Fallecen 13 trabajadores tras incendiarse una mina

El fuego se inició en un pozo de carbón ilegal en China, donde el año pasado las actividades fueron suspendidas por â??motivos de seguridadâ??.

(EFE). Trece mineros murieron tras declararse un incendio en un pozo de carbón ilegal en la provincia septentrional de Hebei, informó hoy la agencia oficial Xinhua.

El accidente se produjo anoche en la mina Taodingshan de la localidad de Kangzhuang, cuyas operaciones habían sido suspendidas en junio de 2004 por las autoridades debido a «motivos de seguridad», explicaron las autoridades locales.

Los equipos de rescate recuperaron ya los cadáveres de todas las víctimas, doce de ellas de la provincia noroccidental de Shaanxi y la última oriunda de Kagnzhuang.

Los dos propietarios de la mina han sido arrestados por la policía y las cuentas de la firma han sido congeladas, añadieron fuentes de la administración de seguridad laboral de la provincia de Hebei.

Según una investigación preliminar, el fuego se desató en una viga de madera y se extendió rápidamente en todo el pozo, aunque no se ha precisado qué lo desencadenó.

Fuente: www.infobae.com

Voraz incendio en una fábrica de plástico en Lanús

Cinco dotaciones de bomberos sofocaron las llamas, que no se expandieron a las dos fábricas que se encuentran cerca del lugar.

(NA). Un incendio de grandes proporciones se registró esta tarde en una fábrica de plásticos de la localidad bonaerense de Lanús, a donde debieron acudir cinco dotaciones de Bomberos para controlar el fuego.

El siniestro se registró dentro de un galpón de un establecimiento donde se fabrican elementos plásticos para jardín ubicado en la calle Udaondo 2038.

Según se informó, de inmediato se hicieron presentes en el lugar cinco dotaciones de Bomberos de Lanús Oeste que lograron controlar que el fuego no se propagara.

En ese sentido, trascendió que en las inmediaciones del lugar del siniestro hay dos empresas, una de maquinarias para panadería y la otra una fábrica textil, pero los bomberos evitaron que el fuego se expanda y afecte a ambos establecimientos.

Asimismo, los uniformados le solicitaron a los vecinos que no circulen cerca de la fábrica de plásticos mientras ellos trabajaban para extinguir el fuego.

Fuente: www.infobae.com

Se metió en un horno a 284° C y batió el récord mundial

Estuvo 20 minutos y entró en el libro Guinness. Se llama Antonio, es rosarino e hincha de Newell´s, y asegura que no es «pecho frío».

Un rosarino que se dedica a la construcción y a la reparación de hornos de panadería permaneció durante veinte minutos en un horno a una temperatura de 284 grados, por lo que batió así el récord mundial de Guinness.

El hombre se llama Antonio Acosta (foto gentileza La Capital de Rosario), de 58 años, padre de cuatro hijos y abuelo de otros cuatro, quien relató a la agencia DyN la proeza por la que pudo lograr «un sueño largamente acariciado».

«Permanecí durante veinte minutos en el horno rotativo de la panadería San Cayetano II, ubicada en Montevideo 6270, con una temperatura de 284 grados centígrados», dijo.

Acosta, del barrio rosarino de Belgrano, aseguró que logró completar «una marca única en el mundo», de acuerdo a una consulta realizada en Londres, Inglaterra, por un amigo del constructor.

Según dijo, el único antecedente registrado en la editorial Guinness, que publica todos los años una recopilación de récords mundiales, fue durante la Segunda Guerra Mundial, cuando un grupo de soldados vestidos con una ropa especial soportaron 260 grados calor dentro de un horno.

En este caso, Acosta permaneció en el horno «con ropa muy simple», según afirmó, «con una camiseta, un buzo y un pantalón de jogging».

Esta no es la primera vez que el rosarino hace este tipo de pruebas, ya que durante un tiempo se preparó para completar el récord marcado hoy. «Incluso puse un pollo congelado y salió cocido en unos 35 minutos registrándose una temperatura de 270 grados», contó, aunque esa vez no lo registró ante un escribano público, como sí lo hizo en esta ocasión.

