Anualmente los accidentes agropecuarios promedian los 40.000 casos; la falta de prevención y capacitación son las primeras causas disparadoras de los accidentes
Los alambradores, siempre amenazados por los lacerantes «chirlos» del acero. Foto: Archivo
La actividad agropecuaria sigue siendo la más riesgosa del mundo, con una tasa de accidentes que alcanzan los 250 millones a nivel mundial de los cuales alrededor del 15 por ciento suele ser mortales. El campo sigue siendo un lugar peligroso para el trabajo: la falta de prevención, concientización y capacitación abre las puertas de los riesgos laborales en una actividad que incluye maquinas pesadas, trabajo a campo, manejo de electricidad y condiciones climáticas severas. El cansancio, la desatención, la irresponsabilidad y el exceso de confianza son los principales motivos que llevan a los accidentes más frecuentes.
En la Argentina la Superintendencia de Riesgos del Trabajo cuenta con los últimos datos ajustados solo al 2011, en el que se produjeron 38.189 accidentes.
«La falta de responsabilidad es una de las principales causas, ya que muchos empleados, incluso habiéndolos capacitado, se arriesgan con maniobras peligrosas para ganar tiempo o buscar la solución más sencilla, indico el ingeniero Fernando Ravaglia, consultor y especialista en el manejo de los recursos humanos de las empresas agropecuarias.
Según informa la OIT, los trabajadores agrícolas activos rondan los 1300 millones, lo que representa un 50 por ciento de la mano de obra en el mundo. Para Abel Guerrieri, director de Relaciones Laborales de la SRA, «abarcar el trabajo rural nos pone ante una difícil situación por su enorme diversidad que va desde trabajadores no remunerados (propietarios) hasta trabajadores temporales y estacionales».
Como lo señala la OIT, el trabajo agrícola es uno de los más peligrosos del mundo, comprobándose en algunos países que la tasa de accidentes en la agricultura duplica la de las demás industrias. Según datos de la OIT, al año ocurren 250 millones de accidentes de trabajo de los cuales 355.000 son mortales y de estos 170.000 corresponden al trabajo agrícola.
Resulta muy interesante el diagnóstico que realiza la OIT, en el que señala la dificultad para reunir datos de accidentología del sector rural (en algunos países excluida de la protección de las leyes sobre riesgos del trabajo) como la subnotificación de enfermedades profesionales, que éste organismo relaciona con la dificultad de diagnóstico de dichas enfermedades.
LOS ACCIDENTES EN NUESTRO PAÍS
La principal forma de ocurrencia de accidentes en el ámbito de la agricultura, silvicultura, ganadería y pesca, según los datos brindados en el 2011 por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, fueron las «pisadas, choques o golpes por objetos» con el 29,3% de los casos. Y los accidentes por caída de personas ocupa el segundo puesto en la estadística con el 25% de los casos.
Guerrieri afirma: «nuestro análisis es que las causales registradas en nuestro país, coinciden con las señaladas por la OIT en el resto del mundo. Sin embargo, preocupan algunos datos. En primer lugar, es muy amplio el porcentaje de las no clasificadas (25,3%) y por otro, el tema que nos llama más la atención, es la casi inexistencia de registro de enfermedades profesionales. Interpretamos que en las enfermedades profesionales no se registran adecuadamente, siendo atendidas generalmente por la Obra Social a la que pertenece el trabajador rural, sin notificarse a la ART.»
El ingeniero Fernando Ravaglia opina que entre las principales causas de accidentes rurales se encuentra «el cansancio que se acentúa cuando se trabaja con exceso de calor, deshidratación o falta de períodos de descanso. Trabajar cansado lleva a perder el control de lo que se hace y es fácil tener un accidente».
Ravaglia también encuentra a la falta de atención en el trabajo a la otra gran causa de inconvenientes que se agrava por las distracciones que generan los mensajes de texto con los celulares. «Yo propongo por ejemplo que cuando se trabaja con animales en vacunaciones o en la manga todo el mundo deja los teléfonos apagados para evitar accidentes por contestar un mensaje de texto».
Para los especialistas hay una asignatura pendiente por la gran falta de capacitación sobre los riesgos que implica trabajar con máquinas, animales y herramientas de mano.
«Hay un verdadero problema con el exceso de confianza, que hace que todos piensen que los accidentes les pasan a los demás porque son tontos y en ese mismo momento comienzan a preparar su futuro accidente» opina Ravaglia.
REPETICIÓN
Para Ravaglia, los accidentes más frecuentes:
- «Son los vinculados con el manejo y operación de maquinarias con consecuencias como aplastamiento o amputaciones de miembros por elementos que se mueven( poleas, cadenas).
- «Muertes por tractores que vuelcan o por llevar personas sobre los equipos o como acompañantes en tractores que no están diseñados para ello, estas personas caen y los equipos les pasan por arriba.
- «Accidentes con tomas de fuerza de tractores. Accidentes en los ojos y cara por usar herramientas de taller (amoladoras, taladros, etc.), sin antiparras o soldar sin caretas protectoras.
- «Heridas lacerantes o amputaciones por impericia en el uso de motosierras.
- «Electrocución por manejo imprudente de aparatos eléctricos o por falta de instalaciones seguras (térmicas, disyuntores).
- «En el trabajo con animales los accidentes más habituales son golpes, caídas o pisotones, que cuando uno piensa en un pisotón o un golpe de un animal que pesa por lo menos 400 kilos, no es nada suave.
La forma de prevención más eficiente es evidentemente la capacitación del trabajador rural .
«Capacitar, entrenar hasta que la prevención se haga un hábito constante. Brindar a los operarios los elementos de seguridad y asegurarse de que los usen en función de cada trabajo (caretas, antiparras, borceguíes, auriculares, tapones para los oídos y cascos), opina Ravaglia.
Un principio que parece casi infalible.
PRINCIPALES CAUSAS
Los excesos de confianza
Todos creen que los accidentes les pasan sólo a los demás y allí se convierten en víctimas.
Trabajar sin descanso
El cansancio, por ejemplo, se acentúa con el calor y lleva a perder el control de lo que se hace: accidente al acecho.
Maniobras peligrosas
Muchos empleados, incluso, habiéndolos capacitado, se arriesgan desempeñando maniobras peligrosas para ganar tiempo.
La falta de capacitación
A menudo se desconoce la manera de trabajar con ciertas máquinas, herramientas.
Desantención y distracción
Hoy están agravadas por el utilización de celulares y el envío de mensajes de texto. Lo mejor: teléfonos apagados.