Se derrumbó una fábrica en Boedo y hay un derrame de amoníaco

El accidente ocurrió en un establecimiento donde se fabrica hielo, de José Marmol y Metán. Hay gente atrapada y la situación es dramática. Varias dotaciones de bomberos se dirigen al lugar. Evacuan vecinos por escape de amoníaco.



Evacuaron varias manzanas de la zona por un escape de amoníaco. Mientras, los bomberos y varias ambulancias intentan rescatar a las víctimas. (Imagen TV)

Varias personas, en un número no determinado aún, seguían esta mañana atrapadas entre los escombros al derrumbarse un paredón del frente de una fábrica de hielo en el barrio porteño de Boedo, y equipos de auxilio del gobierno porteño evacuaban viviendas vecinas para evitar mayores daños.

Hoy poco después de las 8.30 se derrumbó un paredón de diez metros de frente de la fábrica de vidrio ubicada en Metan al 4100 en momentos en que varios obreros ya había iniciado sus tareas.

Trabajaban intensamente varias dotaciones de bomberos, ambulancias del SAME, equipos de Emergencias del Gobierno de la Ciudad y de Defensa Civil, que trabajaban para neutralizar un escape de amoníaco que provocó el derrumbe, cuyas causas aún no se establecieron.

La contaminación del aire por el escape de amoníaco ocurrido a raíz del derrumbe obligó esta mañana a la evacuación de todos los vecinos del establecimiento, que ocupa media cuadra entre las calles Metán y Las Casas.

Una vocera de la dirección de Emergencias del Gobierno porteño indicó que ante el riesgo de contaminación por amoníaco se efectuó rápidamente la evacuación de toda la manzana, con asistencia de ambulancias del SAME, ya que el aire se estaba tornando «irrespirable», dijo.

En tanto todavía no había precisiones sobre la cantidad de gente que quedó atrapada entre los escombros, y que bomberos intentaban rescatar.

Fuente: www.infobae.com

Un camión sin control destruyó dos cabinas de peaje y chocó a un auto

«Fue un milagro». Así se expresaba una decena de empleados de la empresa Vial 3 mientras miraban como una grúa reemplazaba las dos cabinas de peaje arrasadas ayer a la tarde por un camión. Eran las 14.15 cuando la empleada que cobraba en el andén 4 de la autopista Rosario-Buenos Aires, a la altura de General Lagos, saltó repentinamente de su cabina al ver que el pesado vehículo se le venía encima y la iba a atropellar. Entonces, el chofer volanteó sin poder evitar dar de lleno con la cabina que estaba al lado. Sin control, terminó su corta pero alocada carrera impactando contra un auto con matrícula de la ciudad brasileña de Goiania que salía del peaje. El saldo fue de cinco heridos, dos de ellos con fracturas en sus caderas y politraumatismos graves. Si bien los motivos por los que el camionero perdió el control del rodado están siendo peritados, fuentes de la investigación confiaron que el chofer se habría desvanecido metros antes de llegar al control vehicular. Tras el accidente, el tránsito en el carril hacia la Capital Federal estuvo cortado durante cuatro horas.

Sólo el calor era algo para destacar la tarde de ayer. Y en las primeras horas el sol se hacía sentir en el kilómetro 271,600 de la autopista Rosario-Buenos Aires. Los empleados de Vial 3 estaban terminando su turno sin mayores novedades. Sin embargo todo cambió en un abrir y cerrar de ojos. Mientras un Chevrolet Astra con patente brasileña se ponía en marcha tras pagar peaje en la mano de circulación norte-sur, por el anden 4 de ese mismo carril un camión Fiat 1722, dominio CXI873, llegaba «más rápido que lo aconsejable», según algunos empleados que contemplaron el incidente.

Cuando la barrera del peaje se levantó para darle paso al Astra brasileño se escuchó el ruido del golpe de la chapa contra el cemento. Todo se precipitó. En menos de tres segundos, el camión Fiat conducido por Gustavo Orzuza, de 42 años, destruyó los mojones de cemento que demarcan el ingreso, arrolló dos de las cabinas del peaje y chocó de atrás al auto sin darle tiempo al conductor a evitar el impacto.

En pocos segundos, la mano de circulación de Rosario a Buenos Aires quedó inutilizada. Dos cabinas habían sido arrancadas de cuajo. Una de ellas quedó destrozada. Los gritos de los empleados era lo único que se escuchaban entonces en el lugar. «Para dimensionar lo fuerte que entró tenés que ver como quedaron los mojones de cemento», explicó una de las empleadas que no podía entender lo sucedido. Uno de los mojones estaba reducido a su mitad a lo largo de un par de metros. «El camionero se durmió. Si no, no puede haber entrado tan fuerte», comentó otra mujer, mientras sus compañeras asentían con sus cabezas.