Con la compañía de su esposa y junto a un médico, Acosta, fanático hincha del club Newell´s Old Boys, bromeó: «Creo que los centralistas, con este logro, tendrán que cambiar el calificativo de ‘pecho frío’, finalizó.

Fuente: www.infobae.com

Rosario ya tiene su «hombre horno»

Un rosarino de 48 años pasó ayer veinte minutos adentro de un horno industrial bajo una temperatura de 284 grados y logró ingresar formalmente al libro Guinness de los récords. La hazaña fue certificada por un escribano público y se produjo sin contratiempos ni lesiones. Tras retirarse las mudas de ropa que lo protegieron del calor, Antonio Acosta – un reparador de hornos de panadería – afirmó haber cumplido «un sueño».

El desafío de Acosta se produjo ayer en la panadería San Cayetano (Montevideo 6270) y tras haber cumplido su meta pasó a convertirse en el «hombre horno», certificado por los Guinness.

Don Antonio hace más de 30 años que es reparador de equipos de alta temperatura. «Siempre tuve la inquietud y por mi oficio debo soportar mucho calor porque los hornos se arreglan en caliente», narró a La Capital.

Ayer sintió la confianza necesaria para desafiar sus propios límites y protegido con seis mudas de ropa (todos joggings de algodón), cuatro gorros de lana, un toallón en el rostro y guantes de cuero reforzado, ingresó al horno que en veinte minutos alcanzó los 284 grados centígrados.

Para constatar la veracidad de los sucedido y dar fe de esta «prueba de fuego», se hizo presente en el lugar el escribano Carlos Gascheto, mientras una cámara de Canal 5 filmó la proeza.

Así, y con los trámites ya iniciados ante el libro de las hazañas más descabelladas, Acosta pasó a convertirse en el «hombre horno». «No creo que tenga competidores, en el país debe haber unas diez personas que hagan este trabajo con mucha temperatura. El único antecedente que informó Guinness fue de unos soldados que en la Segunda Guerra Mundial toleraron 260 grados», remarcó el hombre.

Con la prueba superada y rodeado de sus cuatro hijos y nietos, Acosta atendió a La Capital en su casa de Deán Funes al 3900. «En una prueba anterior, entré con un pollo crudo y congelado en las manos, estuve 35 minutos y el pollo salió cocido», recordó para agregar otra perlita: «Ingresé al horno con una silla de madera y al poco tiempo se descoló todo el pegamento». Eso sí, pese a las bromas que le hicieron, este hombre de 48 años pareció no calentarse.

Fuente: Diario La Capital

Consignas de Seguridad en el Trabajo Rural

El desconocimiento de los peligros o de la prevención llevan al trabajador rural a enfrentarse a situaciones de riesgo. Por estos motivos es importante pensar y anticiparse para organizar el trabajo, evitando riesgos innecesarios, analizando las condiciones externas e internas de la actividad que se va a emprender y comprendiendo las consecuencias que puede tener hacer las cosas de un modo o de otro. A modo de ejemplo podemos decir que las diversas tareas realizadas con el tractor y sus implementos son una fuente considerable de accidentes relacionados con el trabajo. Para evitar accidentes es necesario que los trabajadores dispongan de un medio de transporte alternativo al tractor, para desplazarse; además nadie debe subir al tractor o a la barra de tiro, salvo el tractorista. Todo acompañante corre riesgo de caerse y ser apretado por algún implemento. Evitemos los cruces con líneas eléctricas en nuestro recorrido, revisando previamente las trayectorias. Los conductores de máquinas agrícolas y los motosierristas sufren en mayor medida las consecuencias del ruido. También en determinados trabajos con animales o con productos del campo existen situaciones de alta exposición a ruidos como por ejemplo la molienda, la preparación de alimentos y la alimentación de lechones en recintos cerrados. Para estos casos es recomendable utilizar protectores auditivos.

