Al menos 32 personas murieron al incendiarse un teatro

El siniestro se registró debido a las numerosas velas que se utilizaron en una obra. Sucedió en un popular establecimiento de la ciudad egipcia de Beni Suef, al sur de El Cairo.

(EFE). Al menos 32 personas murieron y otras 37 resultaron heridas a consecuencia de un incendio en un teatro en Beni Suef, a unos 96 kilómetros al sur de El Cairo, durante una representación, según informó la televisión egipcia.

Sin embargo, fuentes médicas citadas por la cadena de televisión por satélite qatarí Al-Yazira elevaron a 39 la cifra de víctimas mortales y establecieron en cerca de 40 la de heridos, algunos de ellos en estado muy grave, por lo que no descartaron que el balance final de fallecidos pueda aumentar en las próximas horas.

En el momento de la tragedia, ocurrida sobre las 21:30 hora local (18:30 GMT), había unas 150 personas en la sala de teatro, dependiente del Ministerio de Cultura, que estaba abarrotada por ser la noche del estreno.

Según el gobernador de la provincia, Anas Yafar, el origen del fuego fueron las numerosas velas que la compañía teatral utilizaba en la representación, la primera de un gira por el sur del país.

«Algunas de las velas cayeron al suelo y prendieron trozos de papel. Las llamas desataron el pánico y varias personas murieron en la estampida cuando trataban de huir», explicó Yafar a la televisión egipcia.

«Un total de 29 personas permanecen aún hospitalizadas, algunas de ellas con heridas graves», apostilló el gobernador.

La versión de Yafar desmiente así cualquier origen intencionado del incendio en Beni Suef, en la provincia homónima del Alto Nilo, en la margen occidental del río, donde actuaron con gran virulencia los grupos radicales islámicos en los años 90.

Las representaciones teatrales como las de esta noche suelen atraer a la población con menos recursos, ya que están financiadas por el Ministerio de Cultura y el acceso a la sala suele ser gratuito.

Fuente: www.infobae.com

Al menos nueve muertos al caer un teleférico en Austria

El accidente se produjo al desprenderse sobre tres de las cabinas una pieza de 750 kilos de hormigón que trasladaba un helicóptero. El año pasado hubo un hecho similar pero sin víctimas.

Al menos nueve personas murieron y varias resultaron heridas al desprenderse hoy una cabina de un teleférico en los Alpes del Tirol austriaco y caer al vacío los ocupantes de otras dos góndolas que se vieron sacudidas en el siniestro, informaron fuentes de los equipos de rescate.

La cifra de víctimas es provisional, subrayó un portavoz policial, quien comentó que los heridos, cuya cantidad exacta se desconoce aun, están siendo trasladados en helicópteros al hospital universitario de Innsbruck.

El accidente se produjo cuando un helicóptero de carga que sobrevolaba la región de glaciares en el valle de Otztal a una altura de 300 metros por encima del teleférico, perdió una pieza de 750 kilogramos de hormigón que transportaba y ésta cayó sobre una de las cabinas, que se desprendió del cable.

El impacto de la caída de la pieza de hormigón sacudió a tal punto otras dos cabinas que algunos de sus ocupantes, en su mayoría turistas, salieron despedidos y cayeron al vacío.

Varios equipos de montaña, de la Cruz Roja, de la Policía y empleados de la operadora del teleférico, así como varios helicópteros acudieron inmediatamente al lugar del accidente.

La pieza de hormigón era transportada con un helicóptero a la estación de montaña Schwarze Schneid I-Bahn, situada a 3.309 metros de altura, que ya fue escenario de un espectacular incidente el año pasado, que no causó víctimas porque la cabina que se desprendió y cayó estaba vacía.

No obstante, se quedaron atascadas las cabinas con pasajeros en el sentido ascendente y un total de 113 personas tuvieron que ser descolgadas con cuerdas (desde unos 50 metros de altura), en una difícil acción que duró varias horas bajo las frías temperaturas de noviembre pasado.

Las investigaciones pertinentes determinaron que el origen de aquel accidente fue una «potenciación de vibraciones» y dos funcionarios del teleférico fueron suspendidos.

Las autoridades austriacas exigieron mejoras para permitir la reanudación del funcionamiento del teleférico y aparentemente, los transportes de material que sobrevolaron hoy el lugar están relacionados con la construcción de las reformas requeridas.

Fuente: Diario Clarín

Aseguran que vuelve a correr peligro la planta de Chernobyl

El reactor de la central nuclear ucraniana, recordado por su explosión en 1986, podría dejar escapar nuevamente polvo radiactivo.

