Hace un año las imágenes recorrían todo el país. El obrero César Benítez era sepultado por el fango en un pozo de noria de la multinacional cerealera Louis Dreyfus, en Ingeniero White. El relato de Maxi, el compañero de César que por intentar salvarle la vida perdió casi toda su mano hábil, mostraba la completa negligencia patronal: las condiciones de laburo eran una bomba de tiempo, que al final estalló. Entrevistamos a Isabel Contreras, hermana de Maxi. La entrevista forma parte de este video.
Borrando las pruebas…
Ni bien empezamos a hablar, Isabel va al grano, y lanza su primera denuncia. “…A muchos de los chicos que estaban ahí en la construcción, los jefes les dijeron que borren todo lo que tenían grabado de la obra en el celular. Muchos tenían grabado, filmado y sacado fotos cuando sacaban la escalera, que no tenían ninguna soga de vida, que dicen es la de escape, que no tenían ninguna seguridad…” Y directamente habla del sentido de clase de la empresa: «…tapar la negligencia de Dreyfus y de IGM de querer avanzar en las condiciones que sea por ellos mismos, los bolsillos de ellos es lo único que les interesa…»
Usando todo su poder de presión, apretaron a todos los obreros para así garantizar su completa impunidad. Todo un ejemplo patronal…por eso cuando a Isabel le hablamos de una Comisión Investigadora Independiente se queda pensando… Y allí comienza a describir la actitud patronal incluso ante la familia de Benítez.
“…Cuando llegó la esposa de Benítez, la empresa la mantuvo separada de nosotros, porque nosotros vamos a seguir peleándola igualmente (…) le dijeron que nosotros no queríamos saber nada con ella. ¡Mentira! Mi hermano lo que quería decirle a la señora era que su marido la quería, a ella y a sus hijos, que en el momento en que estuvo allí trató de hacer todo lo posible hasta que no pudo más…es más, mi hermano salió por sus propios medios. Es mentira que ellos lo sacaron. El se escapó como pudo (…) cuando lo sacaron del pozo a mi hermano no lo querían dejar pasar para ver que realmente a ese muchacho lo habían sacado de ahí abajo. Por las condiciones en que estaban trabajando mi hermano no les creía a la empresa. No los dejaron pasar, hasta que la señora de Benítez pidió que pase mi hermano. ¡Mirá si la señora no necesitaba contención!…»
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