Morir en el trabajo no es un «gaje del oficio»

En el año que se cumplen diez años desde la entrada en vigor de la ley de Prevención, la Comunidad Autónoma Vasca contabiliza ya ocho trabajadores fallecidos en su puesto de trabajo. Esto demuestra el grave problema estructural de la precaria gestión preventiva, especialmente en las microempresas insertadas en la cadena de subcontratación, pese a los avances logrados en grandes y medianas empresas, fruto de la presión sindical. En estas condiciones, la suerte juega en los ascensos y descensos de la siniestralidad.

En esta década las cifras oficiales de víctimas inadmisibles: 1.032 muertes, 5.261 heridos graves (algunos posteriormente fallecidos), 1.013.232 Accidentes de Trabajo y 18.293 Enfermedades Profesionales, datos que no incluye a los autónomos, ni aquellas otras que tanto las Mutuas como las empresas han ocultado desviándolas a Osakidetza, como enfermedad común. Taponar esta sangría exige cambios de actitud y compromiso con la seguridad y salud de los trabajadores y trabajadoras, para conjuntar esfuerzos y movilizar todos los recursos preventivos.

Continúa asumiéndose estas víctimas como inevitables, «gajes del oficio» o fruto de la mala suerte… Y sin embargo, son víctimas del incumplimiento empresarial y la falta de protección de derechos fundamentales (la vida, salud e integridad física o psíquica) que vienen siendo continuamente amenazados en el ámbito laboral. Esto se expresa además en el silencio y nulo compromiso o participación de cargos políticos en la denuncia tras un siniestro mortal, muertes tan injustas como las de otro tipo de violencia. Gobierno, jueces y fiscales deberían reaccionar con castigos ejemplares a los infractores.

Es indispensable movilizar todos los recursos preventivos en nuestra mano, como los acuerdos existentes entre Confebask, Gobierno y Sindicatos. Tras el Acuerdo de 1998 para formar a los Delegados de Prevención, todos los intentos (prevención de Drogodependencias, Aula Permanente de formación en construcción…) han resultado fallidos por los mezquinos intereses de la mayoría sindical en la CAPV, dejando a Confebask en una postura muy cómoda. La actitud del Departamento de Trabajo dirigida por Azkarraga no ha sido mejor, negándose a que los cientos de miles de euros destinados por la Fundación de la Prevención para promover la prevención en las pymes, lleguen a sus destinatarios se destinen para apoyar acuerdos preventivos en Convenios. Todo ello porque «su sindicato» no es uno de los firmantes, a pesar de la resolución de abril del Parlamento Vasco. El consejero tendría que explicar por qué no coloca en su web el listado de empresas con sanciones graves, sin esperar un consenso con el resto de Comunidades, para que las empresas infractoras no puedan acceder a la oferta publica.

La Resolución del 18 Congreso del Sindicalismo Mundial de la CIOLS dice que: «Una de las medidas que ha demostrado resultar más eficaz para reducir lesiones y enfermedades, es la participación de los trabajadores/as y sus representantes en todos los aspectos de la salud y seguridad». Se ha demostrado, que riesgos y daños a la salud son inversamente proporcionales a la presencia sindical. La eventualidad, el reducido tamaño de las empresas, la subcontratación, la dispersión de los centros de trabajo,…, hace inviable la tradicional eficacia del Delegado de Prevención en la empresa. Tampoco podemos olvidar que miles de trabajadores en empresas con plantilla inferior a 6, son discriminados sin derecho a elegir representante sindical. En este contexto, si la función de Delegado de Prevención no es posible desarrollarla en microempresas, será necesario crear instrumentos de acción sindical e intervenir desde fuera en las empresas. Algunos ámbitos han puesto en marcha el Delegado Sectorial o Territorial de Prevención, con similares competencias a las del Delegado. El sindicato de José Elorrieta se resiste con todas sus fuerzas a apoyarlo.

Al emplazamiento de CC OO a todas las fuerzas sindicales para organizar una movilización contundente y superar el ridículo protesta de dos pancartas frente a siniestros mortales, sólo hemos obtenido el silencio por respuesta. Son numerosos los políticos y activistas que han asumido el fracaso del frentismo para resolver el conflicto de Euskalherria, pero algunos continúan llevándolo hasta el absurdo, dividiendo la respuesta entre nacionalistas y no nacionalistas frente a muertes obreras. Algunos lo mantienen como única oportunidad para salir en la foto.

La respuesta a posteriori del siniestro es absolutamente insuficiente. Los accidentes ocultan riesgos, lesiones y enfermedades mucho más graves, como los riesgos higiénicos, ergonómicos y psicosociales, causantes de enfermedades como asma, cáncer, musculoesqueléticas, estrés que su visualización y prevención exige la implicación y acción sindical cotidiana, sin esperar que Osalan o la Inspección lo resuelva. La salud laboral es un objetivo fundamental de CCOO, otros tendrán que asumirlo o serán desplazados.

Exigimos a Confebask y Gobierno Vasco a retomar las negociaciones del Aula Permanente de formación con la nueva mayoría sindical del sector, tras el rotundo fracaso del plan del gobierno y la patronal. El esfuerzo y compromiso de todos son necesarios para taponar la sangría de muerte, invalidez y enfermedad en el trabajo y avanzar hacia humanización de las relaciones laborale. En caso contrario, antes o después se producirá una contundente respuesta. La paciencia tiene límite.

Lunes, 7 de febrero de 2005
JESÚS UZKUDUN
SECRETARIO DE SALUD LABORAL DE CC OO EUSKADI

Fuente: DIARIOVASCO.COM

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