Generalmente los contratos se celebran con una duración de siete meses y pueden renovarse indefinidamente.
Para muchos jóvenes la idea de conseguir un empleo a bordo de un crucero representa una imagen de glamour en la que se vislumbra la oportunidad de conocer los mas exóticos y sofisticados destinos del planeta, ello en el marco de la posibilidad de relacionarse con gente culta y refinada de todas las nacionalidades.
Un acicate para tal afán es saber que algunos cruceros son verdaderas ciudades flotantes en la que no faltan espectáculos a la altura de los que se ofrecen en Broadway, varios restaurantes, bares y discotecas dentro del mismo barco, gimnasios, 4 o 5 piscinas (hasta con olas para hacer surf), paredes para escalar, canchas de básquet y otros deportes, pista de patinaje sobre hielo, casino y máquinas tragamonedas, teatro de 1.300 butacas, biblioteca y salas de juego, galerías de arte, tiendas, etc. Suponen, también, que la paga remuneratoria en moneda extranjera dejará un suculento margen al intrépido joven, quien luego de un tiempo podrá regresar a la casita de los viejos para narrar sus experiencias y disfrutar del ahorro de divisas acumulado.
Es verdad que los cruceros, hoy, tienen dimensiones colosales: ya son habituales los que superan los diez pisos de altura (hasta quince, como el último en el que tuve oportunidad de travesear), con más de 4.000 pasajeros y 1.400 tripulantes.
Ver más
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...