De acuerdo con un informe encargado expresamente por la ONU, el «sarcófago» o capa protectora construido sobre el reactor averiado de la central nuclear «se ha degradado, puede desplomarse y provocar la salida de polvo radiactivo», reveló hoy la agencia rusa de noticias Itar-Tass.

En su opinión, la capa protectora sobre uno de los reactores de la central, que explotó el 26 de abril de 1986, «fue construida rápidamente con algunos defectos en las estructuras y no permitió la obtención de datos completos sobre la estabilidad del reactor averiado».

Además, el informe revela que algunas estructuras del sarcófago «estuvieron sometidas durante los dos últimos decenios a la intensa corrosión».

En ese sentido, los científicos destacaron que el peligro potencial «es el posible desplome de la parte superior del sarcófago y la salida de polvo radiactivo a la atmósfera».

El 26 de abril de 1986, el reactor del cuarto bloque de la planta nuclear de Chernobyl explotó en mil pedazos y dejó su estela de muerte y desolación por miles de kilómetros cuadrados, con consecuencias mortales que se extenderían en el tiempo.

«Del techo del bloque, como del cráter de un volcán, surgieron inmensas llamaradas. Se alzaron hacia el cielo y luego todo aquello cayó sobre nuestra tierra», relató un testigo de aquel fatídico día.

Los efectos radiactivos se propagaron por Ucrania, Bielorrusia y Rusia. En este último país quedó contaminada una superficie de 56.000 kilómetros cuadrados y más de dos millones y medio de personas sufrieron, en mayor o menor medida, los efectos de la radiación.

Centenares de miles de habitantes huyeron de las regiones aledañas a Chernobyl en busca de «tierras sanas», aunque otros decidieron desafiar lo imposible en las casas que los vieron nacer.

En un radio de 30 kilómetros de la central de Chernobyl, declarada zona de seguridad inmediatamente después de la avería, viven hoy 2.000 familias, según la misma agencia oficial.

Aunque los médicos aún no establecieron con certeza las consecuencias de la radiación sobre el organismo humano, las estadísticas indican la aparición e incremento de enfermedades hasta entonces poco conocidas o incluso desconocidas.

En las regiones rusas afectadas por explosión, se registraron 154 casos de cáncer de tiroides en niños, inmediatamente relacionados con la «huella de Chernobyl».

Pero aparte de los números, los especialistas entienden que las consecuencias del accidente pudieron haber sido mucho mayores de no haber sido por el valor de quienes murieron en el intento por apagar el fuego del reactor.

De los 250.000 rusos – muchos de ellos voluntarios – que participaron en la descontaminación del lugar y en la construcción del ahora cuestionado «sarcófago» con que fue sellado el generador siniestrado, 40.000 quedaron inválidos y 8.000 ya descansan los cementerios de la región.

En el informe conocido hoy, sin embargo, se indica que el peligro puede ser eliminado con la nueva cúpula sobre el sarcófago, cuya construcción comenzaría próximamente.

La nueva cúpula, calculada para soportar más de 100 años, permitiría acometer el desmantelamiento del sarcófago actual, retirar el combustible nuclear del reactor averiado y, a fin de cuentas, desguazar el mismo reactor.

Fuente: www.infobae.com

Los médicos recomiendan asumir las molestias de volver a trabajar como causa de un cambio de rutina

«Recrearse» en el malestar del inicio laboral genera una preocupación desmedida.

Madrid, 30 de agosto de 2005. Los médicos de familia recomiendan a la población que estos días experimentan molestias físicas o psicológicas derivadas de la vuelta al trabajo que las asuman como causa de un cambio de rutina. Aunque dichas molestias sólo son preocupantes si persisten más de allá de una semana o diez días, cada año es más frecuente que en los primeros días de septiembre aumente la presencia en los centros de salud de pacientes con un conjunto de síntomas o molestias físicas (fatiga, falta de apetito, molestias estomacales,.) y psíquicas (tristeza, irritabilidad,.) al cual los expertos se refieren como síndrome postavacacional. «Las medidas para corregir este trastorno deben centrarse en prevenir la aparición de la sintomatología y en asumir que las molestias pueden estar originadas simplemente por un cambio en la rutina diaria», asegura el doctor Asensio López Santiago, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).

A la hora de afrontar este trastorno, el doctor López Santiago destaca que es importante adoptar una actitud positiva, procurando no «recrearse» excesivamente en la incomodidad de los primeros días de incorporación al trabajo. «Los afectados», explica, «deben evitar centrarse demasiado en las molestias porque lo único que se consigue es generar una preocupación desmedida».

