Obrero muere aplastado

Dyker Heights â?? La viuda del obrero ecuatoriano que murió aplastado dentro de una trinchera el viernes aún no sabe cómo hará para devolver los restos de su esposo al Ecuador.

â??El patrón dijo que va a pagarâ?? para enviar los restos de Juan Amendaño a su país natal, dijo ayer la viuda de Amendaño, María.

Pero no había promesa escrita, ni se sabía quién era el asegurador del patrón, y la familia tampoco conocía cómo localizar otras fuentes de ayuda.

El viernes, poco antes de las 3 p.m., Amendaño estaba trabajando en la trinchera para impermeabilizar los cimientos del edificio de una escuela luterana en la calle 72 y avenida 10, en Brooklyn.

Indican las autoridades que una de las paredes de la trinchera se desplomó súbitamente, y Amendaño quedó sepultado bajo tal cantidad de tierra y escombros que los bomberos no pudieron rescatarlo vivo.

Los bomberos â??no se daban por vencidos, estuvieron yo diría que por lo menos dos horas tratando de rescatarloâ?? y todavía un par de horas más cuando ya no había ninguna esperanza de sacarlo con vida, relató ayer Paula Wong, una vecina del lugar donde ocurrió el accidente. Wong dijo que todo ocurrió aceleradamente: un trabajador salió corriendo alarmado, luego también empleados de la escuela, y en cuestión de minutos, â??la calle estaba abarrotada de personal de emergencia. Eran muchos y llegaron bien rápidoâ??.

La trinchera tenía 10 pies (3 metros) de profundidad, según el Departamento de Edificios. No estaba apuntalada, y la compañía que realizó el trabajo, Star Pak Contracting, no tenía licencia para la labor, indicó el Departamento.

Amendaño, de 30 años de edad, provenía de la ciudad de Azogues, provincia del Cañar. Allá viven su mamá, su papá, y su hijo mayor, que tiene 10 años de edad. El segundo hijo es un bebé que nació hace cinco meses.

La viuda de Amendaño dijo que después de que nació el bebé, ella y su esposo habían estado hablando sobre la posibilidad de regresar a Ecuador. A pesar de que ambos trabajaban, se les estaba haciendo difícil la situación económica. Habían pensado que ella regresaría primero y él tal vez un año más tarde. Interrogada sobre lo que va a pasar ahora, la viuda se encogió de hombros, acongojada, y respondió en voz muy baja que no sabe.

â??Ella está sola, queda con dos niños, está solaâ??, comentó un primo de Amendaño, con ojos llorosos.

â??Tenemos que pagar el funeralâ??, dijo por otra parte uno de los hermanos de Amendaño, quien indicó que le habían dicho que costaría â??como $3,400â?? trasladar los restos a Ecuador.

Los familiares dijeron que el dueño de Star Pak les prometió que haría gestiones con la aseguradora para pagar los gastos fúnebres.

No fue posible hablar con el dueño ayer. Quien respondió a preguntas en la oficina fue un joven que se identificó sólo como Sim, y dijo ser hermano del dueño. El joven afirmó que Star Pak tiene compañía de seguros, aunque no sabía el nombre, y dijo que sólo su hermano podía contestar si la empresa pagaría.

En cuanto al accidente, Sim dijo â??no es mi culpa, y no es su culpaâ?? (del dueño de la empresa). Fue algo que ocurrió inesperadamente en un trabajo de rutina y los accidentes no son culpa de nadie, agregó. Dijo que otros familiares que también son parte de la empresa, incluyendo su padre, están en Pakistán en estos días pero se enteraron del accidente y todos lamentan lo sucedido. â??Estamos muy apenados, estamos muy apenadosâ??, dijo repetidamente.

La trinchera, de acuerdo a Sim, era mucho menos profunda de lo que dicen las autoridades â?? sólo tres pies, indicó. â??Tres pies no es nada. ¿Entiende? Tres o cuatro pies no son nadaâ??, dijo Sim. Era imposible imaginar que ocurriera un accidente, según el joven. El Departamento de Edificios impondrá multas a Star Pak pero no se conoce aún la suma. Irónicamente, el accidente ocurrió en el último día de la Semana de la Seguridad en la Construcción, durante la cual la ciudad anunció nuevas iniciativas para prevenir muertes.

Los familiares de Amendaño dijeron que no han tenido hasta el momento ningún acercamiento de los representantes del gobierno ecuatoriano.

Como ha reportado este diario, se han hecho críticas a los representantes gubernamentales de ese país en cuanto a su respuesta en los casos de obreros fallecidos. Un activista de la comunidad entrevistado ayer dijo que el caso de Amendaño podría ser â??un buen ejemplo para ver si llega o no llega esa ayudaâ?? gubernamental para la familia.

El director de la defensoría del pueblo del gobierno ecuatoriano en Nueva York, Freddy Sánchez, dijo que se ha dado ayuda a más de 20 familias de obreros fallecidos en los pasados dos años.

Indicó que desea que la familia se comunique con su oficina (cuyo teléfono es 718-725-7019) y que no deben tomar ninguna decisión apresurada, especialmente en cuanto a depender de que el patrón pague los gastos fúnebres.

â??Preferimos que no lo haganâ??, dijo, porque los patrones â??comprometen a la familia, al familiar, a que no haga la denunciaâ?? sobre la falta de protección al trabajador, dijo Sánchez.

â??Les quieren dar diez mil dólares, que se vayanâ?? a Ecuador, y â??les piden que firmen un â??waiverâ??â??, que es un documento en el que exoneran de culpa al patrón, agregó el funcionario. Sánchez dijo que las familias que aceptan esas condiciones pueden terminar fuera del país sin poder regresar, y con mucho menor compensación que la que podrían obtener por otros medios. â??Les pedimos que consulten; que no se apresuren y que consultenâ??, declaró.

María Vega/EDLP
maria.vega@eldiariony.com

Fuente: www.eldiariony.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.