La explosión en Cofco abrió fuertes interrogantes sobre la seguridad industrial

Distintas voces se alzaron para denunciar que los controles no eran suficientes. El siniestro se cobró la vida de dos operarios de la planta.

El momento. Al mediodía del miércoles, una tremenda explosión ocasionó dos muertes y hay siete internados.

Domingo 31 de Diciembre de 2017

La explosión en la planta de Cofco (ex Nidera) que se cobró la vida de dos personas y dejó a otras siete hospitalizadas, puso la lupa sobre el sector y abre el interrogante de hasta qué punto estos «accidentes» son aislados y no forman parte de un problema estructural y funcional en estas industrias.

Aunque desde las patronales aseguran que los controles se realizan, y que si no fuera así las tragedias serían muchas más, distintos sectores aseguran que el siniestro pudo haberse evitado si se tomaban medidas más efectivas, y hasta se preguntan cómo empresas con fabulosos niveles de facturación no están a la vanguardia en temas de higiene y seguridad, máxime si se tiene en cuenta que la actividad es de riesgo y que ya existen numerosos antecedentes.

El miércoles al mediodía, una explosión en un sector de la ex Nidera sacudió a la región y al país. El estallido de una celda de almacenamiento ocasionó grandes daños y dejó un tendal de heridos. Entrada la tarde, se tuvo la noticia de la muerte de Domingo Giménez, de 61 años. Y al día siguiente corrió la misma suerte Juan Carlos Castillo, de 42, quien trabajaba como maquinista operador en la planta de Puerto San Martín. Otras siete personas permanecían en el Sanatorio Británico, cinco de ellas en el Area de Quemados y dos en terapia intensiva.

Distintas voces

Después de la tragedia, no tardaron en alzarse distintas voces que hablaron de negligencia y de responsabilidades. El secretario general del Sindicato de Aceiteros, Pablo Reguera, responsabilizó a la empresa y a los ingenieros «que no tomaron las medidas ante un hecho que venía de hacía meses. Esto no fue un chispazo eléctrico que tomó contacto con el polvillo. Había celdas que se estaban quemando desde hacía cuatro meses y todo el movimiento que hacían con el maíz fue explosivo», afirmó. Y abundó: «Si hubiera tecnología, sabrían que había peligro de incendio. Y si había sensores, no estaban funcionando».

En consonancia, su par del gremio en Rosario, Sergio Díaz, aseguró que el siniestro era «previsible y prevenible, porque ese sector venía ardiendo y no se lo aisló». Su comentario coincide con el de testigos, como el de un camionero que 15 días antes había descargado en la planta y vio «cómo le tiraban agua a los tanques para frenar el fuego», y pensó que el lugar explotaría en cualquier momento.

Pero sobre todo, la explosión recordó otros episodios, tanto en la actual Cofco como en Nidera, además de otras terminales. Ya el 31 de julio de este año se había producido un episodio similar de un sector de la planta de Puerto General San Martín, en la cual no hubo víctimas pero sí daños materiales.

Según recordó el diputado provincial Héctor Cavallero, en la terminal de Dreyfus, en General Lagos, Lucas Coronel (21 años) cayó al vacío en febrero de este año y murió; en mayo de 2013, Jesús López, de 59 años, oriundo de Timbúes, murió mientras descargaba cereal en Nidera (hoy Cofco) de Puerto San Martín; Ernesto Montes, un mecánico de 37 años, salvó su vida de milagro en esa misma firma en julio 2014 cuando realizaba trabajos en la puerta de una celda elevadiza; en mayo de ese año, Gastón Pergiaconi, de 36 años, murió en la zona de descarga de la Terminal 6, también en Puerto General San Martín. Trabajaba para la contratista Tork. En 2015, también en la Terminal 6, un empleado de la Cooperativa de Servicios Portuarios murió después de sufrir un accidente cuando descargaba una barcaza en un muelle. Y el 18 de agosto de 2017 seis personas resultaron heridas en el accidente ocurrido en Renova que dejó además a una persona fallecida. «Son demasiadas las muertes y los heridos para poder pensar sólo en la fatalidad», afirmó el legislador.

Otro que levantó su voz fue el diputado Carlos Del Frade, quien opinó que «este trágico hecho debió haberse evitado. Estamos hablando de una empresa que el año pasado presentó un balance por más de 30 mil millones de pesos de facturación. Fue la firma número 84 entre las mil que más vendieron en la Argentina. Había dinero para tener todas las medidas de higiene y seguridad industrial y protegerle la vida a quienes le producen esa riqueza, que son los trabajadores».

La firma, por su parte, emitió sendos comunicados informando sobre el deceso de los dos operarios y afirmó que, además de iniciar una investigación sobre el suceso, se ponía a disposición de las evariguaciones externa. Y desde la Cámara de Industrias Aceiteras, Andrés Alcaraz afirmó que los comités mixtos de higiene y seguridad funcionan, además de considerar que «si no se tomaran medidas previas, estos accidentes serían mucho más frecuentes».

Lo cierto es que en agosto de este año, la agencia internacional Reuters daba cuenta de que la estatal china Cofco, que había completado la compra de Nidera en marzo tras un proceso de tres años, ya estaba considerando la posibilidad de desprenderse de los activos adquiridos por considerarlo un «negocio problemático». Las razones serían «las pérdidas imprevistas acumuladas por Nidera y las irregularidades contables desenterradas el año pasado en sus operaciones en Latinoamérica». Pérdidas que «han sido peores que las expectativas de Cofco».

En medio de estas elucubraciones, la planta de Puerto San Martín sufrió una explosión que deja numerosos interrogantes, y que interpela a las autoridades de distintos niveles sobre las reales exigencias para con estas corporaciones.

Fuente: www.lacapital.com.ar

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