Pasa Petroquímica: Historia de la toma de fábrica, con gestión y control obrero – Parte 3

La responsabilidad con que tomó la gestión de la producción se evidenció en distintos momentos. Uno de ellos fue cuando el Comité de Lucha – a sugerencia de la Supervisión – decidió parar la Sección Reacción de Estireno, con todas las consecuencias que podría implicar, para reparar una pérdida de vapor que, de no hacerse, podría transformarse en una situación de emergencia. Se movilizaron todos los trabajadores de las distintas especialidades para la reparación en el menor tiempo posible. Además, se fabricó un manchón para un compresor de Reformadora, que no había en plaza por varias semanas y que costaba $ 230.000. El costo de la tarea fue solamente las horas hombre de trabajo, destacándose que eso “demuestra lo que nosotros hace tiempo venimos denunciando: el vaciamiento de mano de obra petroquímica para dar tareas afuera que pueden realizarse en fábrica”.

En otra ocasión, cuando el conflicto llevaba casi veinte días, en el Comunicado Nº 9 quedó demostrada la responsabilidad y seriedad con que se seguía desarrollando la lucha, al expresar:


“Para encarar los trabajos de Mantenimiento de planificación y preventivos, que en las dos semanas pasadas se descuidaron por atender los trabajos de urgencia de las Plantas, se resolvió, con la opinión favorable de los compañeros, retomar el grueso del personal de día que estaba en turnos al trabajo en el horario de 8-17. Todos los días deben evaluarse los trabajos de la planificación requeridos para dar las prioridades de acuerdo al criterio obrero, descartando aquellos que pueden ser postergados. En este sentido, es fundamental la opinión de los responsables de cada Planta quienes deben explicar con claridad cuáles son los trabajos urgentes y cuáles los que pueden esperar. Más que nunca estamos comprobando la necesidad de incorporar más personal de mantenimiento efectivo, analizando la cantidad de trabajos atrasados o los que no se hacen. Se planteó al Ing. Gschwind lo imprescindible: que la empresa tome contratados para la parada de Reforma y para refuerzo en los trabajos de planificación de las Plantas, los que serían propuestos por nosotros de acuerdo a la necesidad del proceso productivo. También fueron reclamados dos vehículos para Mantenimiento para la movilización de los compañeros en las Plantas, traslado de materiales, etc. Ambos pedidos fueron negados. La semana pasada, el Supervisor General de Reforma, Ingeniero Mulet, ratificó a los compañeros de la Sección y al Comité de la Producción la necesidad de realizar la regeneración del catalizador, lo que implica la parada de la Planta. Los Compañeros evaluaron esta sugerencia, coincidiendo con el Ingeniero, por lo que se comunicó que se realizaría con control obrero, lo que fue rechazado por Mulet, quien estimaba que el personal no era lo suficiente capacitado para asumirla. Luego de varias discusiones y de amenazas de los representantes patronales, el Comité de Producción resolvió realizar la regeneración que se realizó con control obrero, aceptando cualquier sugerencia técnica como se lo ha hecho en las demás Plantas”.

Por otra parte, las actividades sociales del SOEPU continuaron desarrollándose de acuerdo a lo programado antes del conflicto: los hijos de los trabajadores realizaron las excursiones a Santa Fe y Paraná, siguieron las clases de folklore, etc. Mientras tanto, varios petroquímicos estuvieron custodiando en forma permanente el Local Sindical en la ciudad de San Lorenzo. Además, la C.D. y los distintos Comités garantizaron la llegada del camión transportador de dinero para el pago de los sueldos, con toda la seguridad necesaria dentro de la Planta, para que los pagadores pudieran desempeñar sus funciones.

Solidaridad y repercusiones

El conflicto fue llamando la atención y causó la admiración de muchas organizaciones gremiales y políticas. En el Comunicado Nº 5 se decía que: “Los ojos de país están puestos en este proceso que desarrollamos. Pero esta experiencia no ha sido casualidad. Se ha venido poniendo en práctica y acumulado, sin haber valorado que en un futuro el comentario sería: ¿Cómo los obreros en poder de la Producción?”

