Un particular episodio sucedió en relación a un accidente de trabajo en Alboraya: una comunidad autónoma de Valencia.
Todo sucedió el viernes a la tarde cuando un trabajador ecuatoriano sufrió una caída desde el andamio que estaba desmontando en un edificio de tres plantas en la calle Tavernes Blanques de esa localidad.
De acuerdo con el diario LAS PROVINCIAS, tras escuchar un fuerte golpe, un compañero acudió en auxilio de la víctima y llamó por teléfono al responsable de la obra y propietario de una empresa de reformas, Miguel P. C., quien decidió no avisar al 112 y trasladó al herido al Clínico.
Cuando recibió la primera asistencia en el hospital, Gualotuña estaba ya moribundo debido a las graves lesiones internas que sufrió en la caída. El trabajador se precipitó desde una altura de seis metros y no llevaba puesto el arnés de seguridad, según declaró a la Policía un compañero de la víctima.
DENUNCIA.
Tras el fallecimiento del hombre, un médico llamó al 091 para informar de los hechos a la Policía Nacional, tal y como establece el protocolo sanitario, y el Grupo de Homicidios se hizo cargo de las primeras investigaciones, aunque luego traspasó el caso a la Guardia Civil de Moncada, ya que el accidente laboral ocurrió en su demarcación.
Según la autopsia, Gualotuña murió al perforarle el pulmón una de sus costillas fracturadas. Como la víctima no fue trasladada en una ambulancia y el empresario no llamó al 112, la familia de la víctima estudia ahora presentar una querella contra este hombre.
«Tenían que haber llamado a una ambulancia. Mi padre podría estar vivo si hubiera recibido asistencia médica de forma urgente», afirmó la hija de Gualotuña. Tras ser localizado por la Policía, Miguel P. reconoció que la víctima no tenía contrato. También explicó que no entró en el hospital por el protocolo para evitar contagios de Covid-19.
La Guardia Civil de Moncada investiga si el empresario cometió un delito contra la seguridad de los trabajadores, aunque este se escuda ahora en las supuestas instrucciones que habría dado a la víctima para que solo realizara labores de ayudante de oficial de obra. «Siento mucho lo que ha pasado pero Luis no tenía que haber subido al andamio. Eso lo saben sus compañeros», manifestó Miguel P.
Metieron al herido en el edificio
Respecto a su comportamiento irresponsable por no haber llamado al 112, el empresario investigado aseguró a LAS PROVINCIAS: «Fue una confusión total. ¿Qué quieres que te diga? Lo que te diga es una mentira». Pero otro trabajador declaró que no pidió una ambulancia, porque su jefe le dijo que metiera al herido dentro del edificio que estaban rehabilitando y que esperase su llegada. El motivo, al parecer, estaría relacionado con el hecho constatado de que la víctima no tenía contrato de trabajo.
El hombre accidentado estaba inconsciente cuando su jefe y un amigo lo introdujeron en la furgoneta y, tras recostarlo entre los dos en los asientos delanteros, lo llevaron al hospital. «La furgoneta estaba cargada de escombros y por eso no lo metimos detrás», señaló el empresario para justificar su imprudente acción, ya que la víctima tenía graves fracturas y no debían de haberla movido. «Creía que no era tan grave», se excusó Miguel P.
Según el testimonio de los trabajadores que estaban en la obra, Gualotuña quedó inconsciente por la caída del andamio y transcurrieron unos 45 minutos hasta que recibió asistencia médica. La familia de hombre fallecido está indignada tras considerar que el empresario y los compañeros de la víctima actuaron de forma negligente al no llamar de inmediato al 112. El cadáver fue incinerado el martes después de que le realizaran la autopsia.
El párroco de la iglesia María Medianera oficiará una misa el próximo domingo, a las 12 horas, en memoria de Gualotuña. Tras enterarse de este trágico accidente, el Servicio de Integración y Cooperación Internacional Unido (SICIU) contactó con la familia del difunto para ofrecerle el apoyo y asesoramiento de los voluntarios de esta entidad humanitaria.