Síntomas físicos y psíquicos

Cansancio, falta de apetito, somnolencia, falta de concentración, taquicardia, dolores musculares, molestias en el estómago, sensación de falta de aire e insomnio son algunos de los síntomas físicos que presentan los afectados por el síndrome vacacional. A nivel psicológico, también pueden presentarse signos o trastornos como falta de interés, irritabilidad, nerviosismo, inquietud, tristeza o indiferencia

Según el vicepresidente de semFYC, hay soluciones para los dos tipos de síntomas. «Entre las medidas para corregir las alteraciones de carácter físico, al paciente se le aconseja regular los horarios y el reloj biológico los días previos a iniciar el trabajo. Para ello es preciso acostarse en los horarios habituales y ser prudentes con el tiempo dedicado a la siesta. Es bueno dejarse al menos dos días del final de las vacaciones como periodo de adaptación. En el caso de que sea posible, es aconsejable regular progresivamente la intensidad de la actividad que se realiza en el trabajo. También es importante dormir más horas los primeros días de incorporación al trabajo, con un horario bien regulado».

A nivel psicológico, según el doctor López Santiago es bueno «desterrar la idea o sensación de que las vacaciones son un estado absolutamente opuesto al periodo de trabajo, y por tanto que uno es sinónimo de placer y el otro lo es de malestar y sufrimiento». «Además», continúa, «es necesario asumir que se trata de un malestar propio de los primeros días y evitar darle de demasiada importancia; no se puede estar tampoco en una actitud de queja y malestar permanente. Por eso es aconsejable, por un lado, planificar actividades gratificantes para los días laborales, buscando un tiempo para el ocio, y por otro lado, afrontar la vuelta al trabajo como un nuevo periodo vital en el que se pueden desarrollar nuevas tareas para el desarrollo personal. Si la persona ya tiene los síntomas, debe tener en cuenta que no es el mejor momento para tomar decisiones importantes sobre su futuro laboral».

Perfil del afectado

El síndrome postvacacional suele afectar a personas jóvenes, menores de 40 -45 años, que experimentan una ruptura brusca del ritmo vacacional incorporándose al trabajo sin transición alguna. Suele presentarse igualmente en aquellos que tienden a idealizar el periodo de vacaciones como la culminación de su bienestar personal. También son propensos los que presentan de forma habitual malestar o disconfort con su trabajo y en la actividad laboral cotidiana y los afectados por el síndrome de burn out («quemados»), que tienen problemas de agotamiento o desencanto con el trabajo que realizan.

El vicepresidente de semFYC aclara que el síndrome postvacacional no es preocupante aunque si el malestar no desaparece transcurridos los primeros 7 – 10 días, «es necesario que el afectado acuda a la consulta de su médico de familia para descartar que no estamos ante un problema de otra naturaleza, que requiera una atención diferente».

Fuente: Boletin de BuscaSalud.com

En los últimos años se han descrito una serie de enfermedades asociadas a las nuevas instalaciones de que se dota a los edificios modernos.

Pamplona, 4 de agosto de 2005. En los últimos años se han descrito una serie de enfermedades asociadas a las nuevas instalaciones de que se dota a los edificios modernos – sistemas de ventilación forzada, ordenadores, etc. – Se trata de un grupo de síntomas que padecen los trabajadores de un mismo edificio â??enfermoâ??, relacionados con su ambiente interior. Un trabajo de investigación del Dr. Joan Boldú, de la Sección de Neumología del Hospital Virgen del Camino, explica sus características, patologías y síntomas.

La generación de entornos de trabajo, como los sistemas de ventilación artificial, la proliferación de ordenadores, fotocopiadoras, impresoras etc., el uso extensivo de materiales sintéticos, los sistemas de iluminación fluorescente generales, o la presencia de contaminantes directos como el humo del tabaco y otros, generan efectos nocivos para la salud.

Las patologías que producen son de tres tipos:

1. Hay personas con enfermedades ya conocidas que sufren empeoramiento al permanecer en el edificio en el que trabajan. Así, pacientes diagnosticados de asma bronquial, rinitis alérgica o dermatitis atópica, empeoran al permanecer en el interior de determinados edificios, bien por su exposición a distintos alérgenos presentes en dicho medio (irritantes volátiles, etc.) o a las condiciones microambientales del interior del edificio (condiciones adversas de humedad, temperatura, etc.)

2. Hay un segundo grupo de enfermedades específicas de diversos tipos, producidas por el edificio: enfermedades infecciosas (por transmisión de agentes infecciosos, ya sea a través de los sistemas de acondicionamiento de aire como de persona a persona), enfermedades virales (producidas por dispersión de antígenos del propio edificio, como en las neumonitis por hipersensibilidad, fiebre de los humidificadores, etc.); enfermedades tóxicas (producidas por difusión de irritantes o tóxicos volátiles presentes en el ambiente como CO, formaldehído, órgano fosforados, etc.)

