Existe una serie de pequeños cambios que podemos introducir en nuestra actividad laboral cotidiana para mejorar nuestra salud cardiovascular.
Madrid, España.- ¡Trabaje con corazón! En este caso no se trata de poner más motivación, entusiasmo y entrega en nuestra actividad laboral – lo cual tampoco está de más porque nos la hace más llevadera y nos ayuda a progresar en la empresa – sino de prevenir las enfermedades cardiovasculares desde el puesto de trabajo.
Ganarse la vida y procurar que sea más sana no sólo son objetivos compatibles, sino además imprescindibles.
Es que un entorno laboral sano puede ser clave para reducir la incidencia de las enfermedades del corazón y las arterias de los trabajadores, según los médicos de la Fundación Española del Corazón (FEC).
Y además de salvar vidas, una plantilla sana puede contribuir a la salud de la empresa en tiempos de crisis económica por el aumento de productividad, la reducción de la tasa de absentismo y la disminución de los gastos médicos, aseguran desde la FEC.
La Federación Mundial del Corazón calcula que al menos el 80 por ciento de las muertes prematuras por enfermedad cardiovascular e infarto podría evitarse si se controlaran los factores de riesgo principales: tabaco, mala alimentación e inactividad física.
Buena parte del esfuerzo para evitar formar parte de la lista de defunciones precoces podemos realizarlo en el trabajo, dado que los adultos pasamos más de la mitad de nuestras horas de actividad trabajando, según la FEC.
“Por ello, un entorno laboral que fomente unos hábitos sanos puede reducir el riesgo de padecer muchas enfermedades, entre ellas las cardíacas y accidentes cerebrovasculares, que constituyen la primera causa de muerte en el mundo, con 17,2 millones de víctimas cada año”, explica el doctor Leandro Plaza Celemín, presidente de la FEC.
Según este cardiólogo «el control de los factores de riesgo en el propio entorno laboral (hipertensión, hipercolesterolemia, obesidad, sedentarismo y tabaquismo), resulta fundamental para conseguir una disminución progresiva de estas enfermedades”.
Muchas empresas han reconocido ya la importancia de la salud de los empleados a la hora de alcanzar los objetivos centrales del negocio, y por ello se han comprometido a añadir la mejora de la salud en sus prioridades empresariales.
INCLUIR EL EJERCICIO EN LA AGENDA DIARIA
“No obstante”, señala el doctor Plaza, “en las empresas pequeñas, donde quizás no exista esta política de Recursos Humanos de una forma tan arraigada, es el propio trabajador quien tiene que ser consciente de su salud y tomar medidas para mejorarla”.
Para el doctor José Luis López-Sendón, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, para conseguir un entorno profesional más saludable basta con seguir unas sencillas pautas centrada en el tabaco, la alimentación y el ejercicio.
El cardiólogo de La Paz, aconseja “incluir el ejercicio físico en nuestra agenda, ya que basta con dar un paseo alrededor del edificio, escoger las escaleras en lugar del ascensor o hacer algo de deporte o dar un paseo en la pausa de la comida”.
También ha que esforzarse por comer de forma saludable. “Hay que saber escoger los menús más adecuados a la hora del almuerzo, incluso trayendo de casa la comida si no es posible reducir la ingesta de grasas en la cafetería del trabajo”, sugiere el doctor López-Sendón.
Agrega que “las empresas pueden comprobar que todos los días se ofrezcan menús saludables e incentivar el consumo de alimentos sanos cambiando la bollería industrial por una cesta de frutas naturales a disposición de los empleados”.
Otro pilar clave de la salud cardiovascular laboral consiste en crear un entorno sin humo. “Para prevenir las enfermedades cardiovasculares es necesario evitar el hábito del tabaquismo. Las empresas deben evitar el consumo tabaco en el entorno de trabajo y sus alrededores para contribuir al bienestar de sus empleados y en los hospitales; este aspecto es obligado”, señala el médico.
