“Mi esposo, Miguel Díaz (30), es testimonio vivo del Milagro” manifestó Cecilia Hernández de Díaz, (29), de Embarcación, ordenanza de la escuela “Fray Francisco Victoria”. “En un accidente de trabajo recibió 33 mil voltios de descarga eléctrica. Los médicos lo desahuciaron y ahí lo tiene hoy, vivito y coleando”, resaltó, emocionada.
Tras el accidente en Embarcación, Díaz fue derivado a Orán, y luego a Salta. “Aquí, el 28 de mayo de 2008, a las 3 de la tarde, los médicos me dijeron que estaba muy mal, que ya eran escasas las posibilidades de vida”.
Confiesa que no recuerda cómo llegó a la Catedral, pero sí “que lloré muchísimo. Le pedí al Señor y a la Virgen que lo salven, que no se lleven al padre de mis hijos”. Al regresar a la clínica “ya estaba un poquito mejor, y de ahí empezó a evolucionar. Tuvo 13 operaciones, al principio había quedado en silla de ruedas, pero ya superó todo. Ese mismo año pudimos viajar todos en familia a la procesión, esta es la tercera vez”.