Lo ocurrido en la refinería de hidrocarburos de Amuay en Venezuela la madrugada del sábado 25 de agosto de 2012 es quizás el epítome de una serie de circunstancias acumuladas en dicho centro refinador que hace poco más de un año se llevan a cabo en forma de pequeños eventos o accidentes, que se aducen sea por razones de mantenimiento ó por falta de aplicación de normas de seguridad estrictas en un complejo industrial que de por si, maneja procesos altamente riesgosos y que requieren un exhaustivo control por personal competente y especializado, aunado al manejo político de la principal industria de Venezuela que además se ha redireccionado a otros papeles que no le son medulares desviando su rol principal, que es de ocuparse de los hidrocarburos, por ello tanta proliferación de eventos no deseados
Con relación a lo probablemente ocurrido en Amuay, Las explosiones ocurridas quizás (hay que esperar el informe de investigación del evento) se podrían consideran como las denominadas explosiones de nubes de vapor no confinadas, traducción de la expresión inglesa Unconfined Vapour Cloud Explosión, y de ahí su acrónimo UVCE, que de ahora en adelante utilizaremos.
Se puede definir como deflagración explosiva de una nube de gas inflamable que se halla en un espacio amplio (aunque con ciertas limitaciones), cuya onda de presión alcanza una sobrepresión máxima del orden de 1 bar en la zona de ignición.
Este tipo de explosiones se originan debido a un escape rápido de gran cantidad de gas o vapor inflamable que se dispersa en el aire o por evaporación rápida de un líquido inflamable para formar una nube de características inflamables mezclada con el aire. Cuando un gas inflamable se encuentra una fuente de ignición (normalmente superficies calientes, chispas, motores eléctricos, etc.), una parte de esta masa de gas (la que se encuentra entre los límites de inflamabilidad de la sustancia de que se trate), deflagra por efecto de la fuente de ignición y se produce la explosión. Normalmente son deflagraciones y en raras ocasiones se transforman en detonaciones, en el caso de Amuay debido al nivel destructivo de las ondas de energía que se generaron por la «explosión» de la esfera en el área de olefinas al sur este del complejo y que generó un efecto en cadena y multiplicó probablemente el efecto destructivo de la detonación inicial alcanzó tal magnitud de energía escapada súbitamente, que por ello destruyo literalmente edificaciones algo distantes pero dentro del radio de avance de la onda energética, he allí por qué la sede de la guarnición de la Guardia Nacional asignada al complejo refinador, quedó destruida, así como viviendas y comercios más allá, para describir técnicamente el proceso puede continuar leyendo, pero lo lamentable es el saldo de vidas perdidas que obviamente no se quiere, ni desea, saque sus conclusiones. Ver más
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