Entre las adhesiones que fueron llegando se hallaban las de Comisión Interna de Sulfacid, Sindicato Ceramista, Juventud Peronista, Juventud Radical, Partido Socialista de los Trabaja-dores, Peronismo Descamisado, Juventudes Políticas, obreros de Acindar, Maratón y Metcon de Villa Constitución, delegados Lista Celeste de Hanomag, Frente de Izquierda Popular, Juventud Trabajadora Peronista, Sindicato Trabajadores de la Educación Rosario, Movimiento Obrero Clasista, Poder Obrero, Sindicato Químico Sulfacid, Revistas ‘De Frente’ y ‘Nuevo Hombre’, Sindicato de la Alimentación de Firmat, delegados de Jhon Deere, Sindicato Municipal de la Zona Industrial, Sindicato de Obreros Jaboneros, Sindicato de Trabajadores de la Educación de San Lorenzo, Asociación de Médicos Residentes de Rosario, ATE, Asociación de Empleados Judiciales y Unión de Comerciantes e Industriales de San Lorenzo, como también las de distintos partidos políticos. Se pidió y se logró el apoyo de los obreros de la construcción de la Contratista Cimolai Vega y Tadero, solicitándose el acatamiento de las medidas dispuestas por los distintos Comités.

La solidaridad se expresó también en un Plenario de Gremios, Comisiones Internas y Fuerzas Vivas de la zona industrial de San Lorenzo, reunido en el Local Sindical, en el cual – entre otras medidas – se resolvió: conformar una Comisión de Apoyo que visitaría a organizaciones gremiales y políticas para interesarlas del conflicto e intercedería ante PASA para la solución del mismo; publicar una solicitada de apoyo; realizar una reunión con organizaciones de Rosario que habían hecho llegar su adhesión.

La situación del Personal Fuera de Convenio fue aclarada principalmente en el Comunicado Nº 4; en éste se explicaba que se respetaba su permanencia en el recinto de la fábrica y que su entrada y salida eran totalmente voluntarias, sin que ello constituya un elemento que pueda ser usado como provocación. Por eso, y para evitar situaciones desagradables, dicho Personal debía ajustarse a una serie de instrucciones impartidas por el Comité Central – entre ellas, que debían permanecer en sus puestos de trabajo realizando las tareas de su competencia; que toda colaboración en la producción sería bien recibida; que para los desplazamientos dentro de las plantas del complejo debían portar la autorización otorgada por los responsables de cada Departamento o ser acompañados por algún operario designado al efecto -, y se especificaba especialmente que cualquier contravención a esas normas por parte del Personal No Afiliado al Gremio sería tomada como un acto de provocación y el Comité de Disciplina decidiría las sanciones, que podían culminar con su expulsión de la Planta. A la vez, se recomendaba a los trabajadores que se hicieran cumplir estrictamente esas disposiciones, pero no en forma individual sino por el Organismo que les correspondiera y se hacía un llamado a extremar las medidas de seguridad al máximo.

Por otra parte, el APESUP – Personal de Supervisión de PASA – expresó, desde el inicio del conflicto, su solidaridad con la lucha y, en distintas ocasiones, los operarios aclararon que la medida de fuerza no era contra ellos sino contra la patronal. Dicho Personal, en una Asamblea, decidió enviar una nota a la Gerencia fijando su posición ante el conflicto. En ella, criticaban la indiferencia de la empresa ante la situación planteada, denunciaban el estado de desconocimiento por parte de los obreros del principio de autoridad, y acordaban no informar ninguna novedad ni pasar los partes diarios al personal jerárquico superior y seguir brindando cualquier asesoramiento requerido por los trabajadores pero, en este caso, a través de una Comisión Permanente en Planta formada a tal efecto.

En otra ocasión, la C.D. – a través de un Escribano – interrogó a los Jefes de los distintos Departamentos acerca de si prestarían cualquier tipo de asesoramiento técnico para el correcto funcionamiento del proceso productivo y del mantenimiento de los equipos. La respuesta en todos los casos fue afirmativa. Por otra parte, se hicieron presentes un abogado apoderado de la Empresa y un Oficial de Justicia por orden del Juez de Trabajo para efectuar una constatación de diversos aspectos relacionados con la situación en la fábrica.