3. Finalmente está el â??síndrome del edificio enfermoâ?? al que se define como la situación en la que en un edificio determinado, más personas de lo normal manifiestan tener un conjunto de síntomas inespecíficos pero bien definidos, que desaparecen al abandonar el edificio. Incluye un grupo de síntomas de vías respiratorias, dermatológicos, oculares y sistémicos, que aparecen mientras se permanece en el interior de un edificio y mejoran tras alejarse de dicho ambiente. Desde 1970 se han descrito casos de trabajadores en un mismo edificio, escuelas, hospitales e incluso domicilios.

Contaminantes del aire del edificio

Se trata de contaminantes volátiles procedentes de materiales aislantes, mobiliario, complementos de oficina, productos de limpieza, maquinaria etc. Los más habituales son: componentes orgánicos volátiles: formaldehído, disolventes, compuestos desprendidos de impresoras y fotocopiadoras, pinturas y barnices; polvo y fibras del ambiente interior: asbesto, fibra de vidrio, polvo de papel, papel autocalcable, descomposición de materiales de construcción, suciedad; bioaerosoles: bacterias, hongos, virus, ácaros, excrementos y pelos de animales; vapores de escape de vehículos y de la industria; contaminantes generados por la actividad humana: dióxido de carbono, perfume; humo del tabaco; Otros: deterioro por humedades, pesticidas, radón, materiales del edificio, productos de la combustión del carburante etc.

Ventilación y factores del propio edificio

Se precisa una buena ventilación para disminuir la concentración de contaminantes ambientales que potencialmente puedan producir síntomas. A menos ventilación mayor afectación clínica. Una proporción de ventilación mayor de 10 l/seg/persona parece disminuir la prevalencia de síndrome del edificio enfermo. En cuanto a los tipos de ventilación, la natural disminuye mucho la probabilidad de que se presenten síntomas, a pesar de que los rangos de humedad y temperatura no se encuentren entre los límites aconsejados. Cuanto más hermético es el edificio, más posibilidades de que se genere patología.

Los factores físicos son, asimismo, importantes: temperatura mayor de 23º C, humedad inferior al 40% o superior al 60%, ruido, iluminación inadecuada, controles ambientales y de iluminación no ajustables por el usuario, aumentan la prevalecia de los síntomas. Los techos bajos inferiores a 2,4 metros, las áreas de archivo de documentación en papel y unos servicios de mantenimiento del edificio ineficaz y con mala comunicación con los usuarios, se han relacionado también con mayor prevalencia de síntomas.

Factores relacionados con la organización del trabajo

Un estatus bajo a nivel laboral, un aumento del estrés y una escasa satisfacción laboral, favorecen la aparición del síndrome del edificio enfermo. El espacio disponible por el trabajador y la concentración de máquinas de oficina en áreas determinadas favorecen también la aparición de síntomas. Finalmente, el número de horas pasadas delante de los monitores de ordenador también se ha relacionado con aumento en los síntomas.

Los síntomas asociados al síndrome del edificio enfermo

Los síntomas más comunes son: oculares (irritación, sequedad, picor de ojos); nasales y faríngeos (obstrucción nasal es el más frecuente, sequedad en la garganta, irritación y prurito); rinitis (con estornudos y rinorrea); respiratorios (tos, opresión torácica, disnea); neuropsicológicos (el más prevalente es la astenia); y otros menos frecuentes (cefalea, letargia, irritabilidad, dificultad de concentración, bajo rendimiento intelectual); cutáneos (sequedad, picores).

Es característico el inicio de los síntomas a las pocas horas de entrar en el edificio, y la mejoría de todos los síntomas excepto los cutáneos, a la hora de abandonarlo. Las alteraciones dermatológicas pueden tardar días en desaparecer. Estos síntomas no amenazan la vida del paciente pero conllevan bajas laborales y descenso de la productividad. Afectan con distinta intensidad a los distintos trabajadores, dependiendo de los microambientes donde estén ubicados y de la susceptibilidad individual.

Fuente: Boletin de BuscaSalud.com

En los últimos años se han descrito una serie de enfermedades asociadas a las nuevas instalaciones de que se dota a los edificios modernos.

Pamplona, 4 de agosto de 2005. En los últimos años se han descrito una serie de enfermedades asociadas a las nuevas instalaciones de que se dota a los edificios modernos – sistemas de ventilación forzada, ordenadores, etc. – Se trata de un grupo de síntomas que padecen los trabajadores de un mismo edificio â??enfermoâ??, relacionados con su ambiente interior. Un trabajo de investigación del Dr. Joan Boldú, de la Sección de Neumología del Hospital Virgen del Camino, explica sus características, patologías y síntomas.

