Los niveles de radiación a los que fueron expuestos los japoneses, incluidos los habitantes de la prefectura de Fukushima, tras el accidente de la planta nuclear que siguió al terremoto y al tsunami de 2011, fueron menores al límite que se considera nocivo para la salud.
Así lo establece un informe elaborado por un grupo internacional de 30 expertos convocados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que analizaron las dosis de radiación encontradas en las personas que habitaban en la localidad de Fukushima (a más de 20 kilómetros de la central), el resto de japoneses, los residentes de países vecinos y representantes del resto del mundo.
La conclusión del informe es que ninguno de estos grupos cuenta con niveles de radiación superiores a los límites peligrosos para la salud, establecidos por la Comisión Internacional de la Protección a la Radiación (ICRP).
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