Jukka TAKALA I Director de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud
El día 15 de setiembre dejará su cargo al frente de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo. El finlandés Jukka Takala se jubila a sus 65 años. Asegura que esta organización dependiente de la Comisión Europea ha logrado ser «un referente a nivel mundial». Ha estado 38 años dedicado a la salud en el trabajo.
Treinta y ocho de sus cuarenta y dos años de actividad laboral los ha dedicado a la Seguridad y Salud en el Trabajo. Desde la Universidad hasta su paso por la OIT, antes de recalar en Bilbo en la dirección de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Jukka Takala es un experto en esta materia, pero cree que la sociedad no presta la suficiente atención.
Los últimos datos indican que en la UE al año mueren 168.000 personas por accidentes laborales y enfermedades relacionadas con el trabajo. «No tienen gran impacto, más lo tiene Fukushima o los accidentes de aviones», se queja. Ese alto número de fallecidos corresponde a 509 aviones de 330 pasajeros, es decir, casi un accidente de grandes consecuencias por cada día, pero «las muertes relacionadas con el trabajo son un goteo y en diferentes países pasa desapercibido para la atención pública».
¿Qué destaca de los cinco años en Bilbo al frente de la Agencia?
Es una agencia con un alto perfil, no sólo agencia. Tenemos una plantilla reducida, entre 65 y 70 personas, pero hemos conseguido involucrar a mucha gente en Bruselas y en el conjunto de Europa. Es una agencia muy activa, con personal cualificado. Una de mis primeras ideas fue no sólo copiar materiales de otros, sino tener ideas propias, de agencia, y materiales. Creo que lo hemos conseguido. Tenemos una encuesta Esener sobre la seguridad y la salud en las pyme de la UE. Hemos creado herramientas interactivas de evaluación de riesgos para las pyme. El perfil de la Agencia Europea es alto. Sí.
¿Con qué objetivos se crearon?
Es mejor que las empresas estén ocupadas en la evaluación de los riesgos, que no se olviden que es una práctica. La herramienta interactiva permite ese chequeo, porque en papel no es práctico, porque los informes de los consultores se dejan en las estanterías. Es sólo para decir a los inspectores de trabajo que hay una evaluación de riesgos hecha, pero sin que mejore nada. Hemos establecido una diferencia y es muy importante para tener presente los análisis de en qué condiciones se trabaja.
¿Se ha especializado la Agencia?
Somos 70 personas, no hay posibilidad de especialización, pero sí que hemos puesto en marcha proyectos especiales. Trabajamos con el conjunto de países europeos. Con 39, la UE, los que conforman la EFTA y los candidatos a entrar en la UE: Es cierto, que el nivel de actividad no es igual en todos, pero sí se trabaja en todos ellos.
¿Se extiende conciencia para preservar la salud en el trabajo?
Hace dos años realizamos una encuesta. En los países de la UE la percepción de mejoras en la seguridad y la salud ha progresado, sobre todo en Islandia, Dinamarca, Gran Bretaña y Estado español. Es una percepción que ha mejorado. Pero en los nuevos países que han entrado en la UE es de signo bajo muy bajo. El nivel de seguridad y salud no es muy bueno. No hay mucho progreso, por el momento. Sin duda es un desafío, un reto que tiene la Agencia. En principio, los resultados son bastante buenos en los países de la UE-15, pero tengo que decir que es un progreso lento. Una parte del mismo es porque cada vez se trabaja menos en los sectores que son muy peligrosos, ya que esos trabajos se hacen ahora en China y en Bangladesh.
¿Se exporta la falta de seguridad en las empresas?
Hay una exportación de los sectores peligrosos hacia los países en vías de desarrollo, sí. Es bueno para nosotros, pero muy malo para ellos. A nivel del mundo son los mismos problemas en materia de salud. Para nosotros es fácil decir que mejoren las condiciones de trabajo, pero esas medidas tienen costes elevados que los países pobres no pueden acometer. Y, es cierto, generan un problema mundial grave. No hay una competición de países, pero tengo que decir que en paises pobres hay empresas que cuidan la seguridad y la salud en el trabajo y hay también malas empresas en países desarrollados.
¿Hacia dónde se encamina la Agencia Europea?
Hay una nueva estrategia hasta 2020. Se debe avanzar hacia un progreso gradual en materia de salud pero ligado a la vida laboral. Cada día los trabajadores empiezan el trabajo a las ocho de la mañana y vuelven a las seis de la tarde.
