Este 2012, decenas de familias aún viven sobre ductos de combustible y la autoridad no sabe qué casas son. Los habitantes no sabrían cómo actuar si hay otro incidente
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de diciembre.- A dos años del incendio en instalaciones de Pemex en San Martín Texmelucan, que cobró la vida de 30 personas, decenas de familias aún viven sobre los ductos de combustible, pero sólo a los habitantes de dos viviendas se les ha notificado sobre el riesgo de permanecer en esa zona.
Aun cuando muchos de los habitantes de ese municipio poblano decidieron marcharse a raíz del accidente ocurrido el 19 de diciembre de 2010, otros no tuvieron más remedio que quedarse, a pesar del temor que les genera el amargo recuerdo de una de las peores tragedias de su tipo en México.
En opinión del regidor de Protección Civil del municipio, Gustavo Berra Medrano, el riesgo al que se enfrentan es latente, pues mientras los ductos de Petróleos Mexicanos atraviesen esa zona, la población está expuesta a una tragedia similar a la ocurrida hace dos años, sobre todo porque, ha dicho a e-consulta.com, el robo de combustible sigue siendo una de las actividades más lucrativas.
Y a pesar del riesgo, las huellas de la tragedia y el temor entre los habitantes, no hay una cultura sólida de prevención pues, según Berra Medrano, apenas la mitad de la población en Texmelucan −140 mil habitantes− sabe cómo actuar en caso de que ocurra algún siniestro similar al ocurrido aquella madrugada del 19 de diciembre de 2010.
Aunado a lo anterior, expone e-consulta.com, las autoridades municipales reconocen que ni siquiera ellas conocen con exactitud la ubicación de las viviendas que se encontrarían en la franja de riesgo, ya que, señalan, están marcadas en el Atlas de Riesgo que tiene Pemex bajo su resguardo.
Un día negro
Aquel 19 de diciembre, alrededor de las 5:30 horas de la mañana, se reportó el derrame en un ducto de Pemex y posteriormente un incendio de grandes dimensiones en la calle 11 de noviembre.
El terror cundió entre cientos de ciudadanos, que abandonaban sus casas para huir de la inmensa columna de fuego y humo que se asomaba.
Bomberos de Texmelucan y de estados circunvecinos, policías municipales y los propios habitantes acudieron al punto donde las llamas generadas por el combustóleo encendido se erigían por encima de los diez metros, en medio del estallido en cadena de tanques de gas.
Cerca de las 11:00 horas, las llamas cedieron y revelaron la verdadera cara de la tragedia: Personas, casas, autos y animales reducidos a cenizas.
Fotos: e-consulta y Cuartoscuro