El conflicto tuvo amplia repercusión en los medios de prensa de Rosario y Buenos Aires con distintas informaciones, algunas correctas y otras distorsionadas. Por ese motivo, en el Comunicado Nº 4 se denunció “una nota publicada por el diario La Nación con evidente mala intención y parcialidad, tergiversando los hechos. En efecto, nuestro Comunicado Nº 1 fija la posición de la Asamblea Permanente de mantener la plena producción del Complejo para no provocar situaciones de desabastecimiento que originarían grave consecuencia para otros trabajadores y el país, dada la importancia de la materia prima petroquímica. Los trabajadores venimos controlando la producción de la fábrica y no sólo la hemos mantenido sino que la hemos mejorado en algunos casos. Pero la campaña de acción psicológica desarrollada por los diarios de la oligarquía y otros elementos antinacionales sigue trabajando. La Nación dice que ‘nuestro conflicto ha provocado la suspensión del suministro de caucho sintético, ya que las secciones de estireno, etileno y etilbenceno se encuentran semiparalizadas’. No hace falta decir más nada sobre esto. Porque los compañeros saben perfectamente quiénes son estos señores y a qué intereses responde este diario al servicio de la patronal y el imperialismo. La producción se desarrolló en forma absolutamente normal y los distintos problemas que fueron surgiendo fueron totalmente solucionados”. También se criticaba al diario Crónica de Rosario, por un comentario patronal del conflicto.

La vida en la fábrica, debates y negaciones

El clima de confraternidad entre los Petroquímicos fue en aumento a medida que pasaban los días en un ambiente de tranquilidad, al tiempo que se aclaraba: “La patronal sepa que nuestro espíritu sigue en pie. Que nuestro corazón sigue caliente y nuestras mentes frías para poder pensar. Y aunque ellos actúen con aparente indiferencia ante este proceso, nos encontramos firmes en nuestros puestos, porque el tiempo es nuestro aliado para consolidar más nuestras fuerzas”. Mientras se referían a la Patronal de esta manera: “¿Qué dice PASA, en sus más altas esferas, cuando los obreros, esos mismos obreros a los que no les paga su eficacia acumulada durante años, están controlando la producción, la que se desarrolla en forma normal, cuidando que la materia prima, combustibles y repuestos no falten? Ante la misma sospecha de boicot, PASA será la responsable y se reafirmará que es la que drena la economía de la Nación”.

Las deliberaciones en las distintas Secciones fueron permanentes y en el Comunicado Nº 6 se hizo referencia a la Asamblea en Puerta de Fábrica, donde se comentó: “Tuvimos una de las más claras demostraciones de la conciencia de lucha de nuestro Gremio. El obrero petroquímico razonó y es por eso que ese razonar lo llevó a gritar un apoyo rotundo a continuar la lucha hasta la victoria final. Posiblemente, sería obvio decir que fue una Asamblea democrática porque, en nuestra trayectoria, el Gremio pudo siempre expresarse libremente y es así que los compañeros contratados que hoy están trabajando, que producen, que sufren todas las injusticias a que son sometidos por la patronal, tuvieron la ocasión de expresarse con su voto. Los otros compañeros que estaban en una posición distinta pero que con valentía, con la mirada al frente se expresaron en la Asamblea, tuvieron su reconocimiento con un sostenido aplauso de los demás compañeros. Pudo verse emoción y hasta lágrimas, pudieron verse abrazos de unidad porque comprendieron que al final va a ser la victoria”.

La patronal, luego de ocho días de iniciada la toma de la fábrica, denunció el hecho ante las autoridades. Los trabajadores rechazaron las intimaciones del Ministerio de Trabajo, a la vez que reafirmaron que se hallaban en Asamblea Permanente y que mantenían el ritmo de producción – incluso incrementándola en algunos casos -, subrayando que “la venta de estireno, materia prima fundamental en la industria del plástico, registra las siguientes ventas: sábado 131.990 litros, domingo 108.860, lunes 105.390, y martes 167.940 litros. En cuanto al caucho, entre los días martes y miércoles último, la venta fue de 131.910 kilogramos para el país y 162.762 kilogramos para la exportación”. (2)

Las leyes represivas imperantes en ese momento ayudaron a concretar un deseo que estaba madurando en la conciencia de los trabajadores de PASA: la producción bajo control obrero. Esta decisión transformó la relación con los técnicos e ingenieros, ya que la producción pasó a ser organizada y dirigida por los obreros, caducando el poder patronal en cuanto director del proceso de producción. Posteriormente, durante un mes, sin la mínima participación de jefes, supervisores e ingenieros, gestionaron la planta industrial.

