Mientras la Superintendencia de Riegos de Trabajo de la Nación denuncia que Santa Fe es la provincia con más accidentados en obras de construcción y la administración socialista contraataca argumentando que la cantidad de siniestros viene bajando sostenidamente desde 2007, surgen nuevos datos de la causa judicial por la muerte de los dos obreros que estaban construyendo cloacas en la zona oeste de Rosario.
Punto biz averiguó que se incorporó al expediente que investiga el juzgado a cargo de Marisol Usandizaga el informe de Prevención ART, que realizó tres inspecciones a la obra, una de ellas en la semana anterior al accidente, y en donde se asientan “observaciones menores” dejándose constancia de que no constituían riesgos para la salud y la vida de los obreros.
La licitación de la obra la había ganando una UTE integrada por las empresas rosarinas Pecam y Del Sol, pero las tareas al momento del accidente estaban a cargo de la subcontratista Adolfo Benítez, una pyme de capitales rosarinos de larga trayectoria.
Personal de Prevención, que era la ART contratada por Benítez, inspeccionó la obra en noviembre, marzo y mayo pasado. Las observaciones fueron, por ejemplo, falta de carteles indicativos, chalecos refractarios y tapones auditivos, pero no observó nada vinculado a falta de elementos de seguridad o condiciones precarias para la salud de los obreros.
Para las empresas, el informe de la ART refuerza la hipótesis de que la tragedia que le costó la vida a dos personas fue un accidente y no consecuencia de la falta de condiciones de seguridad en la construcción. Y es por eso que también ahora están pidiendo pericias técnicas para avanzar con la causa.
Con respecto al tema de si los caños que se rompieron estaban en los planos, una hipótesis que se barajó en un principio sobre las causas del accidente, éstos figuraban. Pero si bien no habrían estado justo en el lugar y la posición indicada, la hipótesis de la defensa de las constructoras es que ese dato no tiene relación con las causas del accidente.