Autor: Maria Victoria Zaldivar Rolon
Alumna 1er año Inst. Sup. Federico Grote
Rosario – Argentina.

Murió un obrero que trabajaba en la refacción del Mariano Acosta

Un obrero murió hoy mientras realizaba trabajaba tareas de refacción del colegio Mariano Acosta de esta capital, informaron fuentes policiales.

El hombre tenía 45 años y aparentemente cayó de una escalera desde una altura de cuatro metros, informó el subcomisario Gabriel Albanese, segundo jefe de la comisaría 8va. de la Policía Federal.

Albanese detalló a la prensa que el malogrado obrero estaba realizando la colocación de plafones en el primer piso cuando cayó al piso.

Dijo que sufrió lesiones graves por las cuales poco después falleció.

En el colegio Mariano Acosta, situado en el barrio porteño de Once, se realizan tareas de refacción y mantenimiento que generaron un conflicto en el establecimiento entre autoridades y padres de los alumnos.

Fuente: Diario Clarin

La Ciudad aclara sobre la muerte de un obrero
El gobierno porteño anunció que la empresa contratada en el Colegio Mariano Acosta es la encargada de difundir los motivos del deceso del albanil.

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires informa que durante el día de hoy, producto de un accidente de trabajo, falleció un obrero que realizaba tareas de refacción en el Colegio Mariano Acosta.

Los datos filiales de la persona fallecida y las circunstancias por las que se produjo el mencionado accidente serán brindados por la empresa Bricons SA, una de las empresas contratadas para las tareas de refacción del Mariano Acosta.

Fuente: www.infobae.com

Paraguay: a un año de la tragedia

El 1° de agosto se cumple el primer año del peor incendio registrado en la historia de Paraguay.

Aquella hermosa mañana, más de mil personas hacían sus compras de fin de semana en un moderno supermercado del tradicional barrio Santísima Trinidad, de la capital, cuando en pocos minutos el supermercado entero ardió en llamas.

El incendio dejó 396 muertos, cerca de la mitad menores, y más de 500 heridos, 56 de ellos con quemaduras de tercer grado.

A un año de la tragedia los familiares de las víctimas y los sobrevivientes, siguen reclamando justicia.

Hubo una explosión

Entre los sobrevivientes está María del Carmen Cristaldo, Lili, quien perdió a sus dos hijas y su marido. Su cuerpo quedó atrapado debajo de una masa de personas que intentaban huir del fuego. Estos cuerpos la protegieron.

Lili debe someterse a varias cirugías reconstructivas y los médicos creen que su rehabilitación tomará varios años. Hasta ahora no puede hacer tareas tan simples como barrer y debe usar permanentemente unas vendas compresoras sobre sus heridas. Recuerda lo que sucedió como si fuera una pesadilla terrible.

«Estábamos entrando al supermercado cuando hubo una explosión. Pude ver cómo cuerpos, sobre todo pequeñitos, volaban por el aire, brazos, piernas», relató.

«Mientras corríamos hacia la salida sentía el humo y el viento. Luego vino el apagón. Creo que unas 200 personas se hubiesen salvado si lográbamos salir. Logré tocar los barrotes de hierro pero el portón estaba cerrado. Luego se nos cayó una avalancha de gente encima y nos quedamos abajo».

Las causas

El moderno edificio era una verdadera bomba de tiempo. Luis Escobar Faella, defensor del dueño principal del supermercado, Juan Pío Paiva, detalló a la BBC lo que dijeron los peritos.

«Tres de los ductos de la parrilla, de la panadería, de la confitería y la rotisería, no salían al exterior. Lo que significa que había una gran cantidad de humo y gases que desde la misma inauguración del supermercado se iban acumulando en la cámara que se formó entre el cielo raso y el techo del edificio que permitió una acumulación de gases de 9.000 metros cúbicos», dijo Escobar Faella a la BBC.

El techo no contaba con extractores eólicos, un error de construcción, dice la defensa, que también responsabiliza a la Municipalidad por haber habilitado el edificio en esas condiciones.

