Darío Ezequiel Dávila, de 24 años, era muy querido por la comunidad.
TILCARA (Corresponsal). Cerca de las 14 del último sábado, una llamada telefónica alertó al personal de la Seccional 14º de Tilcara, sobre el derrumbe de una pared en la parte trasera del Templo Evangélico ubicado en la calle Rivadavia 830. Bajo los escombros se encontraba atrapado Darío Ezequiel Dávila, de 24 años, vecino del barrio La Falda, quien falleciera de un paro cardiorrespiratorio traumático en el hospital «Salvador Mazza», donde fuera trasladado por el Same.
La noticia pronto se esparció por la localidad quebradeña, conmocionando a los vecinos. Dávila, de quienes pocos conocían el nombre, solía recorrer al trote las calles del pueblo con su pequeño grabador, en el que escuchaba reguetón.
Pasaba corriendo de aquí para allá, con su sonrisa inocente, acaso repitiendo las letras de las canciones. Era uno de esos personajes entrañables que tienen los pueblos de nuestro interior.
Según la información que se ha podido recabar, hay indicios de que se pudo haber tratado de un accidente de trabajo, ya que el joven habría estado haciéndolo para la reconstrucción del muro interno que se siniestró, se dice, en horas en las que arreciaba muy fuerte el viento. La pared que acabó con su vida estaría siendo objeto de un arreglo en sus cimientos, cuando se produjo el trágico hecho.
Por disposición del fiscal actuante no se realizó la autopsia, por lo que el cuerpo del infortunado muchacho fue entregado a la madre y a su hermana para su velatorio y posterior inhumación en el cementerio local.