Cerca de 21 millones de personas en el mundo están obligadas a trabajar contra su voluntad, presionadas por contratistas y empleadores que en muchos casos las amenazan con deudas, retención de documentos de identidad, denuncias ante departamentos de inmigración o incluso violencia física, según un informe de la OIT divulgado hoy.
Respecto a la prevalencia del trabajo forzoso, el informe concluye que este es más común en Europa central y oriental (4,2 personas por cada 1.000 habitantes), seguido de África (4), Oriente Medio (3,4 ), Asia y el Pacífico (3,3), Latinoamérica y el Caribe (3,1) y las economías desarrolladas (1,5).
Del número total de personas obligadas a trabajar contra su voluntad, el 26 por ciento (5,5 millones) son niñas y niños.
Por sexo, las mujeres y las niñas representan el 55 por ciento (11,4 millones).
La región de Asia y el Pacífico representa el número más alto de trabajadores forzosos en el mundo- 11,7 millones (56 por ciento) del total general, seguida por África, con 3,7 millones (18 por ciento), y América Latina, con 1,8 millones de víctimas (9 por ciento).
“Hemos recorrido un largo camino en el curso de los últimos siete años, desde cuando presentamos las primeras estimaciones sobre el número de personas en trabajo o servicios forzosos en el mundo. También hemos progresado en asegurar que la mayoría de los países tengan una legislación que penalice el trabajo forzoso, la trata de seres humanos y las prácticas similares a la esclavitud”, declaró Beate Andrees, Directora del Programa Especial de Acción para Combatir el Trabajo Forzoso de la OIT.
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