El 30 de marzo de 2006 también falleció una embarazada. Todas las víctimas eran bolivianas. La Justicia ordenó investigar a funcionarios y dueños de marcas. El recuerdo de ese día.
La Justicia porteña sentenció hoy a 13 años de prisión a los dos capataces del taller textil clandestino incendiado en 2006 en Caballito, donde murieron cinco niños de entre tres y 15 años, y una embarazada de 25, todos de nacionalidad boliviana. Juan Manuel Correa y Luis Sillerico Condorí estaban acusados de «estrago doloso seguido de muerte y reducción a la servidumbre».
Un pedido de justicia en los tribunales.
El tribunal Oral número 5 también ordenó tomar testimonios para determinar la eventual responsabilidad de funcionarios del gobierno porteño en la habilitación del taller. Además exigió que se investigue a los dueños de las marcas para las que trabajaba el establecimiento.
La tragedia fue el 30 de marzo de 2006, en un primer piso de Luis Viale 1269. Cuando llegó al lugar, el entonces jefe de Gobierno Jorge Telerman denunció que había «trabajo esclavo», a pesar de que el Ministerio de Seguridad aseguraba que el lugar estaba habilitado.
«Hay que denunciar a esta gente. Bueno, gente no, salvajes», lanzó Telerman ese día, además de convocar a «denunciar estos casos en los teléfonos del Gobierno y en los CGP».
Telerman habló de «salvajes».
En un operativo que incluyó a ocho dotaciones de bomberos, los testimonios de los vecinos coincidían: del lugar en llamas salía «mucha gente del edificio, muchos chicos» bolivianos.
El panorama era desolador. Uno de ellos le dijo a Clarín que «sobre Viale, a diez metros de este taller, hay otro; y a la vuelta, sobre Paysandú, otro más».
La imagen de un taller clandestino.
Con la sentencia de hoy, habrá menos lugar para la vista gorda. Funcionarios y comerciantes deberán seguir atentos.
