A días de que la Justicia procesara al dueño y al responsable de higiene y seguridad de una fábrica de cámaras de bicicletas de Rosario por la muerte de un operario que inhaló polvos tóxicos derivados de la actividad, el 13 de diciembre se supo que falleció otro trabajador aparentemente por las mismas causas. Ahora se podría agravar la situación de los imputados si los exámenes médicos determinan que esta segunda víctima también perdió la vida por falta de previsiones sanitarias. Un fiscal pidió a las autoridades provinciales una urgente inspección del establecimiento.
El juzgado Correccional Nº 5 investigaba desde febrero de este año la muerte de un operario de la firma La Kamara SRL (Urquiza 8521) que fabrica cámaras, neumáticos y repuestos para bicicletas, tras una denuncia que impulsó el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Santa Fe.
Allí se constató que un empleado murió en julio de 2008 por neumoconiosis, una enfermedad que se produce por la inhalación de polvo que genera el depósito de residuos en los bronquios, ganglios y pulmones causando severos problemas respiratorios.
Los informes forenses y la certificación del servicio médico del Hospital Carrasco ratificaron que la muerte tuvo directa vinculación con la silicosis, enfermedad que se considera profesional.
Las inspecciones que el Ministerio de Trabajo realizó posteriormente en la fábrica fueron contundentes: se constataron “múltiples incumplimientos de las normas vigentes en materia de seguridad e higiene”, como falta de ventilación y extracción, lo que provocó que el ambiente se encontrara inmerso en una atmósfera de material particulado impregnado con una capa de talco que afectaba al personal.
Las autoridades también dejaron en claro que tanto el fallecimiento como las enfermedades pudieron evitarse de haberse cumplido con las normas previstas.
Ahora son dos. El 30 de noviembre último la Justicia procesó a N.E., dueño de la fábrica, y a F.V, responsable de higiene y seguridad, por la posible comisión de los delitos de homicidio y lesiones culposas por “una generalizada inobservancia de las normativas” que derivaron en la muerte del empleado Eugenio Espinosa Brites, y provocaron enfermedades a otros tres
operarios.
Pero uno de esos tres empleados, Eriberto Epifanio Medina, que aún acarreaba secuelas físicas y figuraba como uno de los lesionados en la causa, murió hace pocos días.
Ese dato fue incorporado al expediente el 13 de diciembre último, ante lo cual el fiscal Nº 6, Esteban Franichevich, solicitó a la jueza Marisol Usandizaga (subrogante del juzgado Correccional Nº 5), que decrete medidas tendientes a determinar fehacientemente las causas del deceso mediante las pericias médicas correspondientes. El objetivo es establecer si la víctima también falleció por los efectos de la inhalación del polvillo de la fábrica donde trabajaba.
Además, Franichevich pidió que la Dirección de Salud y Seguridad Laboral realice nuevas diligencias sanitarias en La Kamara, con el fin de determinar si persisten las condiciones laborales precarias que pudieran generar aún más perjuicios a la salud de los trabajadores.
Incumplidora
Cuando el Ministerio de Trabajo constató las condiciones de la fábrica, dedicó un párrafo a la responsabilidad de la Aseguradora de Riesgos de Trabajo (ART). “Tuvo una conducta desidiosa e incumplidora al omitir los controles a los que están obligados por ley”. En su momento la fábrica fue clausurada, pero ahora sigue en actividad.
Por Claudio González / La Capital