La generación de entornos de trabajo, como los sistemas de ventilación artificial, la proliferación de ordenadores, fotocopiadoras, impresoras etc., el uso extensivo de materiales sintéticos, los sistemas de iluminación fluorescente generales, o la presencia de contaminantes directos como el humo del tabaco y otros, generan efectos nocivos para la salud.

Las patologías que producen son de tres tipos:

1. Hay personas con enfermedades ya conocidas que sufren empeoramiento al permanecer en el edificio en el que trabajan. Así, pacientes diagnosticados de asma bronquial, rinitis alérgica o dermatitis atópica, empeoran al permanecer en el interior de determinados edificios, bien por su exposición a distintos alérgenos presentes en dicho medio (irritantes volátiles, etc.) o a las condiciones microambientales del interior del edificio (condiciones adversas de humedad, temperatura, etc.)

2. Hay un segundo grupo de enfermedades específicas de diversos tipos, producidas por el edificio: enfermedades infecciosas (por transmisión de agentes infecciosos, ya sea a través de los sistemas de acondicionamiento de aire como de persona a persona), enfermedades virales (producidas por dispersión de antígenos del propio edificio, como en las neumonitis por hipersensibilidad, fiebre de los humidificadores, etc.); enfermedades tóxicas (producidas por difusión de irritantes o tóxicos volátiles presentes en el ambiente como CO, formaldehído, órgano fosforados, etc.)

3. Finalmente está el â??síndrome del edificio enfermoâ?? al que se define como la situación en la que en un edificio determinado, más personas de lo normal manifiestan tener un conjunto de síntomas inespecíficos pero bien definidos, que desaparecen al abandonar el edificio. Incluye un grupo de síntomas de vías respiratorias, dermatológicos, oculares y sistémicos, que aparecen mientras se permanece en el interior de un edificio y mejoran tras alejarse de dicho ambiente. Desde 1970 se han descrito casos de trabajadores en un mismo edificio, escuelas, hospitales e incluso domicilios.

Contaminantes del aire del edificio

Se trata de contaminantes volátiles procedentes de materiales aislantes, mobiliario, complementos de oficina, productos de limpieza, maquinaria etc. Los más habituales son: componentes orgánicos volátiles: formaldehído, disolventes, compuestos desprendidos de impresoras y fotocopiadoras, pinturas y barnices; polvo y fibras del ambiente interior: asbesto, fibra de vidrio, polvo de papel, papel autocalcable, descomposición de materiales de construcción, suciedad; bioaerosoles: bacterias, hongos, virus, ácaros, excrementos y pelos de animales; vapores de escape de vehículos y de la industria; contaminantes generados por la actividad humana: dióxido de carbono, perfume; humo del tabaco; Otros: deterioro por humedades, pesticidas, radón, materiales del edificio, productos de la combustión del carburante etc.

Ventilación y factores del propio edificio

Se precisa una buena ventilación para disminuir la concentración de contaminantes ambientales que potencialmente puedan producir síntomas. A menos ventilación mayor afectación clínica. Una proporción de ventilación mayor de 10 l/seg/persona parece disminuir la prevalencia de síndrome del edificio enfermo. En cuanto a los tipos de ventilación, la natural disminuye mucho la probabilidad de que se presenten síntomas, a pesar de que los rangos de humedad y temperatura no se encuentren entre los límites aconsejados. Cuanto más hermético es el edificio, más posibilidades de que se genere patología.

Los factores físicos son, asimismo, importantes: temperatura mayor de 23º C, humedad inferior al 40% o superior al 60%, ruido, iluminación inadecuada, controles ambientales y de iluminación no ajustables por el usuario, aumentan la prevalecia de los síntomas. Los techos bajos inferiores a 2,4 metros, las áreas de archivo de documentación en papel y unos servicios de mantenimiento del edificio ineficaz y con mala comunicación con los usuarios, se han relacionado también con mayor prevalencia de síntomas.

Factores relacionados con la organización del trabajo

Un estatus bajo a nivel laboral, un aumento del estrés y una escasa satisfacción laboral, favorecen la aparición del síndrome del edificio enfermo. El espacio disponible por el trabajador y la concentración de máquinas de oficina en áreas determinadas favorecen también la aparición de síntomas. Finalmente, el número de horas pasadas delante de los monitores de ordenador también se ha relacionado con aumento en los síntomas.

