
Las gravísimas quemaduras externas e internas, además del debilitamiento del sistema cardíaco, provocaron la muerte de un empleado que había sufrido una descarga eléctrica, ocasión en la que su cuerpo se había prendido fuego. El deceso de Gabriel Salto, quien tenía 36 años y se domiciliaba en el barrio Belén de la ciudad Capital, se produjo ayer alrededor de las tres de la tarde en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital Regional, donde se encontraba internado.
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