La investigación sobre las causas de la mortífera explosión en la planta de fertilizantes de West, en Texas, el pasado mes de abril ha dado un giro inesperado tras la detención esta madrugada de un paramédico voluntario de la localidad por posesión de materiales para fabricar una bomba casera.
El suceso que le costó la vida a 15 personas y dejó más de 200 heridos y numerosos daños materiales, había sido hasta ahora considerado un accidente, pero las autoridades han anunciado que se abría una investigación criminal. Esta madrugada, agentes federales detuvieron a Bryce Reed, de 31 años y quien había sido uno de los héroes de la tragedia, tras determinar que era el dueño de unos componentes químicos para la elaboración de un «dispositivo destructivo», según consta en el parte judicial.
Reed fue una de las primeras personas en asistir a las víctimas tras la explosión y su testimonio fue escuchado tanto en tributos públicos como en medios de comunicación.
La policía no ha confirmado que exista relación entre lo ocurrido en la planta de fertilizantes y el arresto de Reed, aunque horas después de la detención el Departamento de Seguridad Púbica de Texas (DPS) emitiera un comunicado en el que se informaba sobre el inicio de una investigación criminal.
«Este desastre ha impactado con severidad a la comunidad de West y queremos asegurarnos de que los hechos relacionados con el incidente son desvelados», dijo el director de DPS, Steven McCraw.
Reed, que hasta el miércoles había estado muy activo en su cuenta pública de Facebook, anunció que se tomaba un descanso de la red social, después de negar en los días previos que hubiera ganado dinero con la repentina fama que adquirió tras el suceso.
La hermana de uno de los bomberos fallecidos, que presuntamente era amigo íntimo de Reed, ha negado en declaraciones al diario ‘Dallas Morning News’ que el paramédico tuviera ese tipo de amistad con su hermano después de revisar los registros de llamadas y el ordenador del muerto. Reed había hablado en memoria del bombero en un homenaje.
Esta semana, las autoridades confirmaron que el nitrato de amonio, químico empleado en abonos, fue el combustible de la explosión de West Fertilizer, aunque desconocen aún cómo se originó.
Los trabajos de análisis no se darán por concluidos hasta finales de mayo. El pasado 17 de abril las instalaciones de West Fertilizer en la pequeña localidad agraria de West (Texas) sufrieron una explosión que destrozó 50 viviendas y acabó con la vida de 15 personas, la mayoría de ellas bomberos voluntarios que trataban de extinguir un fuego que se había iniciado minutos antes.