Habría sido por una fuga de gas seguida de explosión, en la región de los Urales. La cifra preliminar daba cuenta de cuatro víctimas fatales y 68 personas de las que desconocía el paradero
Al menos cuatro personas murieron este lunes y otras 68 estaban desaparecidas tras el derrumbe parcial de un edificio de viviendas en la localidad rusa de Magnitogorsk, en la región de Cheliábinsk (Urales), supuestamente a causa de una explosión de gas, según informaron las autoridades locales.
Los equipos de salvamento hallaron cuatro cuerpos sin vida entre los escombros, pero han logrado rescatar ya a varias personas, entre ellas dos niños, que han sido hospitalizados con heridas de diversa gravedad.
Según el Ministerio para Situaciones de Emergencia, en los 48 apartamentos dañados residían oficialmente 120 personas, pero se desconoce cuántas se encontraban en su domicilio y cuántas se encuentran de viaje con sus parientes o de vacaciones.
«Se conoce la suerte de 52 personas: 16 fueron evacuadas, cuatro hospitalizadas y 28 se han puesto en contacto con las autoridades», explicó la oficina de prensa del gobernador de Cheliábinsk, a lo que habría que sumar los cuatro fallecidos.
Las autoridades confían en que puedan rescatar de entre los escombros a los desaparecidos, cuya cifra asciende a 68, aunque no se descarta que parte de ellos no pasara la noche en el edificio y se comuniquen en las próximas horas con los servicios de emergencia para informar de su paradero.
El derrumbe de siete de las nueve plantas de una sección del edificio situado en la calle Karl Marx fue supuestamente provocado por una explosión de gas ocurrida a las 06.00 hora local (01:00 GMT).
En total, en el edificio viven más de un millar de personas, que podrían ser evacuadas también a escuelas, hoteles y dormitorios universitarios de la zona, como ya se ha hecho con los que residían en los portales adyacentes a los afectados por el siniestro.
Las labores de rescate, a las que se sumarán en breve otras 500 personas de los servicios de Emergencia, se ven dificultadas por las bajas temperaturas que rondan los 30 bajo cero en Magnitogorsk, localidad situada en los Urales del sur, no lejos de la frontera con Kazajistán.
La ministra de Sanidad, Veronika Skvortsova, y el jefe para Situaciones de Emergencia, Yevgueni Zinichev, ya se personaron en Magnitogorsk para coordinar las operaciones de asistencia por orden del presidente, Vladímir Putin.
Las explosiones de gas son habituales en este país, donde la gran mayoría de los edificios de viviendas construidos fueron construidos en tiempos de la Unión Soviética con materiales de baja calidad.