Durante el conflicto, la vida en la fábrica deparó a los trabajadores una muy variada experiencia en lo que hace a la organización de la producción, abastecimiento, vigilancia, propaganda, etc.. Acerca de la misma, Juan Dowling nos comentó: “Cuando los obreros, reunidos en un Comité de Producción, nos sentamos a discutir en el galpón de Mantenimiento (nuestro ‘cuartel general’) qué medidas tomar para asegurar la continuidad del proceso productivo, nos miramos por algunos instantes y alguien naturalmente dijo: ‘Lo de siempre, dejar que la Planta siga produciendo, pues ella se encarga de que las cosas continúen’. Es sólo tener un poco más de cuidado, hacer las cosas de forma tal de demostrar a la empresa y a la sociedad que los obreros somos capaces con nuestras propias manos de gestionar fábricas.

“Esto es posible entonces porque, en este caso, la industria petroquímica se trata de un proceso autosostenido en su propia estructura que, con un mínimo esfuerzo humano y con un trabajador colectivo e individual capaz, asegura de forma natural el normal funcionamiento del proceso, sin necesidad de todo el aparato montado artificialmente por el capital para mantener un poder despótico sobre el trabajo.

“La vida en la fábrica se organizó de tal manera que varios Comités funcionaron asegurando todas aquellas medidas necesarias (…) Un Comité de Producción que se reunía todos los turnos en las primeras horas de trabajo y funcionaba de la siguiente manera: cuando un conjunto de compañeros entraba a trabajar se dirigían a sus respectivos puestos. En cada Sección se reunían los operarios y discutían los problemas existentes, las prioridades en cuanto a mantenimiento, etc. Se nombraba a un Delegado que llevaba a la reunión del Comité de Producción lo resuelto en su Sección. En este Comité, el conjunto de representantes de todos los sectores de la fábrica coordinaba la forma de llevar a cabo el trabajo de turno. Se consideraban las prioridades y en función de las mismas se distribuían los compañeros de Mantenimiento.

“También en esas reuniones se consideraban todas las informaciones sobre el estado del conflicto, las discusiones con la patronal, las posiciones del Departamento de Trabajo, las posiciones de los grupos políticos, etc. Inmediatamente todos los compañeros se dirigían nuevamente a sus puestos de trabajo. Otros Comités completaban las funciones excepcionales que existían. Uno de seguridad controlaba el movimiento de entrada y hacía guardia en el perímetro de la fábrica para evitar cualquier intento de sabotaje o infiltración de elementos ajenos a los obreros. Un Comité de Abastecimiento aseguraba los alimentos necesarios para la subsistencia; otro se encargaba de las relaciones hacia afuera, como así también lo referente a las discusiones con la Empresa a través del Departamento de Trabajo para resolver el conflicto.

“La fábrica, quedando en nuestro poder, se estructuró de tal manera que se permitía el paso del Personal Fuera del Convenio, es decir jefes, supervisores, etc. Éstos podían circular libremente dentro de la fábrica, previa requisa en la entrada, cosa que irritaba a muchos ‘cascos blancos’ autoritarios. Ahora bien, esta medida vista desde fuera puede parecer como debilidad, pero en los hechos fue una de las cosas más interesantes. Los que otrora se sentían los aseguradores del funcionamiento de la fábrica, ’irreemplazables dirigentes’, de una hora para otra, vieron sus funciones inútiles. Deambulaban por la fábrica como turistas, como visitantes que, inservibles, observaban superar récords de producción, mantenimiento, modificaciones en el proceso productivo, que ellos nunca antes hubieran aceptado, impotentes al no poder incidir de manera alguna. La reacción de este sector frente al conflicto fue diversa. Algunos más compenetrados de la realidad social, que los colocaba en la función de ‘vigilantes’ innecesarios de los hombres en vez del proceso productivo, se sentían mancomunados con los obreros, apoyaban sus luchas. Otros, más fieles a sus funciones de lacayos, sufrían terriblemente y anidaban la ‘venganza’ para cuando volviera la normalidad. Pero todos, sin excepción, recibieron el mensaje de la clase obrera, en ese momento protagonizado por un pequeño destacamento de avanzada del proletariado industrial: ‘Vuestro parasitismo no es necesario, tienen los días contados’.

“La rutina en el trabajo, la labor en turnos rotativos sin sábados, domingos ni feriados, la separación entre la planificación y ejecución, quita todo el sabor del trabajo necesario y creador de riquezas. Sumado a esto todas las enfermedades físicas y mentales hace que los 28 días de libertad significaran para muchos la mejor terapia a sus males. Compañeros escépticos, pesimistas, en esos días adquirieron tal dinamismo que parecían irreconocibles. Muchos de nosotros por varios días no salimos del Complejo, durmiendo escasas horas al día.” (3).

Sigue…

Fuente: www.argenpress.info

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