Los modelos sociales a gran escala son tan complejos que un pequeño cambio en el entorno puede tener consecuencias inesperadas. Por ejemplo, imaginemos que queremos reducir el número de accidentes de tráfico. Si alguien nos sugiere implementar en los coches el sistema de frenos ABS, probablemente pensaremos que es una buena idea para evitar accidentes.
Pero un experimento demostró que era justo al contrario.
Fue el llamado Experimento del taxista de Múnich, llevado a cabo a finales de 1980. La mitad de la flota de una compañía de taxis de Múnich estaba equipada con el nuevo sistema de frenos ABS, la otra mitad no. Lo que descubrieron los investigadores es que la mayoría de los taxis que se veían involucrados en accidentes eran justamente los coches equipados con ABS.
Para averiguar qué ocurría, instalaron una suerte de caja negra en los taxis que registraba toda la información de la conducción. Los taxistas también podían ir acompañados de observadores que tomaban nota de tus conducta; pero los taxistas no sabían quién era observador y quién no lo era, y los observadores no sabían tampoco si el taxi tomado tenía ABS o no. Ver más