La ola de cesantías no cesa en el Estado pero también en el sector privado, y las consecuencias son cada vez peores.
«Chiche», un peón de estancia de 43 años que fue despedido recientemente, se ahorcó en una casaquinta deshabitada, cercana a su casa de Los Pozos (Moreno al 300) tras quedar desafectado de su empleo de toda la vida en la estancia «La Fiorito».
Según fuentes cercanas a la familia aseguran que Chiche Angenelo intentó impedir el despido de su hijo -quien trabajaba con él- en la finca y el patrón decidió castigarlo echándolos a ambos.
El hombre era jefe de familia, estaba casado y tenía 3 hijos -dos menores de edad- a la que mantenía con su puesto de peón en la mencionada estancia.
En conversación con la radio FM 88.1, el periodista Mario Lafuente, vecino y amigo del despedido, expresó que «en el barrio lo conocían como un hombre ejemplar de familia» y dijo que «hace un tiempo uno de sus hermanos sufrió un accidente en el que perdió un brazo. Todo esto a él también lo preocupó y lo perturbó muchísimo en lo emocional».