Hoy los problemas sicosociales, trastornos musculoesqueléticos o los cánceres de pulmón o por amianto, por ejemplo, son importantes. Los accidentes no tienen tanto peso, aunque existen, por eso es muy importante considerar toda la vida laboral del trabajador para que se pueda jubilar a los 65 años con la salud completa.
¿Es posible eso que dice?
Estamos muy lejos de este escenario. En Finlandia es posible trabajar hasta los 68 años, aunque el objetivo real es jubilarse a los 65. Pero la edad media de abandono del trabajo es de 58 años. Hay que darse cuenta que mucha gente a los 55 años tiene enfermedades, incapacidades que le invalidan para llegar a los 65. Si tienes un trastorno musculoesquelético con 55 años es imposible continuar. Por eso, la prevención debe empezarse cuando se es joven. Hay que cambiar y mirar al conjunto de la vida laboral.
Mientras hacemos esta entrevista se amplía en el Estado español la edad de jubilación a los 67 años.
Los políticos no lo ven.
¿Hay que sensibilizar a los políticos para que tomen otras decisiones?
En setiembre, el G-20 presentará en París una carta de declaración del trabajo hacia una vida laboral sostenible. Lo estamos trabajando con los ministerios de Empleo de Estados Unidos, Japón, Australia, China, Brasil, Rusia. Desde la UE, hemos creido necesario e importante comprender el problema de la vida laboral. No es un problema económico, sino también ético y moral. Una encuesta en Finlandia indica que se gastan 24.000 millones de euros por anticipar la jubilación, que en la mayoría de las ocasiones es por la falta de salud que comentábamos. Si llegáramos con salud, nos ahorraríamos mucho dinero.
¿Siempre prevalece el dinero sobre la salud?
Es imposible cambiar, pero es importante ir dando pasos. Estos días asistimos a muchas discusiones sobre la ayudas a Grecia. Ofrecen entre 100.000 millones y 200.000 millones; Finlandia gasta 24 millardos (miles de millones) por no cuidar la salud. Es el 1% de la UE. Para la UE es 2.400 millardos. Es una cuestión de sostenibilidad económica, pero también de salud para los trabajadores y de ahorro para las arcas públicas. Lo que quiero decir es que si llegamos con buena salud no hace falta gastar de forma extraordinaria para pagar el retiro a una edad más temprana, ni tener costes elevados para la Sanidad por la atención que se necesita. Hay que convencer a los políticos de esta situación.
«Al año se producen 168.000 muertes relacionadas con el trabajo en la UE»
Hace tres años escandalizó con los datos sobre las muertes derivadas del trabajo. Entonces dijo que eran 167.000. ¿Qué datos actualizados tiene?
Los últimos números son más elevados. Va a peor. Las muertes de trabajadores relacionadas con el trabajo suman en la UE un total anual de 168.000. Han disminuido las producidas por accidentes de trabajo, pero han aumentado las relacionadas con las enfermedades.
¿El peligro está en este momento en las enfermedades profesionales?
Sin duda. Haciendo un símil con el fútbol, ha cambiado la portería. Creo que estamos encaminando mal los problemas de larga latencia, porque aparecen cuando ya te has jubilado. Ocurre con muchos casos de amianto. No son visibles en las estadísticas y mucha gente no sabe que es un problema laboral para su salud de cuando trabajó hace treinta o cuarenta años en unas condiciones inseguras de trabajo.
¿En todo el mundo el problema es similar que en Europa?
Sí. En Europa se están reduciendo los accidentes mortales y suben las enfermedades, pero en el mundo todavía los accidentes mortales siguen creciendo. En los países pobres hay más accidentes que en países desarrollados, y la esperanza de vida es más baja. Se producen 2,3 millones de muertes al año, el 90% se debe a enfermedades y no son muy detectadas, mientras que los accidentes mortales sí se controlan. Son alrededor de 350.000 accidentes mortales a causa de las malas condiciones de trabajo.
¿Europa, con su nivel de desarrollo, se puede permitir tanta muerte?
La población está más interesada en temas de impacto como el accidente nuclear en Japón. No hay grandes titulares en la prensa por las muertes por el trabajo. Es más fácil escandalizarse por un accidente de avión. Nuestra agencia hermana de Colonia tiene 400 personas trabajando en seguridad aérea y tiene un accidente de media al año; nosotros en la Agencia Europea somos 70 personas. Las muertes relacionadas al trabajo son mayores, pero la percepción de la población y de los políticos no es esa. Es el problema. Es cambiar.
¿Deja la Agencia en buenas manos?
Sí. Son grandes profesionales y el puesto mío lo ocupará Christa Sedlatschek, es una mujer muy competente.