Según fuentes de la investigación, las empleadas que estaban en las cabinas salieron ilesas «por milagro». Pero el empleado de mantenimiento de la concesionaria, Jonas Mora Menjibar, de 41 años, se llevó la peor parte. El camión y trozos de una de las cabinas lo golpearon fuertemente. Por eso fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez donde se le diagnosticó fractura de cadera y fémur izquierdo, traumatismo en la rodilla derecha, en el hombro izquierdo con alteración en la sensibilidad en el miembro superior y pérdida de conocimiento producto de un fuerte traumatismo en el cráneo. Anoche fue trasladado a un sanatorio privado.

La violencia del impacto quedó grabada también en el camión y en el auto brasileño que lo precedía. Uno de los tanques de combustible del pesado rodado se desprendió, volcando combustible en la salida de las cabinas. El chofer, oriundo de la localidad bonaerense de Pilar, sufrió politraumatismo de sus piernas. «Hace una hora nos comunicamos y quedamos en que nos juntábamos a comer en Fighiera», relató en el lugar un compañero del chofer siniestrado que venía siguiéndole los pasos en la ruta. «No sé que le pudo haber pasado», concluyó. Para los investigadores hay dos hipótesis: el camionero se durmió o hubo una falla mecánica. Aunque lo que prevalecía en el lugar del incidente, era que el chofer se habría «desvanecido», según él mismo lo habría asegurado.

A pocos metros del camión, que exhibía en su estructura las huellas de los impactos, estaba el Chevrolet Astra brasileño. Según pesquisas ligados a la investigación, al volante del auto iba Ermes Cum, de 81 años, un ciudadano italiano que vive desde hace 45 años en Brasil. El hombre fue el único que anoche había sido dado de alta. A su lado viajaba Ana Lucía Netto Lopes, de 61 años, jubilada del juzgado de menores número 2 de una localidad del departamento de Goias, cuya capital es Goiania. La mujer fue trasladada anoche al Clemente Alvarez para que evaluaran los politraumatismos que tenía.

El baúl del Chevrolet, totalmente compactado por el impacto, hacía presagiar que quien fuera el asiento trasero del auto la había pasado mal. Y allí iba Mareylzia Netto Lopes, de 58 años, quien anoche era intervenida en el hospital Centenario por una fractura en su cadera. «Todo es muy complicado. La mujer no entiende (por el idioma) lo que le tienen que hacer y eso hace todo cuesta arriba», confió un vocero policial. Otros heridos leves o conmocionados, como una de las empleadas que estaba en la garita antes del impacto, fueron atendidos en nosocomios de Rosario y Arroyo Seco.

A las 18.13, el tránsito hacía Capital Federal volvió a su normalidad. Ahora, los peritos deberán determinar qué sucedió con el camión o con su chofer.

Leo Graciarena / La Capital

Fuente: Diario La Capital

Un joven se salvó de milagro al caer de una estructura metálica

Un joven debió ser internado este mediodía tras caer de una estructura metálica en la zona de la costa central a la altura de la calle Balcarce.

El accidente ocurrió alrededor de las 12.30, en una torre de unos 120 metros de altura, perteneciente a la Unidad 7, ubicada en la costa central a la altura de la calle Balcarce, cuando un joven de 22 años, identificado como Pedro Nuñez, quien se encontraba subido a la estructura metálica, perdió pie y cayó al vacío.

Afortunadamente la víctima detuvo su caída al engancharse unos metros más abajo de donde se encontraba en los hierros que conforman la estructura.

El siniestro fue advertido por pescadores que se encontraban en las inmediaciones, quienes fueron los primeros en auxiliar al joven desenganchándolo y dejándolo acostado en las escaleras de la torre.

Posteriormente acudieron al lugar personal de la Guardia Urbana Municipal (GUM), de Bomberos y del Servicio Integrado de Emergencia Sanitaria (SIES), que se encargaron de completar el rescate y bajar a tierra firme al accidentado.

La víctima debió ser trasladada al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (HECA), debido a que presentaba traumatismos de cráneo, columna vertebral y heridas varias, aunque al parecer no perdió el conocimiento, en tanto se trata de determinar el motivo de la caída.

Fuente: Diario La Capital

Se derrumbó una losa de una escuela en construcción: tres obreros heridos

Tres obreros resultaron heridos esta tarde, cuando se derrumbó la losa de una escuela del barrio porteño de Villa Lugano en la que se encontraban trabajando.

El hecho ocurrió esta tarde en la Escuela Nº2 – ubicada en las calles Balbastro y Cañada de Gómez, de Lugano – que se encuentra en construcción.

Cerca de las 15, cuando los obreros rellenaban una losa, se produjo un derrumbe. Como consecuencia del accidente, tres hombres que trabajaban en el lugar resultaron heridos y tuvieron que ser trasladados al Hospital Santojanni.

De todos modos, se informó que el estado de los heridos no reviste gravedad.

(Fuente: DyN y Télam)

Fuente: Diario Clarin

Obrero en grave estado al caer desde un décimo piso

Un obrero de la construcción fue internado en grave estado en el sanatorio Julio Corzo luego de caer desde el décimo piso de una obra en construcción ubicada en Catamarca al 3100 (Rosario).