Los síntomas asociados al síndrome del edificio enfermo

Los síntomas más comunes son: oculares (irritación, sequedad, picor de ojos); nasales y faríngeos (obstrucción nasal es el más frecuente, sequedad en la garganta, irritación y prurito); rinitis (con estornudos y rinorrea); respiratorios (tos, opresión torácica, disnea); neuropsicológicos (el más prevalente es la astenia); y otros menos frecuentes (cefalea, letargia, irritabilidad, dificultad de concentración, bajo rendimiento intelectual); cutáneos (sequedad, picores).

Es característico el inicio de los síntomas a las pocas horas de entrar en el edificio, y la mejoría de todos los síntomas excepto los cutáneos, a la hora de abandonarlo. Las alteraciones dermatológicas pueden tardar días en desaparecer. Estos síntomas no amenazan la vida del paciente pero conllevan bajas laborales y descenso de la productividad. Afectan con distinta intensidad a los distintos trabajadores, dependiendo de los microambientes donde estén ubicados y de la susceptibilidad individual.

Fuente: Boletin de BuscaSalud.com

En los últimos años se han descrito una serie de enfermedades asociadas a las nuevas instalaciones de que se dota a los edificios modernos.

Pamplona, 4 de agosto de 2005. En los últimos años se han descrito una serie de enfermedades asociadas a las nuevas instalaciones de que se dota a los edificios modernos – sistemas de ventilación forzada, ordenadores, etc. – Se trata de un grupo de síntomas que padecen los trabajadores de un mismo edificio â??enfermoâ??, relacionados con su ambiente interior. Un trabajo de investigación del Dr. Joan Boldú, de la Sección de Neumología del Hospital Virgen del Camino, explica sus características, patologías y síntomas.

La generación de entornos de trabajo, como los sistemas de ventilación artificial, la proliferación de ordenadores, fotocopiadoras, impresoras etc., el uso extensivo de materiales sintéticos, los sistemas de iluminación fluorescente generales, o la presencia de contaminantes directos como el humo del tabaco y otros, generan efectos nocivos para la salud.

Las patologías que producen son de tres tipos:

1. Hay personas con enfermedades ya conocidas que sufren empeoramiento al permanecer en el edificio en el que trabajan. Así, pacientes diagnosticados de asma bronquial, rinitis alérgica o dermatitis atópica, empeoran al permanecer en el interior de determinados edificios, bien por su exposición a distintos alérgenos presentes en dicho medio (irritantes volátiles, etc.) o a las condiciones microambientales del interior del edificio (condiciones adversas de humedad, temperatura, etc.)

2. Hay un segundo grupo de enfermedades específicas de diversos tipos, producidas por el edificio: enfermedades infecciosas (por transmisión de agentes infecciosos, ya sea a través de los sistemas de acondicionamiento de aire como de persona a persona), enfermedades virales (producidas por dispersión de antígenos del propio edificio, como en las neumonitis por hipersensibilidad, fiebre de los humidificadores, etc.); enfermedades tóxicas (producidas por difusión de irritantes o tóxicos volátiles presentes en el ambiente como CO, formaldehído, órgano fosforados, etc.)

3. Finalmente está el â??síndrome del edificio enfermoâ?? al que se define como la situación en la que en un edificio determinado, más personas de lo normal manifiestan tener un conjunto de síntomas inespecíficos pero bien definidos, que desaparecen al abandonar el edificio. Incluye un grupo de síntomas de vías respiratorias, dermatológicos, oculares y sistémicos, que aparecen mientras se permanece en el interior de un edificio y mejoran tras alejarse de dicho ambiente. Desde 1970 se han descrito casos de trabajadores en un mismo edificio, escuelas, hospitales e incluso domicilios.

Contaminantes del aire del edificio

Se trata de contaminantes volátiles procedentes de materiales aislantes, mobiliario, complementos de oficina, productos de limpieza, maquinaria etc. Los más habituales son: componentes orgánicos volátiles: formaldehído, disolventes, compuestos desprendidos de impresoras y fotocopiadoras, pinturas y barnices; polvo y fibras del ambiente interior: asbesto, fibra de vidrio, polvo de papel, papel autocalcable, descomposición de materiales de construcción, suciedad; bioaerosoles: bacterias, hongos, virus, ácaros, excrementos y pelos de animales; vapores de escape de vehículos y de la industria; contaminantes generados por la actividad humana: dióxido de carbono, perfume; humo del tabaco; Otros: deterioro por humedades, pesticidas, radón, materiales del edificio, productos de la combustión del carburante etc.

Ventilación y factores del propio edificio

Se precisa una buena ventilación para disminuir la concentración de contaminantes ambientales que potencialmente puedan producir síntomas. A menos ventilación mayor afectación clínica. Una proporción de ventilación mayor de 10 l/seg/persona parece disminuir la prevalencia de síndrome del edificio enfermo. En cuanto a los tipos de ventilación, la natural disminuye mucho la probabilidad de que se presenten síntomas, a pesar de que los rangos de humedad y temperatura no se encuentren entre los límites aconsejados. Cuanto más hermético es el edificio, más posibilidades de que se genere patología.

