Las empresas pueden llegar muy lejos para tapar auténticas barbaridades en lo que a falta de prevención de riesgos laborales se refiere. De hecho, pueden tener los pocos escrúpulos de propiciar la reducción de la gravedad de accidentes laborales con serias consecuencias para evitar, con ello, las sanciones que conllevan las posteriores inspecciones de trabajo.
Esto es un hecho que muchos empleados, tanto de pequeñas como de grandes empresas, conocen aunque se imponga, en muchas ocasiones, la Ley del Silencio. En tiempos de crisis como los actuales, la conservación del puesto de trabajo y la necesidad, tanto para el propio trabajador como para sus patrones, de garantizar la viabilidad de las empresas, lleva a falsear la realidad de cara a la opinión pública y las autoridades competentes.
El secretario comarcal de Salud Laboral de Comisiones Obreras (CCOO), José Gavilán, dio parte de que cada vez son más habituales estas prácticas en diversas empresas del Campo de Gibraltar, y que ello les ha obligado, una vez que han tenido conocimiento de un accidente de estas características, a transmitir verbalmente a Inspección de Trabajo sus sospechas, lo que en ocasiones ha dado lugar a una investigación que ha esclarecido los hechos.
Motivos económicos
El motivo de que las empresas adopten estas prácticas es muy sencillo, evitar inspecciones que conlleven sanciones. Cuando se produce un accidente laboral, y tras la preceptiva atención médica a través de la empresa mutualista, la empresa está obligada a emitir un parte y transmitirlo por vía telemática a través del llamado Sistema de Declaración Electrónica de Accidentes de Trabajo (Sistema Delta).
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