Endurecen sanciones para que se cumplan las normas de seguridad

SEGURIDAD PORTEÑA : LA MEDIDA LE APUNTA PRINCIPALMENTE A BOLICHES, HOTELES Y GERIATRICOS
El Gobierno porteño introduce cambios al Código de Faltas. Multas como obstruir una inspección pasan de $ 100 a $ 1.000. Y exceder la capacidad permitida en un local bailable, de $. 1.000 a $ 10.000.


INSPECCION. TAREAS EN UN CENTRO COMERCIAL DURANTE UN CONTROL DE 2005. AHORA, LAS MULTAS SERAN MAS DURAS. (Foto: David Fernández / Archivo Clarín) DAVID FERNANDEZ / ARCHIVO CLARIN

Vamos a ser implacables y persecutorios». La frase que suena fuerte y hasta algo intimidante, fue dicha por el vicejefe de Gobierno porteño a cargo del ejecutivo, Jorge Telerman, para sintetizar los cambios que se introducirán, por decreto, al Código de Faltas porteño.

¿Quiénes serán «implacablemente perseguidos», entonces? Los dueños de boliches, geriátricos, hoteles y pensiones, que no cumplan con las normas de seguridad exigidas. «Hoy no están fallando los controles, sino la severidad de las sanciones», le sintetizó a Clarín, Diego Gorgal, el secretario de Seguridad porteño.

Los funcionarios justifican la orientación de las modificaciones al Código de Faltas, con la experiencia recogida durante 2005, en las 129.635 inspecciones realizadas (un 80% más que en 2004): dicen que los controles identifican irregularidades e incumplimientos, que luego no logran ser corregidos por la falta de severidad en la sanción.

En la Secretaría de Seguridad apuntan el siguiente ejemplo: en setiembre pasado, un «patovica» de un local bailable del barrio de Congreso (Bartolomé Mitre al 1.800) le pegó una paliza a un chico. Ese local había sido clausurado cuatro meses antes, entre otros puntos, por no tener registrado al personal de seguridad privada. La sanción que había recibido por esa falta fue un simple apercibimiento. Con las modificaciones al Código, el dueño de ese boliche ahora podría ser sancionado con una multa de 5 mil a 20 mil pesos, y también con la inhabilitación para funcionar.

«Nos hemos encontrado —cuenta Gorgal— con dueños de geriátricos que no permiten el ingreso de los inspectores; la falta es obstrucción del procedimiento. Se presentan ante los controladores de falta, pagan el mínimo ($ 75), y el geriátrico sigue sin estar inspeccionado». La sanción a esta falta se elevará de $ 100 el mínimo a $ 1.000, con posibilidad de clausura. Y la sanción se elevará de 10 mil pesos a veinte mil, si se trata de un boliche o de un lugar donde se alojan personas (geriátrico u hotel).

Desde la oficina de Gorgal, a modo de ejemplo, citan también una nota periodística del progra ma de radio Mitre, «Magdalena tempranísimo», del jueves pasado. Se trataba de un robo en Arenales y Laprida. Una vecina denunciaba a un quiosco que vende bebidas alcohólicas, sin autorización. «¿Por qué no lo clausuran?», preguntó el periodista Horacio Caride. «Lo clausuraron tres veces y lo volvieron a abrir», le respondieron. «A situaciones como ésas apuntan las modificaciones. Queremos que transgredir una norma sea mucho más difícil que ahora», explicó Jorge Telerman.

Durante 2005 se impusieron 418 clausuras a 356 locales que no tenían habilitación para la actividad de baile. Hubo locales que fueron clausurados en más de una ocasión. «Queremos sanciones más fuertes para las reincidencias en las faltas de seguridad», apuntó Gorgal.

En su charla con Clarín, Telerman dijo que «estas modificaciones no afectan ninguna libertad individual, sino que son políticas públicas que garantizan derechos; no estamos creando nuevas normas», fundamentó .

Las quince modificaciones al Código de Faltas se formalizarán mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia de firma inminente. Aún cuando estos cambios podrán aplicarse de inmediato, el Decreto debe ser aprobado o rechazado por la Legislatura porteña. «Vamos a tener acompañamiento de otros sectores políticos», estimó Telerman.

En marzo, posiblemente, el Gobierno presente un proyecto de ley, con una reforma integral al Código de Faltas. «¿Por qué primero un decreto? Porque estas modificaciones son necesarias y de urgencia; el resto puede esperar un poco», respondió el vicejefe de Gobierno.

«Estos cambios darán mayor severidad y mayor capacidad de acción al Estado», insistió Telerman. La eficacia de los controles del Estado porteño, en cierto punto, están siendo hoy discutidos en el juicio político a Aníbal Ibarra. «Las modificaciones al Código de Faltas están en la línea de todo lo actuado durante 2005 por este Gobierno», se atajó Telerman, ante la mínima insinuación vinculada a encontrar una diferencia entre su gestión (de apenas un par de meses) y la de Ibarra. De todos modos, trascendió en fuentes de la Comuna, que los cambios al Código que se harán por decreto, son el resultado directo de un estudio que pidió el propio Telerman, hace casi un mes, al área de Gorgal.

Las faltas y las contravenciones

Sancionar la venta de bebidas alcohólicas fuera del horario permitido o a menores, está contemplado en el Código de Faltas, pero también en el Código Contravencional. «Hay algunas zonas de intersección entre ambos códigos», indicó Diego Gorgal, el secretario de Seguridad porteño. Pero después, el funcionario dio, en cierto modo, una definición que los diferencia: «El Código Contravencional regula las conductas en el espacio público; el Código de Faltas, de la línea municipal, para adentro», graficó.

Los procesos para dirimir la sanción, también son diferentes. Un fiscal detectará lo que entiende es una contravención; luego seguirá un proceso (similar al de la justicia ordinaria), con juez incluido, para determinar la culpabilidad del infractor. La falta, en tanto, una vez detectada por el inspector comunal, pasa al controlador de faltas, para determinar qué sanción corresponde.

Horacio Aizpeolea.
haizpeolea@clarin.com

Fuente: Diario Clarin

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