Por causas que se tratan de establecer, Darío Benítez se encontraba trabajando en el décimo piso de un edificio en construcción de Catamarca al 3100 cuando se precipitó al vacío sin que sus compañeros pudieran socorrerlo.

Benítez golpeó primero contra un techo y luego contra una malla metálica, lo que habría amortiguado el golpe. Sin embargo, el obrero sufrió fuertes golpes que derivaron su internación en el Julio Corzo.

Fuente: Diario La Capital

Les dijeron que los mineros estaban con vida pero casi todos murieron

Al principio habían informado a las familias que habían sobrevivido a un derrumbre. Pero luego se conoció que sólo uno salió con vida de una mina en los EEUU. Los trabajadores estaban atrapados desde el lunes.


TALLMANSVILLE,EE.UU.Cuatro miembros del equipo de rescate se preparaban para rescatar los cuerpos de los 12 mineros muertos. (Foto:AP)

(AP). Los familiares de 11 miembros de un grupo de 12 mineros, que se pensaba habían sobrevivido un derrumbe, recibieron la madrugada del miércoles la noticia de que solamente uno había salido con vida, luego de haber celebrado la supuesta salvación de sus seres queridos.

Las familias se entrenaron de las muertes gracias a la empresa operadora de la mina, apenas tres horas después de que el gobernador Joe Manchin dijera que se le había informado que 12 de los 13 mineros atrapados habían sobrevivido.

El único sobreviviente de la docena fue hospitalizado, dijo una fuente médica.

El gerente de la empresa operadora International Coal Group, Ben Hatfield, dijo a las familias que solamente había sobrevivido un minero identificado como Randal McCloy.

Hatfield le dijo a las personas reunidas en la Iglesia Bautista Sago que «hubo problemas de comunicación, que lo que se nos dijo estuvo equivocado y que solamente uno sobrevivió», dijo John Groves, cuyo hermano Jerry era uno de los mineros atrapados.

Entonces se desató el caos en la iglesia y estalló una batalla campal.

El grupo de 12 mineros quedó atrapado bajo tierra luego de una explosión. Los rescatistas encontraron el cadáver del otro minero desaparecido con el grupo.
Sago es una localidad a 160 kilómetros al noreste de Charleston.

Los trabajadores quedaron atrapados a 78 metros bajo tierra por una explosión ocurrida la mañana del lunes en la Mina Sago, a unos 3.600 metros de la entrada del túnel.

Fuente: www.infobae.com

Poca esperanza de hallar con vida a mineros atrapados en túnel
Los rescatistas dejaron de lado su actitud cautelosa al fracasar en sus intentos de comunicarse con los 13 trabajadores y ante evidencias de que el aire seguía siendo sumamente tóxico.

AP. «Estamos convencidos que con la cooperación de agencias estatales y federales podemos avanzar más rápidamente y con seguridad», dijo Ben Hatfield, presidente de International Coal Group Inc., la compañía propietaria de la mina.

«Creemos que hemos sido demasiado cautelosos hasta ahora». Hatfield dijo que según las pruebas, los niveles de monóxido de carbono superan de lejos los límites regulatorios federales en la mina Sago, donde los hombres quedaron atrapados tras una explosión, ayer.

El nivel de monóxido de carbono era de 1.300 partes por millón cuando el máximo para sostener vida es 400 partes. «Estamos muy descorazonados por los resultados de este análisis», dijo Hatfield.

Las cuadrillas abrieron un orificio de unos 20 centímetros e introdujeron una cámara para buscar señales de vida. Golpearon caños y luego hicieron silencio para ver si había alguna reacción en la parte de la mina donde se cree que los hombres están atrapados.

«Repitieron este procedimiento varias veces durante 10 minutos, pero no hubo respuesta», dijo Hatfield. La búsqueda con la cámara no dio resultados definitivos y no se vieron señales de grandes daños.

«No se vieron barricadas ni sobrevivientes», dijo el directivo. Con todo, dijo Hatfield, los mineros tal vez estaban vivos. «Podrían estar en otro lugar o detrás de alguna barricada», dijo el directivo a la prensa.

La explosión, que se produjo el lunes a las 6.40 de la mañana, dejó a los mineros atrapados casi 80 metros bajo la superficie de la mina, situada 160 kilómetros al noreste de Charleston.

Horas antes, los socorristas habían penetrado casi 2.800 metros en la mina, pero se les ordenó regresar a la superficie antes de que los trepanadores abrieran el orificio.

Las autoridades pensaron que debían salir ante la posibilidad de que la trepanación causara una acumulación de monóxido de carbono que pusiera en peligro sus vidas. Cuatro compañeros de trabajo trataron de llegar a los mineros atrapados inmediatamente después de la explosión, pero los detuvo el aire contaminado.

La explosión destruyó el equipo de comunicaciones de la mina e impidió establecer contacto con los mineros. Cada minero lleva un sistema individual de purificación de aire que le da unas siete horas de aire respirable, dijo Tim McGee, un trabajador de la mina que se encontraba en la iglesia bautista de Sago.

Centenares de familiares y amigos aguardaban las noticias sobre los mineros.

Fuente: www.infobae.com