Los peones rurales trabajaban todos los días en condiciones deplorables. Dormían y cocinaban en el piso, no tenían agua potable ni baños, y no les pagaban el monto que correspondía. El empresario y el contratista fueron condenados a 5 y 6 años de prisión.
El Tribunal Oral Federal de Santiago del Estero condenó al dueño de una empresa que explotaba un campo y al encargado del establecimiento agropecuario por el delito de trata de personas con fines de explotación laboral, en su modalidad de captación, traslado y acogimiento de las víctimas agravado por el número de víctimas y por haberse consumado la explotación.
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