Los hechos se remontan a 2018 y CCOO denuncia que, «en gran número de ocasiones», hay mutuas que «intentan ocultar» el origen profesional de este tipo de dolencias.
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) ha reconocido como accidente de trabajo un ataque de ansiedad sufrido por una trabajadora de la residencia de personas mayores San Andrés de Eibar y, por ello, establece que ha de ser la mutua Fraternidad quien ha de hacerse cargo de la prestación económica derivada del mismo, según ha informado CCOO de Euskadi.
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