En la Argentina medio millón de personas viven esclavizadas y 78% de la industria textil posee talleres clandestinos con trabajo esclavo. En el sector agrícola este porcentaje alcanza un 60%. La mafia atraviesa los tres poderes del Estado en todas las jurisdicciones.
Pero gracias a instituciones como la Alameda la situación está cambiando. La designación del cardenal Jorge Mario Bergoglio como Papa de la Iglesia católica también ayudó. El ex arzobispo de Buenos Aires se convirtió los últimos cinco años en un estrecho colaborador y protector de La Alameda.
Los organizadores, como Gustavo Vera, fueron en su busca «en el 2008. Habíamos recibido dieciocho amenazas de muerte», comenta. El actual Papa se puso manos a la obra y alzó la voz desde el púlpito para denunciar la corrupción y los abusos de poder. «En ocasiones –cuenta Gustavo- daba refugió en la iglesia a víctimas con riesgo de vida». Bergoglio, al que llamaban «Cardenal porque estábamos seguros de que llegaría a ser Papa, se entrevistó con cerca de ochenta víctimas, lloró con ellas. Estaba muy identificado con este problema», asegura Vera. Ver más