Un informe oficial difundido este lunes sobre la explosión en la mina Pike River en Nueva Zelanda, que mató a 29 trabajadores el 19 de noviembre de 2010, responsabiliza a la empresa por anteponer «producción y beneficio» a la seguridad y al Ministerio de Trabajo por permitirlo.
El primer ministro neozelandés, el liberal John Key, indicó en rueda de prensa tras conocer el resultado de la investigación que «es posible que se hubiesen podido evitar las muertes si (Trabajo) hubiese desempeñado su cometido mejor», según la televisión local TVNZ.
Las autoridades han aceptado las recomendaciones del informe sobre la tragedia en esa mina de carbón cerca de la localidad de Greymouth, en la Isla Sur, que ya le costó en su día el cargo de ministra de Trabajo a Kate Wilkinson. Ver más