Posiblemente, una chimenea tapada inició el fuego (que podría haber estado latente por días o semanas) provocando una explosión y una reacción en cadena. Materiales inflamables altamente tóxicos en el cielo raso, produjeron gases como el cianuro lo que también contribuyó al gran número de muertos.

Las alarmas de humo no funcionaron. No había rociadores. Las llaves de paso de las mangueras contra incendios estaban cerradas y el personal del supermercado no sabía qué hacer en situaciones de emergencia.

Juan Pío Paiva y su hijo Daniel, quien estaba a cargo del supermercado, están acusados por la fiscalía de haber ordenado el cierre de las puertas del supermercado, aparentemente para evitar «que nadie saliera sin pagar». Ambos niegan las acusaciones, mientras aguardan juicio en la cárcel de Tacumbú en Asunción.

La responsabilidad

La investigación sobre los grados de responsabilidad de los dueños y los guardias estuvo a cargo del fiscal Edgar Sánchez. Sánchez dice que su vida en lo personal y lo profesional quedó marcada por la tragedia.

«Evidentemente mi vida ha cambiado rotundamente desde el 1 de agosto del 2004. He acompañado a las víctimas en su dolor. A casi un año seguimos entregando cadáveres, identificados por el ADN, y en cada situación se presenta el mismo cuadro», afirmó el fiscal.

«Realmente es una situación muy dolorosa, un hecho cargado de sentimientos y de muchas situaciones ´extra procesales´, porque uno no puede decir ´voy a investigar esto fríamente´. Es imposible abstraerse del sentimiento y del dolor de esa gente».

El caso se subdividió en tres procesos. El fiscal Sánchez intentará probar la responsabilidad de los dueños y los guardias, otro fiscal deberá establecer el grado de responsabilidad de los constructores y en un tercer proceso se juzgará la actuación de la Municipalidad de Asunción. Se cree que, debido a la sobrecarga en los Tribunales, el primero de los juicios podrá realizarse recién a principios del año próximo.

Un país en estado terminal

Esta tardanza llena de frustración a los familiares de las víctimas y los sobrevivientes, quienes reclaman justicia rápida y un mayor apoyo de las autoridades.

El médico Roberto Almirón es uno de los dirigentes de este movimiento. Hace un año, mientras intentaba reavivar a los quemados que llegaban a su clínica – que está a solo tres cuadras del supermercado – ignoraba que su propio hijo Eric, estaba entre los muertos.

«Este es el país que tenemos, donde las instituciones no cumplen su función, donde los empresarios son capaces de hacer un crematorio de inocentes, un cajón con dos puertas, como techo una garrafa, encerrada con cercas y rejas tipo cárcel, por unos dólares. Justo en un país con un Estado ausente donde la asistencia a las víctimas solamente fue mediática y pasajera. Después todo siguió igual. El país de siempre. Donde el poder judicial y la propia municipalidad son edificios que no tienen escalera de incendios. Un país carente de valores, en un estado terminal».

En respuesta a los reclamos, el director del Comité de Emergencia Nacional, un organismo gubernamental, anunció que la ayuda económica continuará para los heridos que necesitan rehabilitación. Las autoridades también proveen víveres a aquellos que por razones médicas aún no pueden volver a trabajar. Pero para los sobrevivientes y los familiares esto no es suficiente.

No entienden por qué a un año de la tragedia que marcó para siempre sus vidas, deben seguir peleando para que la sociedad no olvide lo que sucedió el 1 de agosto. En medio de su dolor, Doña Francisca Giménez vive rodeada de las fotos de sus nietitos y su hija muertos en el estacionamiento del supermercado.

«El daño ya está hecho. Fueron 400 los muertos. El Poder Judicial ya se debería haber encargado de establecer cómo sucedieron las cosas y tratar de lastimarnos menos. Tengo sesenta años pero me siento de 90. Estoy muy cansada. No quiero que nos mientan. Solo pedimos justicia. No pedimos más que eso».

Andrea Machain
BBC Mundo, Paraguay

Fuente: Diario La Nación