Los factores físicos son, asimismo, importantes: temperatura mayor de 23º C, humedad inferior al 40% o superior al 60%, ruido, iluminación inadecuada, controles ambientales y de iluminación no ajustables por el usuario, aumentan la prevalecia de los síntomas. Los techos bajos inferiores a 2,4 metros, las áreas de archivo de documentación en papel y unos servicios de mantenimiento del edificio ineficaz y con mala comunicación con los usuarios, se han relacionado también con mayor prevalencia de síntomas.

Factores relacionados con la organización del trabajo

Un estatus bajo a nivel laboral, un aumento del estrés y una escasa satisfacción laboral, favorecen la aparición del síndrome del edificio enfermo. El espacio disponible por el trabajador y la concentración de máquinas de oficina en áreas determinadas favorecen también la aparición de síntomas. Finalmente, el número de horas pasadas delante de los monitores de ordenador también se ha relacionado con aumento en los síntomas.

Los síntomas asociados al síndrome del edificio enfermo

Los síntomas más comunes son: oculares (irritación, sequedad, picor de ojos); nasales y faríngeos (obstrucción nasal es el más frecuente, sequedad en la garganta, irritación y prurito); rinitis (con estornudos y rinorrea); respiratorios (tos, opresión torácica, disnea); neuropsicológicos (el más prevalente es la astenia); y otros menos frecuentes (cefalea, letargia, irritabilidad, dificultad de concentración, bajo rendimiento intelectual); cutáneos (sequedad, picores).

Es característico el inicio de los síntomas a las pocas horas de entrar en el edificio, y la mejoría de todos los síntomas excepto los cutáneos, a la hora de abandonarlo. Las alteraciones dermatológicas pueden tardar días en desaparecer. Estos síntomas no amenazan la vida del paciente pero conllevan bajas laborales y descenso de la productividad. Afectan con distinta intensidad a los distintos trabajadores, dependiendo de los microambientes donde estén ubicados y de la susceptibilidad individual.

Fuente: Boletin de BuscaSalud.com

Otro incendio sacude París, hay por lo menos catorce muertos

Además 13 personas resultaron heridas luego de incendiarse una torre de departamentos de L’Hay-les-Roses, en las afueras de de la capital francesa. Hay detenidos.

(EFE). El incendio se desató en una torre de apartamentos de la localidad de L’Hay-les-Roses, a las afueras de París, informaron a EFE fuentes de los Bomberos.

Diez de los heridos se encuentran en grave estado, mientras que los otros tres sufrieron lesiones leves, indicó el portavoz, según el balance definitivo.

Fue el humo que se propagó por las escaleras lo que causó las muertes, agregó.

El incendio, que fue extinguido rápidamente por los bomberos, se declaró en la entrada de la torre de 18 plantas, en la zona de los los buzones, por lo que se sospecha que fue provocado.

La alerta fue dada en torno a la una de la madrugada y el siniestro quedó controlado en menos de dos horas.

Dos bomberos resultaron intoxicados por el humo. La torre cuenta con más de un centenar de apartamentos, señaló el portavoz, y recalcó que «esto no tiene nada que ver» con los recientes incendios de edificios vetustos u «okupados» de París.

El pasado día 26, 17 inmigrantes africanos, entre ellos 14 niños, murieron al incendiarse el edificio insalubre de París en el que vivían. Cuatro días después, otro incendio causó la muerte de siete personas más en un inmueble vetusto de la capital francesa.

En abril pasado, 24 inmigrantes habían perdido la vida al incendiarse la pensión en la que residían.

Ya hay detenidos
Cuatro personas fueron detenidas en relación con el incendio de una torre de apartamentos a las afueras de París, en el que de madrugada murieron doce personas, confirmó a EFE un portavoz de la Prefectura de Val-de-Marne.

El portavoz no pudo dar más precisiones sobre el cuádruple arresto, y remitió a la Fiscalía de Créteil, que está a cargo de la investigación confiada a la brigada criminal.

El alcalde de la localidad, Patrick Seve, indicó que testigos declararon que habían visto a unos jóvenes que prendían fuego a los buzones instalados en la entrada de la torre.

Desde el primero momento, se sospechó que el siniestro había sido provocado dada la forma en que se originó. Los bomberos habían informado de que las llamas se declararon en la hilera de buzones, en la planta baja del inmueble.

