En los dos últimos años, 24 operarios de Relima sufrieron accidentes viales. Concejos omiten seguro especial de trabajo de riesgo.
La madrugada del 12 de noviembre del 2010, un auto invadió la vereda de la plaza Francia, en donde Claudia Huamán, de 41 años, cumplía sus labores. El vehículo la atropelló y arrastró varios metros. Ella trabajaba como barrendera de Relima –empresa a cargo de la limpieza del Cercado de Lima, Miraflores y San Isidro�� cuando la imprudencia de un ebrio al volante le arrebató una pierna. Aunque la empresa cumplió con darle asistencia médica y los subsidios que exige la ley, su caso aún sigue impune.
En los dos últimos años, 24 operarios de Relima (barrenderos, recolectores de basura y personal de jardinería) quedaron heridos al ser atropellados en plena labor. En el 2004 y 2007 ocurrieron dos muertes.
Según Luis Miguel Piccini, gerente de operaciones de Relima, los accidentes de tránsito que sufren los trabajadores suceden por la negligencia de los conductores, pues sus trabajadores son capacitados permanentemente en temas de seguridad. Los barrenderos, por ejemplo, son orientados a colocar sus tachos a 5 metros de su ubicación y los conos de seguridad a otros 3 metros del tacho. “Disponer los equipos de esa forma le da al conductor distraído la oportunidad de reaccionar”, dice.
Lamentablemente, no siempre los operarios cumplen las recomendaciones y eso es algo que reconoce Petramás, compañía que presta servicios a 20 distritos y es responsable de mantener sin basura las vías administradas por Emape. Pese a que la limpieza en estas vías de alta velocidad se realiza a plena luz del día (5:30 a.m. y 3 p.m.), se cuentan 3 muertes desde el 2010. La más reciente –según Petramás– se debe a una “comprobada maniobra prohibida y negligencia de la víctima”.
RIESGOS LABORALES
Pero los peligros van más allá de las pistas. Otro tipo de atropellos que deben soportar son las agresiones de drogadictos, delincuentes y pervertidos, sobre todo contra las mujeres y en horas de la madrugada. Las zonas más inseguras del Cercado son los jirones Cárcamo, Moquegua y Quilca.
Un alto porcentaje de los 1.387 trabajadores de Relima padece enfermedades musculares como lumbalgia crónica y moderada, hernias y artrosis. Barrer y levantar kilos y kilos de basura causa lesiones por el esfuerzo repetitivo.
Batallar con la suciedad y manipular residuos que no son segregados de forma adecuada los hace vulnerables a enfermedades infectocontagiosas e intoxicaciones al estar en contacto con sustancias químicas. También a cortes y pinchazos con agujas contaminadas, explica el doctor John Astete, del Centro Nacional de Salud Ocupacional y Protección del Ambiente (Censopas).
NORMA POCO CLARA
Para Astete, el tema de la seguridad y salud de estos trabajadores está considerado en el anexo 5 del D.S. 009-97-SA, que señala como actividad de alto riesgo los servicios de saneamiento y similares. Según la norma, los empleadores están obligados a contratar el Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo (SCTR). Sin embargo, para Ricardo Herboso, jefe de la Dirección de Inspecciones de Trabajo (DIT) del Ministerio del Trabajo, esta norma no es clara.
El funcionario dice que el rubro es demasiado general, pues agrupa tanto actividades de limpieza de edificios como de eliminación de desperdicios y aguas residuales. “Se entiende que la tarea de eliminación es propia de los obreros de planta. No se especifica la actividad de recolección”, acota.
Este problema se refleja en los municipios. Si bien estas entidades deben ofrecer el SCTR a sus trabajadores, Herboso dice que la mayoría no cumple, por la falta de claridad en la norma. “No podemos exigir a los municipios que tengan el seguro adicional, pero igual verificamos que los trabajadores tengan al menos el equipamiento necesario para su protección”, subraya.
Herboso refiere que Relima fue sancionada este año con una multa de S/.101.304 tras comprobarse 3 de las 14 denuncias en su contra. Las principales materias de infracción fueron: incumplimiento del horario de trabajo, deficientes equipos de protección personal y obstrucción a la labor de inspección. Distinta suerte tuvo Petramás: no se logró comprobar ninguna de las 19 denuncias que pesaban en su contra.
PUNTO DE VISTA
Urge mitigar los riesgos viales
Para reducir los riesgos en estos trabajadores es necesario que haya menos personal expuesto en las vías. Lo ideal es usar maquinaria para la limpieza y recolección de residuos, tal como se hace en las grandes ciudades, como México o Buenos Aires. Esto garantizaría que el trabajo se realice en menor tiempo.
Mientras eso no se implemente, hay que adoptar medidas preventivas. Primero, que los operarios trabajen en horarios de menor tráfico (por las noches). No solo por su seguridad, sino también para evitar congestión en horas punta con el uso de conos que reducen la calzada. También es importante dotar a los trabajadores con dispositivos de mejor reflectividad que adviertan su presencia y capacitarlos de forma permanente. No están barriendo su casa, sino vías de alta velocidad.
Aunque en otras ciudades se utilizan las señales de tránsito variables para indicar los horarios de limpieza, en nuestra capital solo sirven para mostrar mensajes de ‘no bebas’ o ‘maneja con cuidado’. La cantidad de estas son insuficientes, carecen del sistema de monitoreo necesario para colocar información del tránsito y prevenir a los conductores de que hay personas trabajando en las pistas.
MIGUEL SIDIA. PRESIDENTE DEL INSTITUTO DE TRÁNSITO Y TRANSPORTE DE LIMA
SEPA MÁS
Peligros y enfermedades al acecho
Muchos se quejan de sufrir de espolón calcáneo debido a las largas caminatas que realizan con zapatillas de lona y planta baja. También pueden ocasionar lesiones micóticas. Cada barrendero recorre entre 2,8 y 3 km por jornada.
Por las condiciones de trabajo, los operarios de limpieza se exponen a enfermedades respiratorias como la tuberculosis. También a la hepatitis A, tifoidea, dermatitis, etc.
El usar simples tapabocas de tela en vez de respiradores especiales o mascarillas para material particulado (polvo) incrementa su exposición al monóxido, dióxido de carbono y de azufre. Las mascarillas deben estar validadas por un especialista en salud.
Debido a su labor, entre el 2010 y 2011, 18 trabajadores de Relima fueron atacados por perros callejeros.
La labor del operario de limpieza implica que pasen por evaluaciones médicas de forma periódica. Estas deben apuntar al factor de riesgo con el que trabajan: someterlos a controles biológico y muscular.
EL DATO
Campaña preventiva
El Retorno del Superguante. Así se denomina la campaña de Relima que este año apunta a reducir el índice de cortes registrados en el 2010.
ROSA AQUINO ROJAS
El Comercio