Cada mes falleceun agricultor y los trabajadores reclaman más formación y ayudas públicas para renovar los vehículos antiguos.
Con el hundimiento del sector de la construcción por la crisis económica, los accidentes mortales durante el periodo de trabajo tienen ahora una causa esencial: el uso de tractores en los campos valencianos, una lacra que no cesa y que este año arroja una media de un muerto cada mes.
A mediados de julio se produjo un periodo especialmente delicado para el sector agrícola. Un trabajador del campo, de 55 años y vecino de la pedanía oriolana de La Murada, falleció al caer con su tractor por un terraplén de unos tres metros. El vehículo volcó y le causó un golpe mortal en la cabeza. Higinio se dirigía a labrar unas tierras de su propiedad. Sólo un día después, un hombre de 84 años resultó herido grave al colisionar su tractor con una furgoneta en una carretera de Turís.
La última víctima encontró la muerte hace una semana, en Alborache. El agricultor, de 78 años, falleció al volcar el vehículo que conducía en un camino del municipio. El hombre tenía una finca de algarrobos y olivos en la zona del camino Chiva. Al parecer, Francisco se dirigía a una de sus parcelas a realizar una labor agrícola. El tractor fue encontrado por un vecino en un camino situado entre el almacén donde guardaba el vehículo y una de sus fincas.
«Sigue siendo un problema muy serio y que cada año se cobra muchas vidas», estiman desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA- ASAJA). Pero no sólo en la Comunitat. Según un reciente estudio de la Universidad de Navarra, entre 2004 y 2008 se produjeron 272 accidentes mortales por vuelco de tractor en campos españoles, lo que supone un 70% de los accidentes mortales relacionados con el uso de maquinaria agrícola.
¿Por qué resulta tan traicionero el tractor? Por un lado, AVA cita «la peligrosidad que en sí conlleva el manejo de maquinaria pesada», pero además hay que tener en cuenta «el envejecimiento del parque móvil agrario y las dificultades financieras para renovarlo y modernizarlo». A la pérdida de poder adquisitivo de los agricultores en la Comunitat, se suman los problemas que azotan a la economía en todos sus frentes.
Con escasa seguridad
Según fuentes del sector agrario, más de la mitad de su parque móvil supera los 20 años de media. «Todavía hay tractores circulando que tienen hasta 40 y más», asegura un trabajador valenciano. Con el uso y el paso de los años se produce un importante deterioro de la dirección y los frenos. Y lo más importante: esos antiguos tractores aún en funcionamiento carecen de los dispositivos de seguridad y sistemas antivuelco con los que se fabrica la maquinaria agrícola llegada al mercado en los últimos 15 años.
Pero existe otro factor fundamental. La agricultura no es hoy en día una profesión atractiva para los jóvenes. Existe un importante «envejecimiento de la población rural valenciana» y en especial de aquella que se dedica al campo como modo de vida. Las personas mayores que conducen estos vehículos tienen «menos reflejos y habilidad», admiten los agricultores consultados. Aunque la velocidad del tractor es, por lógica, muy escasa, su estabilidad también lo es, con el consiguiente peligro que ello supone. Basta un mínimo despiste o un fallo de cálculo para irrumpir en un desnivel y sufrir un vuelco. Y si no se reacciona a tiempo, ese vuelco es, casi siempre, mortal.
El primer agricultor fallecido este año en un accidente de tractor registrado en Cocentaina tenía 82 años. En mayo, un hombre de 70 años murió en un campo de Cortes de Pallás y otro de 76 sufrió otro accidente mortal a mediados de junio en Xert. La edad avanzada es una constante entre las víctimas.
Y la orografía del terreno de cultivo tampoco ayuda. La mayoría de accidentes de tractor en la Comunitat se producen en puntos del interior donde los campos están próximos a áreas montañosas.
¿Soluciones? Para AVA, la clave sería «mejorar la formación en el manejo de esta maquinaria y las medidas de seguridad». Aunque son conscientes de que corren malos tiempos para las arcas públicas, los agricultores consideran «necesario aumentar las ayudas para renovar el parque móvil agrícola». Pero estas reclamaciones han caído, hasta la fecha, en saco roto. Mientras, el goteo de víctimas sigue llenando de luto los montes valencianos.