Uno de los puntos fundamentales en la relación de trabajo está relacionado con la protección del trabajador en el trayecto de su domicilio a su lugar de trabajo y viceversa. Pero en el camino, pueden ocurrir determinados hechos que pueden alterar o no dicha protección y la obligación del empleador de indemnizar, entre ellos, la comisión de un delito.
La palabra “in itinere” deriva de la voz latina que significa “en el camino”. Y efectivamente es eso: un accidente en el camino. El art. 6 de la Ley 24.557 de Riesgos de Trabajo expresamente define al accidente in itinere como “todo acontecimiento súbito y violento ocurrido… en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el lugar de trabajo, siempre y cuando el damnificado no hubiere interrumpido o alterado dicho trayecto por causas ajenas al trabajo.” Está entendido que el derrotero del trabajador hacia su lugar de trabajo comienza cuando éste ha traspasado los límites exclusivos del espacio que habita, es decir, su domicilio. El sentido de domicilio no hace referencia al término civil de la palabra sino al lugar de residencia del mismo con sus límites estructurales. El mismo abarca incluso a la “habitación”. Por ello, la protección y surgimiento de la obligación del empleador ante un eventual accidente comienza desde que el trabajador ha salido de su morada. Ver más