El fuego fue «muy violento pero muy localizado» y generó una intensa humareda que se propagó rápidamente por las escaleras, recalcó el portavoz de los bomberos.

Fuente: www.infobae.com

Las pyme son el sector con mayor índice de mortalidad

Lo afirmó hoy el titular de la Unión Empresaria quien sostuvo además que «faltan medidas concretas y puntuales que posibiliten la recuperación de las empresas endeudadas».

El presidente de la Unión Empresaria, Enrique Zanín, aseguró hoy que la pequeña y mediana empresa constituye el sector «con mayor índice de mortalidad», ya que sufrió las consecuencias de las sucesivas crisis económicas y políticas que vivió el país «sin un pulmón que le permitiera oxigenarse».

Zanín destacó «los logros del Gobierno Nacional en pos de un desarrollo económico sostenido y la consolidación de un empresariado nacional competitivo internacionalmente», pero también advirtió que «faltan medidas concretas, puntuales que posibiliten la recuperación de las pymes endeudadas y su inserción en el proceso exportador».

«Las pymes no fueron las causantes de las sucesivas crisis económicas y políticas que vivió el país en las últimas décadas, pero han sido las más perjudicadas», sostuvo la entidad en una declaración por el Día de la Industria.

Al respecto, señaló que en las últimas décadas «muchos micros, pequeños y medianos emprendimientos desaparecieron y los que pudieron sobrevivir perdieron parte importante de su capital o bien quedaron seriamente endeudados».

«Si a ello se le suma la destrucción del mercado interno y la desindustralización del país producto de políticas que no atendieron un desarrollo armónico entre las distintas regiones, el importante crecimiento que registra actualmente la actividad económica luego de la crisis de 2001 resulta todavía insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de los sectores más postergados o excluidos», advirtió la UE.

DyN

Fuente: www.infobaeprofesional.com

Epidémica incidencia de accidentes de trabajo sufren inmigrantes en EU

9:52 a.m. September 2, 2005

Enfrentan mayores riesgos que obreros nativos del país

TIJUANA, B.C., septiembre 1 de 2005 (AFN). Inmigrantes en los Estados Unidos enfrentan accidentes de trabajo y muertes en una proporción epidémica, por falta de condiciones laborales más seguras, según un estudio que será difundido en los próximos días por la Federación Americana del Trabajo y el Congreso de Organizaciones Industriales, AFLCIO, al conmemorarse el Día del Trabajo.

Los trabajadores inmigrantes enfrentan mucho mayor riesgo de morir o resultar heridos en el trabajo, que los empleados nacidos en los Estados Unidos, según el reporte de la organización sobre seguridad y salud laboral titulado «Trabajadores Inmigrantes en Riesgo: La urgente necesidad de políticas y programas de Seguridad y Salud en el Trabajo».

Según el documento, estadísticas oficiales muestran que las muertes de obreros nacidos en el extranjero aumentaron en un alarmante 46 por ciento entre 1992 y el año 2002, y de 635 se disparó a 930 el número de víctimas.

En el mismo período, los accidentes fatales entre trabajadores hispanos aumentaron en 58%. Casi uno de cuatro trabajadores inmigrantes heridos fatalmente fueron empleados en la industria de la construcción.

De acuerdo al reporte, tan solo seis estados acapararon el 64 por ciento de las muertes sufridas por obreros inmigrantes entre 1996 y el año 2001. Se trata de California, Texas, Florida, Nueva York, Illinois y New Jersey.

El Estudio, generado en Washington, examina las causas de tal cantidad de accidentes, incluyendo la desproporcionada representación de inmigrantes en ocupaciones de alto riesgo, y dentro de la economía informal, que se caracteriza por estar menos regulada.

El estudio revela además como una constante, el temor de los obreros inmigrantes a sufrir la represalia por reportar accidentes de trabajo. Señala además la falta de entrenamiento y capacitación sobre los derechos legales que les asisten a trabajar en condiciones de seguridad, así como los derechos de una compensación en caso de accidente.

No obstante la evidencia de crecientes problemas en materia de seguridad laboral para los trabajadores en general, el recurso federal destinado a estos asuntos sigue a la baja.

Aun más, sigue sin cambio sustancial la actividad reguladora de la administración del presidente Bush a través de la Administración de Seguridad Ocupacional y Salud.

En los últimos años la administración ha desechado de su agenda varias acciones relacionados con la necesidad de regular la actividad laboral, y más recientemente, en el proyecto de presupuesto para el año 2006 propuso eliminar otros programas vitales de seguridad laboral que proveen importante apoyo en educación y entrenamiento a trabajadores en español.

http://www.signonsandiego.com/news/mexico/tijuana/20050902-0952-accidentes.html