«Por la imagen país, por el respeto que nos tienen otros países, por el cariño que nos tomaron, deberíamos haber dado un ejemplo como castigo (…) a mí me hubiese gustado que se les hubiese quitado la licencia y se le prohibiera a esta gente que nunca más en la vida quedase a cargo de personal», dijo Mario Sepúlveda, uno de los 33 mineros de Atacama.
“Mucha gente cree que nosotros somos tontos, pero no lo somos. Somos humildes”. Del otro lado del teléfono, la voz de Mario Sepúlveda se escucha cargada de rabia e impotencia. Habla lento, pero fuerte.
Mario es uno de los 33 mineros que en 2010 estuvieron atrapados durante 70 días bajo tierra, tras un derrumbe en la mina San José, en Copiapó, al norte de Chile.
Mario es también el más extrovertido y alegre. Conocido como “SuperMario” después del rescate, fue uno de los líderes reconocido por sus compañeros y una figura que fue clave a la hora de mantener el temple para lograr que los 33 salieran prácticamente ilesos de la hazaña. Pero hoy a Mario se le acabó la alegría, dice.
La decisión del Ministerio Público de cerrar la investigación por el derrumbe de la mina San José, sin presentar acusación contra presuntos responsables, ha generado indignación y sorpresa. Ver más