De acuerdo al doctor López-Sendón, el cuidado del corazón en el ámbito laboral trae consigo una serie de ventajas: “El primer beneficio es que se salvan vidas: casi la mitad de las personas que fallecen por enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares se encuentran en un periodo productivo de su vida: entre 15 y 69 años”.
Asimismo, la introducción de hábitos de vida saludables, como la realización de una actividad física regular, favorece la concentración y la agilidad mental.
HORAS EXTRA, EN BUENA FORMA
“Al mantener el cuerpo activo, cuando tenemos que enfrentarnos a una situación de estrés laboral la mente y el cuerpo se relajan y la tensión acumulada se reduce, lo que baja el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Y, además, las actividades colectivas son ideales para estrechar lazos con los compañeros de trabajo”, afirma el doctor Leandro Plaza.
Por último, según el titular de la FEC “la salud cardiovascular de la plantilla puede contribuir a la salud de la empresa. En una empresa sana se registra un aumento de la productividad y la reducción de la tasa de absentismo; se calcula que se pierden hasta un 20 por ciento menos de días por bajas”.
Además, “se reducen los gastos médicos, disminuyen los accidentes laborales, se crea un buen ambiente de trabajo y se amplía el tiempo de permanencia del personal en la empresa”, explica Plaza Celemín.
Por otra parte, según una investigación del Centro de Investigación Biomédica Pennington, en Luisiana (EE.UU.), para tener un corazón sano, se debe combinar la actividad física moderada durante el tiempo libre con la laboral.
El estudio ha encontrado que las personas moderadamente activas laboralmente tienen un diez por ciento menos probabilidades de desarrollar insuficiencia cardiaca, si son hombres, y un veinte por ciento menos, si son mujeres.
Las actividades moderadas con más beneficios cardiacos son: andar a diario 29 minutos hasta y desde el trabajo, permanecer de pie y caminar con frecuencia en el entorno laboral y desarrollar alguna forma de actividad física durante más de cuatro horas a la semana, como andar en bicicleta o tareas manuales como atender el jardín o limpiar a fondo la casa.
Otra investigación reciente sobre la salud cardiovascular en el trabajo, indica que los hombres que no están en forma y trabajan más tiempo del usual (41 a 45 horas por semana) tienen un 59 por ciento más probabilidades de morir por enfermedad cardiaca, que aquellos de similar forma que trabajan menos de cuarenta horas semanales, según un trabajo danés.
La principal consecuencia de combinar horas extra y baja forma es un mayor riesgo de fallecer debido al endurecimiento y estrechez arterial (cardiopatía isquémica).
El “antídoto” – según el estudio del Centro Nacional de Investigación del Ambiente Laboral de Copenhague – radica en evitar el sedentarismo y hacer ejercicio de forma regular, ya que «trabajar más horas no incrementa el riesgo para el corazón, si se mantiene una buena condición física».
DESTACADOS:
* Un entorno laboral que fomente unos hábitos sanos puede reducir el riesgo de padecer muchas enfermedades, entre ellas las cardíacas y accidentes cerebro-vasculares: la primera causa de muerte en el mundo, con 17,2 millones de víctimas cada año”, explica el doctor Leandro Plaza Celemín.
* El cardiólogo José Luis López-Sendón recomienda “incluir el ejercicio físico en nuestra agenda, ya que basta con dar un paseo alrededor del edificio, escoger las escaleras en lugar del ascensor o hacer algo de deporte o dar un paseo en la pausa de la comida”.
* Una investigación del Centro Nacional de Investigación del Ambiente Laboral de Copenhague (Dinamarca) indica que los hombres que no están en forma y trabajan de 41 a 45 horas por semana, tienen un 59 por ciento más probabilidades de morir por enfermedad cardiaca, que aquellos de similar forma que trabajan menos de cuarenta horas semanales.