gente está sentada, no hay conversación, todos están amargados. Hay muchos conductores con familias destruidas producto de las largas jornadas, los controles excesivos, las presiones, casi todos los días hay choques, y por el hecho de haber ganado $800 mil pesos mensuales o más antes y ahora percibir menos de la mitad. En el último tiempo se han ahorcado tres conductores.”

En el campo

Alicia Muñoz es la presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas, ANAMURI, y dice que “lamentablemente cada año, más que evaluar avances, continuamos sumando víctimas producto de las condiciones en las que trabajamos, no solamente las mujeres de la agro exportación, las trabajadoras del campo, los trabajadores del campo y la ciudad, los mineros. Cada temporada debemos lamentar la muerte o accidentes graves, que pudieron ser prevenidos, si los empresarios con sus gigantescas ganancias, hubiesen invertido en mejorar las condiciones de seguridad”.

Según las últimas investigaciones del Centro de Estudios de la Mujer (CEDEM), las condiciones en que se realiza el trabajo asalariado agrícola, en particular de las mujeres, está ligado directamente a la calidad de vida y la salud, por tanto, los factores de riesgos “no sólo son físicos, ambientales o químicos, sino que están vinculados a la forma que adquiere la contratación de la fuerza de trabajo”.

La principal representante de ANAMURI lamenta que “Sigue siendo normal aplicar plaguicidas estando las y los trabajadores en los huertos; no respetar los períodos de reingreso, y el criterio de la ganancia prima por sobre la vida y la salud de las trabajadoras”. En ese contexto, Alicia Muñoz relata el caso de “Cecilia Ortiz, trabajadora agrícola de la región de Atacama, quien sufrió un grave accidente con resultado de pérdida de vida. Y hasta el momento, la empresa “La Ruta” de Copiapó sigue negando tener cualquier responsabilidad en su muerte, pese al informe forense. El caso continúa en los tribunales de justicia, y hasta ahora no existe ningún pronunciamiento”.

Casos como “el de Cecilia, de Victoria en Talca, Cristiana en la novena” se convierten en cifras que siempre quedan en lo oscuro, incluso cuando en la región del Maule, en la temporada 2009 se constataron “más de 50 accidente con consecuencias fatales o sea 50 pérdida de vidas humanas y más de 130 lesionados gravemente. En la actualidad, van a la fecha 94 accidentes, por accidentes laborales en esta región, quedando los y las trabajadoras en la más absoluta indefensión”, concluye Alicia Muñoz.

En el mar

“El Presidente Sebastián Piñera ha planteado la necesidad de un nuevo trato para los trabajadores de nuestro país. Es de esperar que no sólo sean buenas intenciones, sino más bien sirva para colocarse a la altura del desarrollo productivo que ha alcanzado nuestra patria y la retribución y redistribución justa para los trabajadores de nuestro pueblo”, manifiesta el máximo dirigente de la Confederación de la Gente del Mar (CONGEMAR), Jorge Bustos.

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