El chofer intentaba transportar la producción hacia el ingenio, cuando el fuego destruyó el rodado pesado. Según pudo constatarse se registraron una decena de quemas de campos entre Concepción y Simoca. Las prohibiciones legales.
EN MEDIO DE LAS LLAMAS. Los vecinos de la zona colaboraron para tratar de extinguir el incendio del tractor. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
El tractorista Enrique Sosa experimentó amargamente el riesgo que representa la quema de cañaverales. Fue ayer al mediodía en la localidad de Yerba Buena, ubicada 7 kilómetros al este de Monteros, por la ruta provincial 325, terminó con su Massey y Ferguson destruido por las llamas. Fue luego de proceder él mismo a incendiar las plantaciones que ya habían sido derribadas y dispuestas, según dijo, para ser transportadas en la noche al ingenio Ñuñorco.
Al rodado lo había dejado en la banquina para luego descender y dirigirse a iniciar la quema. «Estaba al fondo de la finca cuando las llamas comenzaron a avivarse. Entonces el viento las orientó hacia la ruta. Después ocurrió el resto», relató Sosa.